por Gerrit Gielen
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Traducción: Fara González
Muchas personas se bombardean
continuamente con pensamientos negativos: “no puedo hacer esto, esto no es para
mí, soy débil, debo esconderme porque quien soy es malo, el mundo no es un
lugar seguro, probablemente esto saldrá mal”, etcétera.
¿Cómo sucedió esto? ¿Por qué
hacemos esto? La razón de esta conducta auto destructiva es que todos nosotros
tenemos en algún punto, sea en esta vida o en otra pasada, un trauma. Los
traumas son experiencias negativas que son tan intensas que nuestra
personalidad no puede manejarlas; una parte de nuestra percepción se ‘congela’
y se mantiene atascada en el tiempo.
Tomen por ejemplo alguien quien en una vida pasada experimentó la
ocupación de su país por una guerra. La gente era arrestada en las calles y
súbitamente desaparecía. Había una amenaza continua de violencia y nadie se
sentía seguro. La personalidad de esa vida pasada sufrió intensamente del temor
aplastante y no podía reconciliarse con la situación por el resto de su vida.
Una parte de esta persona se traumatizó y quedó atascada en el tiempo, atascada
en la realidad de la guerra y le sigue enviando mensajes a la personalidad
actual como si estuviese todavía en la guerra: ‘la vida es peligrosa, hay mucha
violencia allá fuera, no puedes confiar en nadie, eres impotente’. La
personalidad
actual no comprende que estos pensamientos persistentes se
relacionan con una realidad muy diferente, él simplemente cree en los mensajes
y se acostumbra a ver la vida a través de los ojos de la personalidad de la
vida pasada traumatizada. Los extraños son vistas con suspicacia, hay una
sensación de tragedia y un temor a la violencia siempre de fondo, y la creencia
de que es mejor encerrarse en la casa, porque si sales es posible que no
regreses.
El trauma actúa como un agujero negro
La parte traumatizada de nosotros es la mayor fuente de temores que
sufrimos. Noten que el temor siempre nos dice que hay algo allá fuera que
es peligroso, hostil y dañino. El temor les hace enfocarse en el mundo exterior
como la fuente de sus problemas, y no en el propio trauma. Cuando alguien que
le tiene terror a los perros está en la misma habitación con un perro, toda su
atención estará enfocada en el perro, excluyendo todo lo demás. Pero la mayor
parte del tiempo el perro no es el problema, el asunto real es su temor a los
perros. Si se mantienen enfocados en lo externo a ustedes, su percepción se
distorsiona. Se enfocan en aquello a lo que temen y por tanto tienden a verlo
en todas partes, su temor exagera el peligro real y ustedes consumen gran
cantidad de energía tratando de evitarlo.
Este patrón reactivo crea un círculo vicioso: el temor limita su
percepción de la realidad de tal forma que la realidad parece confirmar y
justificar sus temores aún más. Cuando leen el periódico atraen su atención
automáticamente a las noticias sobre perros que atacan a las personas o que
expanden enfermedades contagiosas. Cuando caminan por la calle, los perros les
parecen amenazadores, listos para saltar sobre ustedes. Este círculo mantiene
prisionera la parte traumatizada de ustedes y esa parte de ustedes no se puede
liberar hasta que el círculo se rompa. Una parte traumatizada de la
personalidad, atrapada en un círculo vicioso, puede ser vista como un agujero
negro dentro de nosotros. Chupa la energía, chupa la luz y
nos revierte al pasado, a momentos en el tiempo donde nuestra percepción se
congeló y atascó.
Yo tengo un temor innato a viajar. Cuando fui a Francia este verano
sentí constantemente que el coche se rompería y vi señales de esto en todas
partes. Justo antes de partir el cinturón de mis pantalones se rompió, una
señal aciaga, pensé. Por el camino noté coches apartados de la carretera por
todas partes. Cuando estábamos descansando en un lugar de parqueo pensé
que veía trazas de aceite bajo nuestro coche. En la pizarra del coche apareció
una luz que nos decía que debíamos entrar a un garaje a cambiar el aceite de la
caja de cambios (luego se vio que era un error de la computadora en la pizarra).
En otro momento noté algunas herramientas en la parte trasera lo que
entendí como señal de que el coche necesitaba reparación.
Etcétera.
Durante el viaje decidí ir a mi hueco negro interior. Vi a un hombre
tendido a un lado en la carretera y solamente podía ver su espalda. Al
acercarme me sorprendí: vi su cara y sus ojos habían sido acuchillados. Él
estaba lejos de su hogar y la gente allí no confiaba en él y le habían hecho
esto. El murió pensando en su hogar queriendo no haberlo abandonado nunca.
En el pasado casi no viajaba ni manejaba un coche. Pensé que tenía
buenas razones para este comportamiento, pero era inconsciente del hueco negro
dentro de mí. Ahora viajo a menudo y los muchos viajes que damos me traen mucha
alegría. Por todo el mundo tenemos maravillosos encuentros con personas de
pensamiento similar al nuestro y visitamos lugares hermosos.
Discutir con personas que están en un agujero negro, esto es, que tienen
una percepción limitada y basada en el temor de un asunto en particular es casi
imposible. Cuando tratan, ellos inmediatamente señalan las ‘razones’
innumerables que sostienen su visión. Ellos se niegan a abrirse a la
posibilidad de que su temor – y no el mundo exterior – sea realmente el
problema. Están convencidos de su temor es provocado por amenazas reales en el
mundo exterior y que por tanto es razonable y justificado. Si ustedes no
concuerdan con ellos, son ustedes los que están siendo ingenuos: ustedes se
niegan a ver lo obvio bajo su nariz. Mientras mayor el temor, más rígidas y
firmes las creencias. Muchos sitios Web en Internet que están llenos de
predicciones desastrosas y teorías de conspiración, se originan en agujeros
negros a nivel interno.
Los agujeros negros pueden ser tan poderosos que chupan la personalidad en
su totalidad: en tales casos surgirá la paranoia (sospecha extrema).Todo lo que
las personas digan o hagan se interpreta de forma negativa lo cual hace
imposible la comunicación normal. Se percibe que la amenaza y la conspiración
están en todas partes. Los amigos y familiares que tratan de romper el conjuro
de sus obsesiones se consideran bajo la influencia de fuerzas malévolas. La
persona paranoica se ha aislado y encarcelado dentro de su propia mente.
Hasta cierto punto todos sufrimos de paranoia. Casi todos tenemos un
agujero negro respecto a cuestiones particulares que distorsionan nuestra
percepción y nuestra relación con los demás.
¿Qué podemos hacer?
Comprender que hay un agujero negro dentro de ustedes
El primer paso y el más importante es reconocer que una parte de ustedes
se ha traumatizado y les está enviando mensajes que no son los correctos. Cada
vez que se den cuenta que sus pensamientos son particularmente negativos, o
cuando se sientan desproporcionadamente atemorizados esperando lo peor, prepárense
para ir a su interior, al agujero negro y enfrentar la parte traumatizada.
Háganse las siguientes preguntas: “¿pudiese ser que hay un agujero negro
en mi interior? ¿Pudiese ser que hay una parte mía traumatizada que distorsiona
toda mi visión de la realidad, una parte que me desconecta de todas las cosas
buenas y positivas que suceden a mi alrededor? ¿Está mi visión de la realidad y
mi actitud hacia la gente basada en el temor y no en el amor?’
Entren al agujero negro
Entren al agujero negro no para sufrir, sino para traer luz y amor a
esta parte de ustedes. Imaginen la parte traumatizada. Imaginen por ejemplo que
es un niño perdido y entiendan que necesita mucho amor y cuidado. Conéctense
con este niño, miren a sus ojos y sientan que es lo que necesita para liberar
gradualmente el temor.
Cada vez que se encuentren albergando pensamientos negativos,
sentimientos oscuros o temores irracionales respecto a la vida, a la gente o a
la sociedad, anímense a ir a su interior. Busquen el agujero negro dentro de
ustedes: la prisión de la parte traumatizada. Estén presentes como un ángel
amoroso, llévenle consuelo, seguridad y luz.
Díganse la verdad a sí mismos
El evangelio de Juan dice: “la verdad os hará libres”. Las palabras que
son ciertas transmiten enorme poder. La verdad se origina a partir del amor, no
del temor. Sientan el amor que está disponible en el universo, sientan el amor
de la madre Tierra por la humanidad, sientan el amor dentro de ustedes y
enfrenten la parte traumatizada de ustedes desde este amor. Desde esa fuente,
formulen un grupo de oraciones breves y repítanlas en voz alta:
Por ejemplo:
- La vida es buena conmigo.
- La Tierra ama a la humanidad y nos ayuda.
- La humanidad está despertando y volviéndose más consciente de esta
unidad, esta unidad comienza a manifestarse en todas partes.
Decir este tipo de mensajes se convierte en un instrumento poderoso
cuando desean liberarse de pensamientos basados en el temor.
Hoy en día hay mucha literatura sobre el ‘pensamiento positivo’. La
gente se para delante del espejo y comienza a repetirse mensajes positivos:
afirmaciones. Esto tiene sentido solamente si los mensajes son ciertos y son
ciertos cuando se basan en el amor.
Algunos se repiten a sí mismos: ‘soy rico, soy rico’, esperando que esa
realidad de vida a su intención. ¿Pero está basada esa afirmación en amor, o en
temor a la carencia, el temor de que el universo no cuide de ellos? Si ese
fuese el caso, la afirmación no funcionará.
Antes de comenzar a repetir afirmaciones incansablemente, regresen a la
Fuente. Conéctense con el amor dentro de su corazón, y vean qué mensajes surgen
de ese pozo. Empiecen por amar y abrazar esa parte traumatizada de ustedes. Las
afirmaciones basadas en el temor no funcionan.
Si la afirmación es correcta, no es esencial que la repitan a menudo.
¿Alguna vez han experimentado que alguien ha dicho algo que a ustedes les suena
verdaderamente cierto? ¿Fue necesario que este mensaje se les repitiera todo el
tiempo? Probablemente no. Si una oración que realmente les parece verdadera se
dice en voz alta con la intensidad correcta, no tienen que repetirla. Una vez
al día es suficiente.
Sin embargo el primer paso y el más importante en este proceso de tres
pasos es el de enfrentar honestamente el agujero negro dentro de nosotros. Tan
pronto comprendan que el temor distorsiona su percepción, pueden comenzar a
abrazar ese temor con amor, y desde ese amor encontrar afirmaciones que sean
verdaderas y efectivas.
© Gerrit Gielen 2014
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