Ilustración Alex Grey
Hoy sabemos que su misión biológica es la secreción interna de melatonina,
hormona cuya cantidad disminuye con la edad y que está relacionada con la
regulación de los ciclos de vigilia y sueño (ritmos circadianos) y con los
procesos de la pubertad, además de ser un poderoso antioxidante y participante
en la apoptosis de células cancerosas …
Es una glándula fotosensible, es decir, responde a las variaciones de
luz que se dan a nuestro alrededor. De esta manera, se activa en la oscuridad
para segregar melatonina, la cual nos induce a un estado de calma e
introspección.
De todos es sabido que la circulación de hormonas por nuestro organismo
provoca una serie de emociones y sensaciones concretas. Las sustancias endorfinas
segregadas por la glándula pineal nos ayudan a entrar en un estado de
conciencia más íntimo provocado por la sensación de tranquilidad que
aporta la melatonina.
Esta segregación de endorfinas permite disminuir y relajar los sentidos,
lo que se
refleja en el cuerpo mediante una reducción del glucógeno en la
sangre, induciéndonos al sueño y llevándonos a un estado de duermevela. Al ser
éste un estado en el que la actividad cerebral está bajo mínimos, reduce
las interferencias del mundo externo y la concentración sobre uno mismo es
superior. Esto, a nivel práctico, nos permite distanciarnos de los
problemas y observarlos con una nueva perspectiva, por lo que la mayoría de
nosotros lo aprovechamos para reflexionar y repasar los acontecimientos
cotidianos, encontrando a veces respuestas y soluciones que sin esa calma y
concentración nos resultarían difíciles de intuir.
Más allá de su capacidad fotosensible, los últimos estudios científicos
insisten en que la glándula pineal es también un magnetorreceptor, es decir,
resulta sensible a los campos magnéticos y transforma sus ondas en estímulos
neuroquímicos.
El profesor José Luis Bardasano, de la Universidad de Alcalá de Henares,
es uno de los mayores especialistas en temas relacionados con bioelectromagnetismo.
En su ponencia “Electromagnetismo, glándula pineal y salud pública” nos
dice que :
“.. En el organismo existen dos sistemas de comunicación: el de base
química y el de base eléctrica:
-En el primero (sistema endocrino), las señales de información
(mensajes) son las hormonas que se transmiten a través de canales de
información: vasos sanguíneos, vasos linfáticos, canal neural, etc. alcanzando
los órganos diana o efectores.
-En el segundo (sistema nervioso) las señales son electromagnéticas y
poseen una red de distribución con centros y ”subestaciones” que asienta sobre
las células neuronales (neuronas) alcanzando los músculos, corazón, glándulas,
etc..
Éstos dos sistemas han evolucionado paralelamente y colaboran mutuamente
desde sus orígenes en perfecta armonía cronobiológica (la cronobiología es la
ciencia que estudia los ritmos). Los ritmos y ciclos que en estos dos sistemas
se suceden están coordinados por la glándula pineal .. “
Para el profesor Bardasano, la luz es el temporizador o sincronizador
principal de los ciclos vitales, mientras que los campos electromagnéticos
constituyen el sincronizador adicional.
Los estudios realizados han llevado a concluir que las alteraciones
electromagnéticas, al igual que lo hace la luz, interrumpen el proceso
de secreción de melatonina. Una exposición continuada y la consiguiente reducción
de actividad en la glándula pineal provoca casos habituales de fatiga,
estrés, trastornos del humor, trastornos del sueño, rendimiento profesional
disminuido, depresión e incluso riesgos de padecer cánceres como el de mama.
Según Bardasano, no sólo hemos de tener cuidado con las alteraciones
provocadas por los campos electromagnéticos artificiales (antenas, telefonía,
radares, etc.), sino también con las variaciones de los campos magnéticos
naturales, como pueden ser las provocadas por fuertes tormentas solares. Así,
la glándula pineal sería receptiva no sólo a las ondas emanadas del campo
geomagnético, sino a otras tan importantes como la resonancia Schumman, las
micropulsaciones de origen cósmico y cualquier campo ELF o de baja frecuencia
en general.
Ilustración Olga Klimova
Desde un punto de vista espiritual, las doctrinas esotéricas de Oriente
se refieren desde hace milenios a la glándula pineal como un tercer ojo capaz
de hacer consciente la realidad espiritual del ser humano, el punto de unión
entre el mundo físico y las dimensiones superiores del universo. Precisamente
por esa situación de introspección que nos proporcionan los estados de
duermevela o semivigilia a los que hacíamos referencia, éstos se hacen
altamente apropiados para conectarnos con el mundo inconsciente, ya sean
nuestros propios recuerdos, la memoria colectiva y quién sabe cuantas
posibilidades más que sólo el entrenamiento nos permitiría descubrir.
La segregación de melatonina se reduce drásticamente a partir de los
siete años de edad, período en el que también tienen lugar otra serie de cambios en la
estructura cerebral. Este hecho ha llevado a muchos a interesarse por la
posible vinculación entre tales cambios y las capacidades psíquicas de muchos
niños de menor edad, entre ellas la del controvertido fenómeno de los “amigos
imaginarios”. Siguiendo con estos asuntos, el profesor Sergio Felipe
de Oliveira, neurocientífico de la Universidad de Sao Paulo, lleva años
investigando casos de tipo extrasensorial y de clarividencia. Según él, las
capacidades mediúmnicas estarían relacionadas con la presencia de mayor o menor
cantidad de cristales de hidroxiapatita en la epífisis.
Sea como fuere, parece claro que mediante la disciplina y la práctica
contínua, la activación de la glándula pineal se convierte en el camino para
acceder a experiencias que nos hacen darle otro sentido a la vida y darnos
cuenta de que no todo se mueve bajo las reglas de lo material y lo lógico, sino
que hay otros mundos tan reales o más que el que alimentamos contínuamente.
Y si no queremos ir tan lejos, tampoco parece poca recompensa el poder
acabar con el estrés diario, evitar problemas cardiovasculares y obtener cierta
serenidad para ver las cosas desde una perspectiva más positiva, todo lo cual
nos lleva a establecer con los demás relaciones más armónicas y sensibles que
mejoran sobremanera nuestra calidad de vida. De cada cual depende el uso que le
quiera dar y hasta dónde quiera llegar en el intento.
Barcelona alternativa
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