El
alma y la personalidad son una pareja que trabaja en el mundo.
La
super-alma y el alma son otra dupla activa. Y también el espíritu y la materia.
Para la obra es necesario que uno se convierta en dos. Cuando uno se convierte
en dos, puede haber igualdad entre los dos o pueden organizarse jerárquicamente
como superior e inferior. Mientras se los vea como iguales, uno respeta al otro
y recibe respeto, uno ama al otro y recibe amor, uno coopera con el otro y a su
vez recibe cooperación. La amistad y la hermandad son realidades cuando se establece
la igualdad.
Cuando
se establece la jerarquía, uno lidera y el otro sigue. Incluso en esa situación
prevalece la armonía si el líder es afectuoso con el seguidor y el seguidor es
respetuoso con el líder. Cuando desaparece esa reciprocidad, hay conflicto.
Los
dos peces de Piscis son verdaderamente iguales. Uno parece seguir al otro, pero
el otro también está siguiendo al primero. El glifo de Piscis es tal que la
cabeza de un pez se encuentra con la cola del otro, y también la cabeza del
segundo pez está junto a la cola del primero.
El
glifo ofrece un gran mensaje: “Si tú sigues, eres seguido”.
El
espíritu sigue a la materia hasta que la materia densa se manifiesta.
A
partir de ahí la materia sigue al espíritu. Espíritu y materia se consideran iguales
en el Veda. Son las dos cabezas de un Dios. Así es como nació el concepto de
masculino-femenino. Uno sigue al otro y el otro sigue al uno.
Si
uno intenta liderar, debería aprender antes a seguir. Si uno intenta enseñar, debería
antes aprender a ser estudiante. Si uno intenta recibir, debería aprender cómo
dar. Estas son las leyes fundamentales.
En
la ecuanimidad de espíritu y materia se encuentra el auténtico yoga.
En
la ecuanimidad del estudiante y el maestro está el auténtico yoga. Cuando el
maestro trata a los estudiantes con amistad, prevalece el amor y se sigue la disciplina
del yoga.
Lo
mismo sucede con el alma y la personalidad. Nuestra personalidad no es más que
nuestra amiga. Nunca debemos intentar dominar la personalidad.
Si
lo hacemos, la personalidad también tiende a dominar al alma. El instinto de
dominar es ignorancia. En la era de Kali las teologías se adentraron en la
ilusión y promovieron la supresión de la materia por parte del espíritu, la
supresión de la personalidad por el alma, algo que es contrario a la Ley.
Debido
a la ignorancia, surgieron términos como supresión, opresión y dominación. Así
es como maestros y predicadores tendieron a dominar.
El
mensaje de Piscis es claro:
“Sigue para que te sigan. Ama para ser amado. Entabla
amistad con otros para que otros busquen en ti a un amigo. Ofrece para
recibir”.
En
tal comprensión hay armonía, hay amor y hay síntesis. En Piscis, la
Madre
del Mundo representa esta síntesis.
fUENTE: Carta Circular de Vaisakh Piscis 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario