Cuando llevamos la mochila cargada de malas
experiencias aparece la fatiga emocional.
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La fatiga emocional hace referencia a un agotamiento
mental que va relacionado con los síntomas prolongados de estrés, ansiedad o depresión.
Todos podemos sentir este cansancio emocional extremo de vez en cuando, aunque
algunas personas tienen tendencia a experimentarlo más a menudo, pues son más
sensibles o más empáticas. Quien padece fatiga emocional siente que
ha agotado todos sus recursos emocionales y no le queda nada más para dar a los
demás.
La fatiga emocional se presenta en distintas situaciones. Es
característica de algunos trabajos relacionados con la asistencia a otras
personas (médicos, asistentes sociales, psicólogos, etc.), pues el coste
emocional de estas profesiones no siempre se ve
recompensado. Este tipo de
fatiga también puede estar unida a problemas afectivos, provenientes de la
dificultad para comunicarse o adaptarse al entorno. Además, en el entorno
laboral, la fatiga emocional es un síntoma que presenta el Burnout o
"Síndrome del quemado".
¿Cómo se manifiesta la fatiga emocional?
La fatiga emocional ocurre cuando un individuo ha excedido su
capacidad para soportar el estrés emocional prolongado. Es habitual que las
personas que lo padecen no sean conscientes de sus síntomas, pues la
desmotivación y el cansancio emocional, característico de este fenómeno,
provoca un comportamiento de evitación y rechazo hacia las propias emociones.
Este tipo de fatiga se manifiesta con síntomas físicos y psicológicos. A
continuación os presentamos algunos de ellos:
- Baja tolerancia al
estrés o las situaciones estresantes
- Inatención
- Falta de motivación
y desinterés por la vida
- Fatiga física o
pérdida de energía
- Despersonalización
La fatiga emocional causa problemas importantes para la persona que lo
sufre, tanto en su bienestar personal como en sus relaciones interpersonales.
Estas dificultades pueden provocar estados depresivos como consecuencia de la
“falta de control” que siente la persona con cansancio emocional. Por tanto, es
necesario prestar atención a los síntomas para evitar más sufrimiento
innecesario. La fatiga emocional puede indicar problemas más serios (depresión,
burnout, etc.), por lo que es importante saber la causa exacta que la
provoca para sí poder actuar con la intención de atajar el problema de
fondo.
Maneras de afrontar la fatiga emocional
La fatiga emocional puede ser tratada si se detectan los síntomas lo
antes posible. Para prevenir mayores consecuencias, es necesario contar con
ciertas habilidades
para afrontar el estrés (estrategias de afrontamiento
positivas, tomarse tiempo libre, etc). Pero antes de nada, el primer paso es
reconocer la fatiga emocional en nosotros y averiguar qué circunstancia la
están causando.
Muchas investigaciones parecen indicar que el Mindfulness puede
ser útil para este tipo de problemas, pues nos ayuda a gestionar mejor nuestras
emociones. En algunas ocasiones, puede ser fácil reconocer qué cosas nos
producen el agotamiento emocional, y en otras, hemos de profundizar un poco más
para descubrir qué nos están indicando sus síntomas. Laautorreflexión puede
ayudarnos a averiguar los desencadenantes de la fatiga emocional en nosotros.
Además, el Mindfulness proporciona herramientas para
desconectar de lo que produce tensión. Estar en el momento presente, con una
actitud de aceptación y compasión hacia nosotros mismos, minimiza el impacto de
las situaciones emocionalmente estresantes, y permite afrontar de manera
positiva estas situaciones.
Por otro lado, el ejercicio
físico aporta muchos beneficios a nivel psicológico, por lo que la
práctica habitual puede provocar una vía de escape para la mente: mejora
la autoestima y favorece la liberación de sustancias químicas en el cerebro
relacionadas con la felicidad y el bienestar. En este sentido, un estilo
de vida saludable, con una buena
higiene del sueño o una alimentación sana, es fundamental para
afrontar el día a día de la mejor manera posible, y afecta positivamente al al
bienestar emocional.
Etiquetas: Emoción, Psicología
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