El sol en su tránsito anual por el Zodíaco trae a
nosotros cada mes las radiaciones de una de las Jerarquías Creadoras, quienes
nos ayudan a desarrollar las fuerzas de la Chispa Divina de nuestra alma. Si
nos esforzamos conscientemente a responder a las notas claves que emiten estas
jerarquías, quienes son los Grandes Ministros de Dios, esto nos llevará con más
rapidez hacia el logro de la salud, gozo, poder y entendimiento. Las lecciones
que se nos dan en éste mes son:
• ALTRUISMO: El espíritu de servir al prójimo.
• COOPERACIÓN: El trabajar en armonía con otros.
• AMISTAD: El sentir cariño en el corazón para con todo ser que vive,
reteniendo firme en la mente nuestras responsabilidades individuales. La
amistad es el principio de la Fraternidad Universal.
“Si andamos en la luz, como Él está
en la Luz, tenemos comunicación los unos con los otros” -Juan 1:7.
Todos somos diferentes. Y todos somos iguales. En la diferencia está la
riqueza y en la igualdad están los derechos.
Libertad en la vida espiritual. Igualdad en la vida del derecho.
Fraternidad en la vida económica.
Aceptar el futuro
El gran filósofo griego Heráclito, una vez escribió que nada es seguro
excepto el cambio. En las últimas dos décadas nos vimos forzados a reconocer
esta vieja verdad porque muchas de nuestras estructuras religiosas, económicas
y sociales y la definición de la realidad, atravesaron profundos cataclismos. Como
los seres humanos temen instintivamente al cambio, imaginamos enormes desastres
como el efecto del calentamiento global o el gran tsunami de diciembre de 2004;
o posamos nuestras esperanzas en la redención del mundo o en cambios profundos
en la naturaleza de la sociedad que de alguna manera restauren milagrosamente
la paz y nuestra fe en los seres humanos. ¿Es este nuevo tiempo realmente
especial, tanto espiritual como materialmente? ¿Existe realmente una Nueva Era
esperando despegar? ¿O es esto una “construcción” (en términos psicológicos),
una manera de aliviar nuestra omnipresente ansiedad mientras el mundo sigue
cambiando más rápido de lo que nosotros somos capaces de tolerar?
Los ciclos astrológicos no toman en cuenta el calendario humano y los movimientos
de los planetas tienen su propia lógica y su propio ritmo. Si tomáramos
cualquier período de seis años de la historia, quizá descubriríamos un número
determinado de configuraciones planetarias que dieron a ese período una
cualidad y un significado particulares. Sin embargo, el hecho de que le demos
tanta importancia al reciente comienzo del siglo XXI, significa que
percibiremos la cualidad y el significado de este período a través de una
visión con una orientación especial. Esperamos mucho de las próximas décadas,
para bien o para mal y por lo tanto, desde una perspectiva psicológica, estamos
particularmente en sintonía con las corrientes del tiempo y quizá, seamos
capaces de responder con más agudeza, con más esperanza y una creciente
creatividad. En un sentido no importa si nuestra división del tiempo en siglos
y milenios es artificial. Es importante para la psique humana y eso es lo que
cuenta. ¿Cuál es entonces la cualidad especial de este período? ¿Qué puede
decirnos la astrología a medida que avanza este incipiente siglo XXI? Los
astrólogos a menudo se refieren a la Era de Acuario, pero ¿qué significa eso
realmente?
El advenimiento de la Era de Acuario
El cambio de Era deriva del movimiento del punto vernal correspondiente al
primer grado del zodíaco y su ingreso a una nueva constelación. Esto sucede
aproximadamente cada dos mil años. En la actualidad está cambiando de la
constelación de Piscis a la constelación de Acuario. El comienzo de la Era
cristiana coincide con el cambio de Aries a Piscis. Dicho importante movimiento
cósmico se ve reflejado primero en los asuntos de la humanidad y sobretodo, en
la manera en que percibimos a Dios y la visión del mundo que consideramos
“verdadera”. Si revisamos la historia, es obvio que en el advenimiento de la
Era de Piscis la percepción de la realidad cambió radicalmente y se vio
reflejada en el nacimiento de religiones nuevas (tanto el Cristianismo como el
Islam) y por una visión profundamente diferente del significado y propósito
esenciales de la vida. Cambios tan importantes como estos no tienen lugar en
una fecha precisa, sino que se extienden a lo largo de un período de varios
siglos y el período de transición es a menudo caótico, en el que los viejos
valores y los viejos dioses, pierden su valor y su significado y la familia
humana busca nuevas maneras en un estado de creciente ansiedad y
desorientación.
Entonces, ¿qué puede significar este
cambio de Piscis a Acuario para todos nosotros? Acuario es un signo que
pertenece al elemento aire en astrología y esto significa que la mente más que
el corazón, comenzará a asumir un valor muy elevado. La genialidad y la
inventiva humanas, reflejadas en la tecnología y en una mayor comprensión de la
manera en que opera el cosmos, son dimensiones importantes del carácter
distintivo de Acuario. La hermandad humana es también extremadamente
importante. Los valores que impulsan a las naciones a reconocer, no sólo los
derechos de los demás, sino también las similitudes que estarán reflejadas en
un creciente sentido de globalización o de ser “ciudadanos del mundo”. Acuario
es también el signo de las masas y esto significa el equilibrio de los extremos
y la búsqueda de denominadores comunes en la educación, el dinero, la moda, las
artes y todas las esferas donde la creatividad y el esfuerzo humanos puedan
dejar una marca. ¿Es entonces una Era buena o mala? Eso depende de lo que
hagamos con ella. Cada uno de nosotros, a media que avanza el siglo XXI, tiene
el desafío individual de responder y trabajar con la Nueva Energía que está
produciendo cambios tan profundos en la ciencia, las comunicaciones y las
estructuras sociales y políticas.
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