por Prem Rawat.
Estoy aquí para contarles una historia muy sencilla. Una historia que no trata de animales, ni de reyes y reinas, ni de la realización de la fantasía de alguien. Esta historia trata de ti y de mí, tal como existimos, tal como somos.
No es una historia sobre aspiraciones, porque las aspiraciones de la gente dependen mucho de la situación en que se encuentren. Si alguien perdiera a su hijo, no rezaría pidiendo dinero. Rezaría pidiendo una cosa y sólo una: “Dios mío, ¿por favor, puedes hacer que vuelva mi hijo?”. Eso es todo.
Si un médico le dice a alguien: “Tiene usted cáncer, se está muriendo”. ¿Para qué rezará esa persona? ¿Rezará para ser más culta? ¿Rezará para tener otro hijo? No. Dirá: “Dios mío, haz que esto sea lo menos doloroso posible o quítame el cáncer”. ¿Y si alguien se encuentra en la pobreza? Rezará para tener dinero.
Nuestro punto de vista acerca de cuáles son nuestras necesidades, qué es lo importante en este mundo, de qué trata la religión, la importancia de Dios, en resumen, acerca de todo, cambia radicalmente según la situación en la que nos encontramos en nuestra vida.
Pero hay una realidad: la realidad de que estás vivo. Y esa realidad es la más bella de todas. Ya seas pobre o rico, ¿qué es lo que realmente deseas? En esta historia, esta historia acerca de ti y de mí, tenemos una posibilidad de ver colmado nuestro verdadero deseo. Si queremos que esta historia sea bonita y tenga un final feliz, puede ser así. Por tanto, la pregunta es: ¿cuál es nuestro deseo?
¿Sabes lo que quieres, lo que siempre has querido y siempre querrás? Las opiniones de los demás y tus propias necesidades son dos cosas diferentes. Si no has considerado tu verdadera necesidad, tu deseo, todas las opiniones del mundo no te servirán de nada. Son sólo opiniones. ¿Qué es lo que quieres?
Déjame que te hable sobre una posibilidad, de un ser humano a otro.
Entiendo que lo que quieres en tu vida no necesita
un nombre. Puedes llamarlo “paz”, “felicidad”, “liberación”, “alegría”… da lo
mismo. ¿Por qué? Porque sólo son distintos nombres para la misma cosa. Cuando
el corazón esté satisfecho, tendrás alegría. Cuando el corazón se sienta pleno,
tendrás paz.
¿Cuál es la diferencia entre la oscuridad y la luz? En la oscuridad no puedes ver. Y cuando no puedes ver, no puedes evitar los obstáculos. Los escollos, los obstáculos del camino no desaparecen cuando sale el sol por la mañana, pero entonces puedes verlos y, como puedes verlos, los puedes evitar. La luz no se lleva los obstáculos, los ilumina.
¿Qué es lo que yo doy? Un paraguas. No quito la lluvia, porque no puede quitarse. Seguirá lloviendo. Pero eso no es ningún problema si tienes un paraguas. Si no tienes uno, te mojarás, y no quieres mojarte.
Así que doy un paraguas. ¿Retiro los obstáculos de la gente? No. Les doy una lámpara para que puedan ver, para que puedan evitar lo que quieren evitar. Así es. Eso es lo que necesitas.
¿Qué es lo que verdaderamente quiere este ser? Este ser tiene la aspiración más increíble que se pueda tener: sentir el infinito. No hay aspiración más elevada que la de un mortal que quiere alcanzar y tocar y sentir lo inmortal. Es una ambición increíble, pero muy hermosa.
¿Cuál es la diferencia entre la oscuridad y la luz? En la oscuridad no puedes ver. Y cuando no puedes ver, no puedes evitar los obstáculos. Los escollos, los obstáculos del camino no desaparecen cuando sale el sol por la mañana, pero entonces puedes verlos y, como puedes verlos, los puedes evitar. La luz no se lleva los obstáculos, los ilumina.
¿Qué es lo que yo doy? Un paraguas. No quito la lluvia, porque no puede quitarse. Seguirá lloviendo. Pero eso no es ningún problema si tienes un paraguas. Si no tienes uno, te mojarás, y no quieres mojarte.
Así que doy un paraguas. ¿Retiro los obstáculos de la gente? No. Les doy una lámpara para que puedan ver, para que puedan evitar lo que quieren evitar. Así es. Eso es lo que necesitas.
¿Qué es lo que verdaderamente quiere este ser? Este ser tiene la aspiración más increíble que se pueda tener: sentir el infinito. No hay aspiración más elevada que la de un mortal que quiere alcanzar y tocar y sentir lo inmortal. Es una ambición increíble, pero muy hermosa.
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