por José L. Stevens
Durante miles de años, los seres humanos se han encontrado atrapados en la prisión de sus propios relatos, ayudados e instigados por la influencia de los prejuicios de los sistemas familiares, las culturas y la programación religiosa. En su mayor parte, los humanos se han sentido a merced de eventos e influencias fuera de su control y, como resultado, a menudo han sufrido mucho. El motivo de esto han sido los límites de sus propias creencias, su amnesia acerca de quiénes son en realidad y la hipnosis sumistrada por las civilizaciones en las que viven. Los que han escapado de esta prisión han sido un porcentaje muy pequeño del total y muchas veces se han encontrado solos con su nueva libertad o incluso perseguidos por proclamarla. A menudo, la mejor solución para ellos ha sido aislarse y vivir una vida tranquila en lugares apartados o arriesgarse a la ira de los elementos controladores.
Incluso en la
cárcel, algunas personas pueden encontrar cierto grado de felicidad. Tienen sus
amistades, sus distracciones, sus actividades cotidianas y en ocasiones pueden
tener una vida que otros envidian y que a otros les parece muy afortunada.
Siempre han existido los ricos, los populares, los que controlan las finanzas o
dirigen la sociedad y parecen tener toda la buena fortuna y la suerte. Sin
embargo, la mayoría de estas personas han estado en la prisión autoimpuesta de
la vida terrenal y simplemente han estado viviendo los guiones escritos para
ellos, a menudo moldeados por las influencias controladoras del amor
condicional, el miedo a las consecuencias y el deseo de ser aceptados.
En estos
tiempos extraordinarios de cambio, tenemos la posibilidad de escapar
globalmente de las prisiones de nuestras narrativas e historias para siempre.
La gente está empezando a percibir que la raza humana está atravesando el
cambio más dramático en la historia del mundo y la consecuencia de esto será
enorme y conducirá a una realidad completamente diferente con un extraordinario
nuevo conjunto de oportunidades y posibilidades. Para que esto se logre, gran
parte o la mayoría tendrá que quedar en el camino, la mayoría de las cosas a
las que nos hemos acostumbrado y esperamos que nos reconforten. Como le gustaba
decir al difunto Ram Dass: "Es mejor ponerse cómodo con el cambio".
El precio a pagar por esta fuga de la prisión será perder la comodidad de lo
esperado y conocido. Simplemente no hay forma de aferrarse a lo que es cómodo y
conocido y al mismo tiempo descubrir la vasta libertad que nos espera. Nos
hemos institucionalizado sin siquiera darnos cuenta y muchos de nosotros en
realidad no queremos ser liberados de la cárcel para explorar las posibilidades
de vivir una vida libre. Queremos volver corriendo a nuestras celdas,
manteniendo los mismos horarios, los mismos uniformes de la prisión y comiendo
la misma basura todos los días. ¿Por qué? Porque es conocido, y la libertad
viene acompañada de un misterio que puede dar miedo. Será mejor que te quedes
con el diablo que conoces en lugar del que no conoces.
A los niños les
encantan las sorpresas y, naturalmente, esperan que esas sorpresas sean
maravillosas. Si le dices a un niño: “Tengo una sorpresa para ti”, se alegrará
y anticipará un delicioso postre, un dulce, un juguete nuevo o algo maravilloso.
Los adultos son mucho menos propensos ya a gustar de las sorpresas. Se enfrentan a la noción de sorpresas con suspicacia y esperan lo peor.
Sorpresa, sorpresa, la transmisión del coche se acaba de estropear y costará
miles repararla y la garantía ha caducado. Sorpresa, hay nuevos impuestos y se
han eliminado las antiguas condonaciones. Sorpresa, tienes cáncer. Sorpresa, tu
cónyuge quiere divorciarse. Sorpresa, tu trabajo ha sido eliminado por la
tecnología.
La razón por la
que todo esto suena tan desalentador para los adultos es que se han
acostumbrado a estar en la cárcel y a que no hay forma de escapar de las malas
noticias que exigen sus guiones. ¿Por qué los guiones y las narrativas de las
personas tienen tantas malas noticias? Porque en su mayor parte estas
narraciones han sido escritas por la falsa personalidad, el ego, y el ego no es
tu amigo. Eso debería ser obvio a estas alturas. La única forma en que el ego
puede dominarte es haciéndote sufrir. Te atrapa con un poco de gratificación y
luego te golpea con una tremenda decepción, dejándote ansiando otra pequeña
gratificación. ¿No es este el escenario exacto de la adicción a la heroína o el
alcoholismo o cualquier adicción? Es el patrón exacto del abuso y la violencia
doméstica. Venderemos nuestra vida por unos momentos de autogratificación, por
unas pocas monedas de plata ahora mismo, y dejaremos pasar el enorme tesoro que
está fuera de las puertas.
Las narrativas
involucran identificaciones y patrones de vida esperados. La primera orden del
día es saber qué personaje estás interpretando, tu papel en el guión. Este
personaje con el que te identificas fue sometido a intensas presiones y
expectativas proporcionadas principalmente por tu unidad familiar y tu
subcultura. A esto podríamos llamarlo tu ícono personal y familiar. La familia
tiene su propia identidad, por ejemplo: “Somos la familia que nunca sale
adelante. Trabajamos duro pero el juego está amañado y siempre estaremos en el
peldaño más bajo de la escalera ”. “Somos la familia X y somos un grupo de
perdedores cuyos hombres van a la cárcel y cuyas mujeres se quedan con todo el
trabajo, la crianza de los hijos, etc. Las mujeres de esta familia siempre
eligen abusadores para casarse”. “Somos la familia Y, somos educados y
esperamos que todos nuestros miembros sean profesionales. Conocemos a las
personas adecuadas y siempre parecemos estar en la cima, aunque nuestras
mujeres tienden a tomar pastillas para sobrellevar la situación y nuestros
hombres beben mucho para soportar la presión ”. Entiendes la idea, estos son
programas familiares que se les imponen a todos los niños desprevenidos. Aquí
está tu guión, ahora haz tu parte.
Sin embargo, a esto se le suma el ícono personal: “Rebecca es la guapa pero
estúpida. Tendrá que casarse bien”. “Thomas es el atlético que nos
enorgullecerá con sus logros que por supuesto debe alcanzar, pero es vago”.
“Jacob es el santo que nos enorgullecerá al convertirse en sacerdote o ministro
y hará que nuestra familia sea respetable, pero tiene un ojo desviado”.
“Alberto es el playboy, ingenioso y carismático, pero no se puede confiar en
él". “Ann es la inteligente de los libros. Nunca se casará pero se
convertirá en una profesional”. “Cathy es una buena yegua. Nos dará montones de
nietos”. “Pobre John. No es muy brillante. Tendrá que trabajar con las manos”.
Más adelante, estos guiones obtendrán más subtítulos. Karen es violada y elige
a hombres horribles que abusan de ella. Ella se identifica con ser la violada
inútil. Nancy experimentó el incesto por su padre alcohólico y luego por su
tío. Ella se identifica con la narrativa de que ha sido arruinada de por vida.
Fred se mete en peleas y comienza a beber joven. Lo arrestan por robo de auto y
pasa un tiempo en prisión. Se identifica con ser un ex-convicto y los problemas
lo encuentran en todas partes. Robert es trabajador y, en general, un buen
tipo, pero controlado por su madre. Escoge mujeres controladoras que abusan de
él y lo encuentran eternamente inadecuado e indigno de respeto.
Todas estas son narrativas, identidades que se auto-perpetúan. En su mayoría se
construyen sobre una base sólida de miedo y, dado que el miedo engendra más
miedo, la narrativa se vuelve profética. El miedo proviene de pensamientos,
sentimientos y percepciones que refuerzan las expectativas de más de lo mismo.
La identidad es una idea y las ideas en las que la mente se centra mucho se
convierten en realidad. A estas ideas les da vida nuestra atención o conciencia la
cual luego comprime la realidad en un pequeño punto, en una celda carcelaria.
La atención enfocada o conciencia tiene un trabajo muy simple y es ser
consciente de todo, incluyéndose a sí misma. Sin embargo, la mayoría de las
personas no se dan cuenta de esto y, por lo tanto, su conciencia se centra en
objetos, ideas, percepciones, sensaciones que luego se infunden con energía y
comienzan a manifestarse. En otras palabras, la conciencia de la mayoría de las
personas está encausada en producir una línea argumental, la cual le parece a
la persona que es su realidad y por la cual se siente esclavizada. Así es como
surge la prisión. Lo que los seres humanos olvidan es que la conciencia no solo
es consciente de las cosas externas que nosotros superamos, sino que siempre es
consciente de sí misma. Ahora escucha con atención. Dado que la conciencia es
ilimitada y pertenece al Espíritu, es la mismísima liberación cuando no está
obligada a producir narrativas. Si los humanos pudiéramos callarnos el tiempo
suficiente para sentir lo que es la conciencia por sí misma, descubriríamos
que, en lugar de colapsar todo en una historia estrecha, nos descubriríamos
fuera de los muros de la prisión, en un espacio abierto y libre de puro ser. La
narrativa, privada de alimento, simplemente se desvanecería dejando un puro
potencial o espacio a su paso. Este espacio es lo que nos espera. Sin embargo, ya
existe siempre dentro de nosotros. Lo que nos espera es recordarlo, eso es
todo. Todas las narrativas se fabrican como se fabrican las
películas para nuestro entretenimiento. La conciencia es lo que está viendo la
película o cualquier película que elijamos mostrar y le infundirá color,
energía y sangre vital. ¿Qué película queremos que vea la conciencia? ¿Qué tal
una película que aún no está empaquetada? ¿Qué tal una película con un guión
abierto que pueda ser soñada como se desee a lo largo del camino? ¿Qué tal una
película que tiene como tema seguir la línea dorada del desarrollo de la
perfección, la satisfacción profunda, el amor incondicional, el perdón, la
gratitud, el amor, el asombro y el servicio?
Preséntale esta opción a un alma más joven y hará una mueca y pasará, porque
simplemente no lo considera lo suficientemente interesante. Las películas de
terror son mucho más atractivas para el alma más joven. También lo son las
narrativas de violencia, traición, engaño, etc. Sin embargo, para el alma
madura y mayor, la narrativa de la línea dorada centrada en la expansión y la
plenitud suena más convincente. Aquí es hacia donde se dirige el planeta, así
que anímate. En lugar de un menú fijo de identificaciones estrechas, perdedor,
ganador, tirano, manipulador, tramposo, zorra, estrella de rock, héroe, idiota
y lo que sea, existe la posibilidad de escapar de todos estos títulos y
simplemente ser quien realmente eres, ninguna de esas cosas.
¿Cómo va tu narrativa hasta ahora? ¿Te está funcionando? ¿Tiene una profecía
encerrada de que siempre repetirás los mismos patrones hasta que mueras? ¿Es
deprimente o liberadora? ¿Quieres cambiar el juego? ¿Tener un nuevo guión con
final abierto? ¿Ser sin ningún guión? Bueno, prepárate para sentirte cómodo con
el cambio. Prepárate para tener momentos en los que ya no sepas quién eres.
Quizás te sientas algo perdido durante períodos de tiempo. ¿Quizás te asustes y
quieras recuperar tus viejos patrones? O tal vez te sientas aliviado al admitir
que ya no sabes quién y qué eres, pero estás descubriendo que eres mucho más de
lo que nunca pensaste que fuera posible. Quizás quien realmente eres superará
tus expectativas más locas para esta vida. ¿Puedes dejar de lado tus
definiciones, tus viejas expectativas, tu miedo a las sorpresas, tu miedo al
cambio? Si puedes, serás recompensado con creces, porque así es como va el río
a partir de ahora. Es más fácil nadar corriente abajo. ¿No te parece?
www.thepowerpath.com
20 de Septiembre, 2021
Traducción:
Marcela Borean
Difusión: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
https://www.facebook.com/ManantialCaduceo
Síguenos Por el Canal "Despertando Conciencia" de
TELEGRAM: https://t.me/joinchat/UBJK3YvzA2iGn37s
Síguenos Por el Canal "El Manantial del Caduceo - Kryon" Únicamente
KRYON: https://t.me/joinchat/VkhJDmSrCz0jwDxg
Síguenos Ahora en MeWe www.mewe.com/i/elmanantialdelcaduceo
No hay comentarios:
Publicar un comentario