Por Sarah Varcas
31 de diciembre 2014
Traducción:
M. Cristina Cáffaro
A medida que avanza Enero, aumenta la energía
en el signo de Acuario, ofreciendo una limpieza general mental muy
necesaria. Simultáneamente, una alianza entre Urano y el Nodo Sur nos
recuerda que a veces son las cosas más familiares las que necesitamos
descartar, ya sea que nuestra limpieza sea externa o interna. No
está bien concentrarse sólo en las cosas que llaman la atención por ser
molestas, y que nunca les encontramos el lugar correcto. Este
mes debemos mirar alrededor, con una mirada nueva, a aquellos aspectos de
nuestras vidas que mejor conocemos - ya sean posesiones físicas,
pensamientos, sentimientos o apegos - para establecer cuáles han excedido su
tiempo de utilidad y siguen allí sólo porque nos acostumbramos a su presencia y
nos sentiríamos con el espacio vacío si los eliminamos.
El hecho es que necesitamos ese espacio, aunque se sienta incómodo al
principio. Urano en el Nodo Sur nos recuerda que cada uno tiene su singularidad
inherente con que propulsar su vida, pero se vuelve cada vez más difícil
permitirle brillar si seguimos rodeados por los accesorios de una existencia ya
pasada y una identidad que fue simplemente una etapa y nunca pretendió ser un
destino final. El mes próximo ofrece la oportunidad de revisar algo de
los residuos de los que nos hemos rodeado y decidir qué ha de permanecer y qué
debe irse.
Al hacerlo, hemos de considerar dos cuestiones importantes. Por
cada posesión, cada pensamiento, hábito o sentimiento, debemos preguntar:
¿Esto limita o libera? ¿Eleva o reduce nuestra energía? Esto es todo lo
que importa ahora, y aprender cómo tomar decisiones basados en estas dos
preguntas solamente, aumentará grandemente nuestra capacidad de recrearnos a
nosotros mismos y a nuestras vidas a lo largo del año.
Algunas cosas son más
fáciles de soltar que otras. La euforia de una buena limpieza que refresca el
espacio alrededor puede durar poco si seguimos aferrándonos a los rasgos mejor
camuflados de nuestras vidas: los que se disimulan tan bien que apenas los
notamos, ni al espacio que ocupan. Muy probablemente son pensamientos y
sentimientos que han estado allí tanto tiempo que se volvieron parte tan
inherente de nuestra naturaleza; son parte del paisaje, como el cielo: siempre
allí, de modo que caminamos sin mirar hacia arriba ni notarlo. "Así soy
yo", nos decimos, si la vida nos lo señala. "Nada cambiará ese
pedacito de mí. Tómalo o déjalo." O puede ser algo con que nos
identificamos tanto que la idea de soltarlo nos parece como cortarnos una mano,
y ¿por qué querríamos hacer eso? Hasta que reflexionamos sobre las dos
preguntas: ¿Me limita o me libera? ¿Eleva o reduce la energía? Las
respuestas francas pueden revelar hasta qué punto esos pensamientos,
sentimientos y posesiones atesorados han servido para mantenernos encadenados.
Cuando atravesamos el dominio de Acuario, nuestros pensamientos nos
llevan tan lejos fuera de la caja, que se vuelve apenas un punto en el
horizonte. Al mismo tiempo la naturaleza de nuestra mente vuelve a nosotros
reflejada en todo aspecto de nuestras vidas, como un prisma que refracta y
refleja luz en todas sus frecuencias al mismo tiempo. Lo que pensamos se
vuelve nuestro mundo: las personas en él, las posesiones que elegimos, el lugar
en que vivimos, el trabajo que hacemos, las personas que somos.
Nuestra mente y
nuestra relación con todo le da forma a todo eso. Cuando la energía crece en
este signo de Aire, tenemos oportunidad de renovar y actualizar nuestro mundo
mental, lo que a su vez actualiza todo alrededor y dentro de nosotros.
Dado que progresa una T cuadrada formada por Plutón, Urano y el Nodo Norte en
todo este mes, el impacto de cuestionar nuestras vidas y a nosotros mismos de esta
forma se sentirá profundamente al empezar a reconocer cuán profundamente hemos
creído en las mentiras de la mente, disminuyéndonos para manejar la
ansiedad y el miedo o aferrándonos a verdades que decaen y ya no tienen
sentido, sólo porque la perspectiva de vivir en el limbo de su ausencia parece
demasiado nihilista para soportarlo. Pero podemos y debemos soportarlo,
si vamos a crear el espacio en que lo nuevo pueda germinar sus semillas a
medida que prosigue el año.
Entre el 4 y 5 de Enero la Luna Llena en Cáncer apoya esta búsqueda, brindando
una oportunidad para descubrir las poderosas energías creativas que pueden liberarse
en semejante búsqueda interna. Ilumina nuestra tendencia a
identificarnos con ciertos aspectos del yo y saltear convenientemente los que
están mal alineados con la auto-imagen deseada. Simultáneamente nos
invita a expandir esa auto-imagen en formas que antes sentíamos fuera de
nuestro alcance. Presenta algunos riesgos en tanto los recompensa con
una comprensión aumentada de lo que constituye el yo y el poder que tenemos
sobre su forma y carácter.
La Luna Nueva siguiente en Acuario, el 20 de enero, ofrece la oportunidad
de capitalizar esta comprensión, habilitando las visiones obtenidas en esos
días para concretarse en cambios manifiestos y nuevos comienzos.
Podemos empezar a experimentar, en lugar de sólo creer, que el hecho de
redefinir quiénes somos puede ser el fundamento del cambio en nuestras vidas, y
que debemos estar preparados para renunciar no sólo a lo que nos detiene sino a
lo que nos aferramos por seguridad, ante la perspectiva del cambio desconocido
e impredecible. Si queremos que las cosas sean diferentes de ahora en adelante,
si queremos que 2015 sea un año para manifestar los frutos de nuestro
compromiso con el crecimiento y la expansión, hemos de estar dispuestos a ceder
incluso aquellas cosas de las que estábamos seguros que serían parte de
nuestro futuro, un aspecto central de nuestro yo.
Este llamado a colocar todo en el altar y ver qué sucede, es uno de los
desafíos más profundos de este tiempo de evolución, porque nos saca de nuestra
"zona de comodidad espiritual" en la que sólo nos expandimos hasta
cierto punto y en tanto lo permita nuestra seguridad. Resalta
nuestra tendencia a compararnos con otros en lugar de hacerlo con nuestro
propio potencial. A encontrar a aquellos con quienes deseamos
alinearnos y con quienes no, y luego amoldarnos a eso, sin tener en cuenta
nuestro propio sendero único y la necesidad de ser quienes somos, en lugar de
imitar el sendero de otro. Las verdades centrales en la vida de otro
pueden ser más que redundantes en la nuestra, y necesitamos descubrir ahora si
eso es verdad. Ciertamente nuestras propias verdades, tan preciosas hasta
ahora, pueden resultar poco más que conceptos vacíos y palabras sin sentido
frente a las posibilidades florecientes que nos esperan después de haber dejado
ir lo anterior.
Todo este mes se necesitará atender los estresantes internos más que los
desafíos externos. No importa qué los desencadene, externo o no, prestar
atención a cómo reaccionar y responder será ahora esencial si queremos avanzar
en dirección positiva y significativa. Mucho hemos descartado en
los años recientes, incluyendo viejas creencias y formas obsoletas de vivir. Lo
que nos queda es una mezcla de posibilidades y viejos hábitos tan profundamente
instalados que los sentimos parte de nosotros como nuestros propios latidos.
Para que lo nuevo florezca debemos encargarnos de lo viejo. Lo
hacemos puliendo nuestra concentración en cómo interpretamos lo que sucede en
nuestras vidas, la conducta de quienes nos rodean y las complejidades que cada
día presenta sólo porque somos humanos.
Comprender a otros y al mundo exterior es útil en su lugar, pero nada
mejor que los preciosos regalos del autoconocimiento y la intimidad de nuestra
propia psiquis, la auto posesión y soberanía en todo lo que hacemos. Estas son
las cualidades a contemplar en este mes, mientras navegamos en dirección al
reino de Acuario, refrescando nuestras mentes con las aguas del conocimiento
universal. No importa cuánto podamos ver sobre los demás, es el conocimiento de
nosotros mismos lo que da más alto beneficio ahora. Olvídense de señalar con el dedo;
de idealizar, criticar o culpar. Ninguna de estas tácticas
elusivas tienen nada que hacer este mes. Sólo nos distraen de lo que importa,
enfocando nuestra atención "allí afuera" en lugar de "aquí adentro."
El 21 de Enero Mercurio se estaciona retrógrado en Acuario, apoyando
nuestra búsqueda de sabiduría y comprensión. Si hemos luchado para mirar hacia adentro en
lugar de reaccionar hacia afuera, esto nos ayudará a su vez a cambiar la
atención hacia adentro, a reflexionar antes de reaccionar. Podemos
aprovechar mejor este pasaje retrógrado de Mercurio para revisar las creencias que dan
forma a nuestra experiencia en el mundo y para explorar cómo luciría la vida si
las dejáramos ir. En tanto continuar con esas reflexiones puede
resultar más complejo que sólo pensar diferente, jugar a ver qué
podríamos creer acerca del mundo puede ser justo la motivación que precisamos
para reconocer el potencial significativo que los nuevos pensamientos tienen
para cambiar el mundo. Especialmente si llegan energizados por
nuestro compromiso a percibir de formas nuevas y resistir al impulso seductor
de dejarnos caer en viejas rutinas mentales que sentimos tan familiares pero
que nos roban nuestro potencial futuro.
Al llegar los últimos días de Enero nos encontramos con los primeros
sabores de la próxima alineación importante para tomar al final de este año:
una cuadratura Saturno/Neptuno. No importa cuán verdadera y sagrada percibamos
que es una verdad, debemos estar preparados para soltarla si es necesario.
Porque en última instancia toda creencia es sólo material mental que
nos distrae de la experiencia directa de la vida misma en toda su gloria
paradójica y confusa.
El énfasis de este mes en conocer la mente y cómo funciona nos sirve
para construir un fundamento para la reflexión sabia, sobre el cual podamos
construir en los meses por venir.
La capacidad de desapegarse de la actividad de la mente y observarla, en
lugar de ser consumidos por ella, nos servirá bien durante este año. Enero
de 2015 brinda abundantes oportunidades para experimentar los frutos de
hacerlo.
Sarah Varcas
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autora, se distribuye libremente y se incluye la URL www.astro-awakenings.co.uk
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