por K. Parvathi Kumar
Para los aspirantes y discípulos, lo que se
atraviesa en el camino es la personalidad y el karma de la personalidad. El
karma se interpone incluso hasta la cuarta iniciación. La eliminación del karma
sólo tiene lugar con la cuarta iniciación. Incluso después de la tercera
iniciación, el karma continúa. Aceptar el karma tal como viene, es un paso en
sí mismo, es en sí una evolución.
En lugar de preguntar: “¿por qué nos pasa esto, por qué tiene que ser así, por qué no es de otra manera?”, todas estas preguntas mueren a medida que progresamos en las prácticas, aprendemos a aceptar el karma y seguimos adelante. Aceptar y
avanzar. La aceptación ya es la mitad del éxito. La otra mitad es afrontar el karma con la ley de la aceptación y seguir adelante, porque muchas cosas en nuestra vida no están de acuerdo con lo que uno quiere. Llegan otras cosas que no estaban previstas. Ellas sólo vienen para entrenarnos, para que superemos lo que nos gusta y lo que no nos gusta, superemos nuestras propuestas y sintonicemos con la propuesta del Señor -que llamamos la Voluntad de Dios- así como dijo Jesús: “Padre, que se haga tu Voluntad y no la mía”.Cuando somos capaces de aceptar el karma y
seguir avanzando, eso es ya un buen paso adelante. A partir de entonces estamos
más redondeados para afrontar lo que venga. Aceptémoslo y veamos qué es lo
mejor que podemos hacer con ello, y dejemos el resto al Tiempo y al Señor.
Deberíamos saber que cuanta más Luz
desciende en nosotros, más liviano tiende a ser nuestro alimento. En verdad, si
estamos progresando hacia la Luz, no podemos comer comidas pesadas y mucho
menos alimentos animales. Esto se debe a que su cuerpo no puede recibir comida
pesada.
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