La
Atlántida.
Las Pléyades
descienden
a la física
dimensión.
La chispa se
enciende;
empieza la
evolución.
La oscuridad
se retira,
cede el paso
a la iluminación.
Ya se
respiran
aires de
perfección.
¡Surge
imponente
la magnífica
civilización!
Se purifican
las mentes,
se abre el
corazón.
Artes,
ciencia y tecnología
en perfecta
comunión,
el pináculo
de la armonía
en plena
realización.
En medio del
Atlántico
se eleva el
continente;
los delfines
con sus cánticos,
lo bendicen
dulcemente.
Pirámides
radiantes
y ciudades
circulares,
energizadas
por cristales
o lunas
distantes.
Templos de
Sabiduría
dispersos
por doquier;
por toda su
geografía
se siente su
poder.
Almas
Maestras de la armonía
revelan su
saber,
desde mundos
en la lejanía
vuelven a
nacer.
Cuerpos luminosos,
ligeros y
hermosos;
ojos grandes
y bondadosos,
cabellos
suaves y sedosos.
Visitantes
del espacio
van y vienen
por doquier;
en sus
aéreos palacios,
los podemos
todos ver.
Los delfines
les hablan
con sus
mentes prodigiosas
y ellos
tiernamente narran,
historias
grandiosas.
Transcurren
las eras
en feliz
evolución,
pero muy
joven es la Tierra
y el Paraíso
sufre la disolución:
Vuelven la
discordia,
el egoísmo y
la ambición;
pierden la
memoria
de su
antigua realización.
El océano se
revela;
los elementos
entran en conmoción:
Fuego y
Tierra,
Aire y Agua…
destrucción.
Doce mil
años más tarde
surgiría
otra civilización:
La Humanidad
se abre
hacia una
nueva evolución.
El hombre
moderno tendrá
una nueva
oportunidad:
La Atlántida
surgirá
gloriosa una vez más.
Fuente: del libro Mensajes del Infinito 2013 - Walfredo Morales
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