Por Cristina Laird
Aquí llega la Luna Nueva en Escorpio, que marca el comienzo del final
del año, cuando empezamos a confrontarnos con las cosas que realmente
debemos dejar ir de nuestras vidas, para hacer lugar para nuevas experiencias y
descubrimientos. Un poco, como hacemos en nuestros móviles, cuando la memoria
se llena y debemos quitarnos de encima fotos y videos que hemos ido acumulando
a lo largo del año, y que cuando queremos guardar una nueva foto, no podemos.
Escorpio nos lleva a sumergirnos en el Submundo de nuestras
emociones, como si quisiera recordarnos, que a pesar de ser seres racionales,
como experimentamos en Libra, el signo anterior a Escorpio, que intenta
convertirnos en verdaderos “seres humanos”, algo en nuestro interior todavía
reacciona como una bestia, a la que no
podemos controlar, por la mayor parte de
nuestras vidas, por no decir, nunca. Escorpio es un signo intenso, emocional y apasionado que no está
interesado en las medias tintas, sólo quiere vivir lo auténtico, con toda su
potencia e intensidad, aunque esto signifique dolor y muerte, lo que es una
realidad para este signo. Escorpio aprende a separarse desde muy pequeño, pues
siempre hay muertes de seres queridos a su alrededor desde muy temprana edad o
separaciones, como cambio de ciudad o país, que los obliga a decir adiós
a amigos y familiares.
La leyenda de San Jorge matando al dragón es un buen arquetipo de este
viaje escorpiónico, o Hércules luchando contra la Hydra, que cada vez que corta
una de sus cabezas, cien más nacen en su lugar; Perseo, cortándole la cabeza a
la Medusa, a quien no podía mirar, por que lo convertiría en piedra, es otro.
Pero uno de mis favoritos es el de Orfeo, quien era un extraordinario músico,
creador de la Lira; dicen que su voz era tan hermosa que todos los dioses quedaban
extasiados al escucharle. Cuando su mujer muere, mordida por una
serpiente (hay muchas versiones de esto), el cae en la desesperación y le ruega
a los dioses que se la devuelvan. En su tristeza deja de cantar, y los dioses
se dan cuenta que ya no escucharán esa maravillosa voz. Por tanto Zeus arregla un encuentro con el Dios del Submundo, Hades,
donde se encontraba Eurídice, su mujer. Hades quien disfrutaba de la
creatividad de Orfeo como nadie, decide dejarle entrar en el Submundo, sin
tener que morir, y salir caminando con su mujer detrás. Pero por supuesto, que
con una condición. El debía caminar frente a ella y no podía darse vuelta para
mirarla hasta estar fuera de los límites que separa el mundo de los vivos del
de los muertos. La duda consume a Orfeo y se gira y por supuesto Eurídice
entonces se esfuma frente a sus ojos. Que hermosa evocación del viaje que Escorpio debe hacer para aprender a
dejar ir de cosas pasadas, que ya no cumplen ninguna función en su vida. El
mirar atrás nos detiene y ralentiza nuestro camino hacia lo nuevo y además nos
llena de conflicto al no poder hacer nada por rescatar los momentos pasados.
Esta Luna Nueva, se encuentra en conjunción a Mercurio, que es el único
dios que puede manejar las oscuridades del Submundo sin tener que morir y
volver a nacer, pues nos ayuda a concientizar, a comprender, a analizar
nuestras emociones. Con su energía podemos racionalizar, escribir,
explicarnos el “porqué” y el “para qué” de tanto dolor. La pregunta para esta
lunación es: Qué es eso que debemos decir y no sabemos cómo?, Qué nos guardamos
y para qué? porqué escondemos? Quirón, en Piscis, que se encuentra
opuesto a Júpiter en Virgo, forma un trígono a la conjunción
Sol-Luna-Mercurio, abriendo las puertas a la curación que llega cuando nos
animamos a poner las cartas sobre la mesa, si acaso, para qué nosotros mismos
podamos ver, con claridad, qué es eso que ocultamos y guardamos con tanta
pasión. El ocultar le da la impresión de poder a Escorpio: “si yo sé lo que tú
no sabes…”
Marte se pasea por el grado 29 de Virgo, preparándose para entrar el signo
de Libra en la madrugada del 13 de Noviembre. Sus últimos suspiros en Virgo nos
trae problemas digestivos e inflamaciones en los intestinos, por todos aquellos
temas que todavía no hemos aprendido a digerir y dejar ir de nuestras vidas.
Venus y Vesta se encuentran alineadas con los Nodos lunares, empujando
la atención a nuestras relaciones personales. Vesta, nos ayuda tomarnos un
espacio, a viajar hacia nuestro interior y dejar las luchas de poder con el
otro, para que podamos mirar con más perspectiva, qué es eso que realmente está
pasando entre “nosotros”, entre “tú y yo”. “Si tú me la juegas, las
pagarás”, dice Escorpio. “No importa el tiempo que pase”. La pregunta es: ¿“Para
qué?”. Si estás con alguien con quien sufres, la pregunta vuelve a ser: ¿ “para
qué?” Si estás con alguien que te maltrata física o emocionalmente, la pregunta
sigue siendo: ¿Para qué?
La maravillosa habilidad de auto-inspección tan típica de Escorpio, es
lo que nos enseña a contestar esa pregunta.
Usa las energías de esta luna nueva en Escorpio, para hacer una lista de
todas aquellas cosas y personas que debes dejar marchar de tu vida, para una
vez más, como el ave Fenix, volver a renacer a la increíble experiencia que es
la vida y el descubrirnos una y otra vez
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