by Carolina G
El Sol está transitando ahora por la
energía de Escorpio, signo de Agua cuyo poder central es la iluminación de la
oscuridad, el contacto con los temas tabúes, la indagación consciente del
inconsciente. Iluminar la sombra es el gran potencial del Sol en Escorpio,
porque su vibración nos mueve naturalmente hacia nuestras
zonas oscuras para sanar. Escorpio es una energía psíquica que nos
conduce hacia las profundidades de nosotros mismos, por eso es posible que
estemos más sensibles, tensos, inestables. Es natural, porque Escorpio
simboliza la energía del fin, de la muerte, del cambio, la transformación,
para un posterior renacimiento que implica incertidumbre, y ello muchas veces
acarrea miedo.
Escorpio es una energía intensamente
maravillosa si nos animamos a soltar, entregarnos y dejarnos fluir para dejar
atrás el pasado y permitir la evolución. Se trata de entregarnos a una
muerte, para dar vida a una nueva luz. Por esto mismo, es importante
disponernos conscientemente a profundizar en nuestros deseos auténticos.
Porque únicamente a través de la autenticidad es que podemos impulsar una
verdadera transformación y liberarnos de
opresiones que no permiten
nuestra evolución.
El mes de Escorpio es un
ciclo de mucho poder y conciencia del cambio evolutivo. Es un mes para
iluminar la sombra y crecer desde las profundidades haciendo consciente lo
inconsciente. Es un mes para renacer. Si estamos dispuestos a ver, es
decir, a observar nuestro interior oculto, lo que tapamos y escondemos debajo
de la alfombra, nuestra sombra, entonces es posible que podamos comprender
esos anhelos del alma que están presentes y piden nueva luz. Escorpio
promueve una profunda intimidad con nuestro Ser, desde la cual podemos
depurar lo que mata la alegría del alma.
En Astrología, la
polaridad Tauro – Escorpio representa el eje de la Luz y la Sombra,
el Cuerpo y la Emoción, la Estructura y la Transformación, la Vida y la Muerte.
Como nos enfrentamos con ambas
energías, ello implica una gran tensión y también la posibilidad de la
integración de ambas caras de la moneda. En este sentido, el eje Tauro -
Escorpio pone de manifiesto la importancia de la transmutación de la sustancia
para que, a través del cambio, materialicemos la evolución de nuestra alma.
Por eso, para alinear nuestra
energía interna con la energía cósmica presente, es importante conectar
conscientemente con aquello que está mutando adentro de nuestro Ser,
aquello que necesita morir, aquello que es necesario soltar porque ya es parte
del pasado y no calza en nuestro presente ni en la evolución hacia la cual nos
proyectamos.
Entonces, conecta con la maravilla
del cambio y la transformación, el renacimiento, la nueva vida, el nuevo ciclo
que emerge cuando decidimos soltar. Visualiza el desapego al pasado para
vaciarte e impulsar la transformación del presente. Si te permites soltar
lo viejo, entonces verás brotar la nueva vida y los nuevos deseos.
Por eso, Tauro nos da poder
para soltar determinados patrones emocionales del pasado, y desarrollar la
conciencia de la evolución que hoy el alma anhela. Si lo permites y
te abres a recibir la energía del momento, si puedes detenerte y
observar aquello que necesita morir dentro de tu Ser, si además te animas a
entregarlo, a soltarlo, entonces la Conciencia iluminará tus sombras para
que puedas integrarlas al Yo. Ese es el poder: hacer consciente la
oscuridad para iluminarla, para sanarla.
Venus
como protagonista
Tanto el signo de Libra como el de
Tauro son las energías astrológicas regidas por el planeta Venus. Por eso, es
que la gran protagonista es la Estrella del Amor, el planeta femenino del
Universo que brilla hoy bajo el signo de Virgo.
Bajo el signo de Virgo irradia
un gran potencial para crear, dar el paso y tomar una nueva iniciativa en
pos de comprometernos con nuestra divinidad interior, y desde este lugar
también poder adorar la divinidad del otro.
Venus es el planeta
que rige las relaciones, la forma en que nos vinculamos con nosotros
mismos, con el otro y con el mundo. Desde Virgo, promueve la depuración de
todas aquellas formas vinculares que no son saludables, la purificación de
nuestro aspecto relacional para que, de forma simple y práctica, podamos
ordenar nuestra interioridad y compartirnos desde nuestra naturaleza más pura.
Ahora que Venus se encuentra en Virgo junto
a Marte (planeta que rige la acción, la iniciativa, la decisión, la
conquista) y con Júpiter (planeta que rige el contacto con nuestro maestro
interno, la vos de la intuición y la espiritualidad), brilla esplendorosamente
la valorización de nuestra capacidad creadora y la capacidad de percibir
materialmente nuestra chispa divina, es decir, nuestra divinidad creadora en el
mundo.
Hoy el Cielo nos brinda tiempo
para crear conciencia que somos la especie creadora del Universo, y
que todo lo que existe es el resultado de nuestra Conciencia. Ser humano es ser
creador, y en este sentido es importante comprometernos con esa divinidad que
somos, esa gran potencia que tenemos para hacer el mundo en el que vivimos. La
casa, la familia, el pueblo, la ciudad, el mundo mismo lo creamos con nuestra
energía. Es momento de tomar responsabilidad y comprometernos con el gran don
de ser humanos.
Atreverse a comprometerse con esa
chispa divina todo lo cambia.
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