Al
comienzo de la porción de Qui Tisá, el Creador le dice a Moshé:
“Cuando eleves la conciencia de los israelitas…”, de lo anterior entendemos que
este Shabat se trata acerca del proceso para elevar nuestra conciencia de un
nivel hacia otro. ¿Cuáles son estos dos niveles y por qué es tan importante que
nos elevemos?
Se dice
que antes de que Amalek llegase a los israelitas, estos tenían duda; en el
sentido literal el verso dice: “¿Está con nosotros la Luz del Creador o no?”.
Incluso aunque los israelitas se encontraban en una posición en la que habían
recibido tanto y donde los milagros eran muy claros para ellos, seguían
preguntando “¿Dónde está la Luz?” y por ello se abrieron a recibir todo tipo de
negatividad.
Rashi, el
gran Kabbalista y comentarista, explica que existen dos tipos de certeza entre
las personas espirituales y es muy importante entender y darnos cuenta de cuán
diferente son estos niveles entre sí y las consecuencias que tiene cada uno.
Para el primer grupo de personas, incluso para aquellos que tienen certeza, la
única forma de conocer y de conectarse con la Luz del Creador es cuando
reciben. Cuando no están recibiendo bendiciones o sustento, incluso la esencia
de la existencia de la Luz del Creador se marcha de sus conciencias. Su certeza
depende del recibir. En este nivel de conciencia ellos no tienen la habilidad
de tener certeza de que la Luz del Creador los asistirá. Este estado, el cual
es el estado de la mayoría de las personas, incluso de personas espirituales y
conectadas, está asociado con Zeir Anpín, que en arameo significa
“rostro pequeño” o conciencia pequeña.
El
segundo es el nivel que debemos esforzarnos por alcanzar. En este nivel una
persona está conectada con la Luz del Creador y ve la Luz de manera tan clara
todo el tiempo y sabe con certeza que en todo momento todas las cosas, todo el
sustento y todas las bendiciones, provienen de la Luz del Creador. En este
nivel, la persona está conectada con lo que se conoce como “El anciano de días”
o Atik Yomim.
Rav Áshlag dice
que estos nombres, Zeir Anpín y “El anciano de días”, no se
refieren al Creador quien nunca cambia, sino al nivel de conexión y de
conciencia del individuo. Si te encuentras en el primer grupo, en el cual
desafortunadamente se encuentra la mayoría de las personas, entonces tienes esa
conciencia y por ello tu Creador es Zeir Anpín, el rostro pequeño.
Pero cuando tienes claridad todo el tiempo y ves la Luz del Creador en todas
las cosas, entonces estás conectado con el estado de conciencia llamado Atik
Yomim, El anciano de días. Una persona con la conciencia de Atik
Yomim sabe (no es que le gustaría saber o le gustaría tener certeza,
sino que está seguro) que la Luz del Creador puede crear milagros en cualquier
momento, incluso en un lugar de gran peligro.
Aprendemos
que la conciencia que tenemos de hecho influye en qué tipo de Luz y cuáles
milagros recibiremos. En el Talmud está escrito: “Incluso si una persona tiene
un cuchillo en su garganta no debería detenerse a sí mismo de recibir
misericordia”. La anterior es una declaración muy interesante, incluso si el
cuchillo está en la garganta de una persona, es decir: la persona está a punto
de morir, ésta no debería evitar que la Luz de misericordia del Creador sea
revelada sobre él ya que la Luz del Creador es misericordiosa, siempre da y es
capaz de crear milagros. No existe lugar donde la Luz del Creador no se
encuentre; sin embargo, si un individuo no tiene esa certeza y esa claridad,
entonces hace que los milagros no ocurran. A partir de esto aprendemos que es
la carencia de certeza lo que detiene la manifestación de los milagros.
Es muy
importante que entendamos lo anterior: sólo puedes atraer las cosas desde donde
estás conectado. No puedes vivir toda tu vida en el plano de Zeir Anpín, donde
tu certeza depende de lo que recibes, y pensar que atraerás milagros de Atik
Yomim, el cual es un estado más elevado. Las cosas no funcionan de esta
manera. Sólo puedes atraer aquello que proviene del nivel al cual estás
conectado.
De modo
tal que, los que estamos en el primer grupo nos encontramos en un gran peligro,
ya que la certeza depende de lo que ocurre en el exterior. En ese caso estamos
conectados con el plano de Zeir Anpín únicamente, el nivel en
el cual la Luz del Creador es disminuida, y en donde estamos deteniendo los
milagros. Esto quiere decir que todos nosotros, y cada día, al grado en que
todavía estemos conectados únicamente con plano de Zeir Anpín,
detenemos los milagros y evitamos que ocurran, porque nuestra certeza depende
de lo que vamos a recibir.
¿De dónde
provienen los milagros? Los milagros provienen del individuo que está conectado
con el plano de Atik Yomim, ese plano más elevado de certeza que no
depende de lo que recibas en ese momento, o estar en un estado en el que
recibir no es ni siquiera posible. Tienes que recordar esta frase: del lugar en
el que se encuentran tus pensamientos y tu conciencia es de dónde atraes las
cosas. Los milagros no provienen del plano de Zeir Anpín, los milagros
provienen del plano más elevado de Atik Yomim, el anciano de días.
Pero para poder atraer milagros necesitas estar viviendo en ese plano.
Recuerda
que sólo puedes atraer las cosas desde el plano al cual estás conectado. Si
estás conectado al nivel en el cual tu certeza es pequeña, el plano
llamado Zeir Anpín, entonces sólo podrás atraer cosas desde ese
plano. Pero si estás conectado con la certeza ilimitada, atraerás las cosas
desde un lugar de milagros ilimitados. Ésta es una enseñanza hermosa y muy poderosa.
Por ende,
en relación con regresar a donde comenzamos, cuando los israelitas cayeron y
preguntaron “¿está el Creador con nosotros o no?”, el Zóhar dice que lo que
ellos en realidad estaban preguntando era: “¿Dónde se encuentra nuestra
conciencia? ¿Está en Zeir Anpín, la conciencia limitada y
dependiente? O ¿Está en la certeza de Atik Yomim?”. Y sólo si te
mantienes constantemente en la conciencia de la certeza ilimitada de Atik
Yomim es que estás fuera de la negatividad, de la posible oscuridad de
este mundo. Esto es lo que Moshé nos entrega en este Shabat.
En este
Shabat, Moshé nos eleva y levanta nuestra cabeza y nuestra conciencia
desde Zeir Anpín y nos conecta con Atik Yomim, en
donde ninguna negatividad puede tocarnos. Él nos eleva desde estado de certeza
limitada y dependiente hacia el estado de certeza ilimitada que no depende de
nada. En realidad, esta enseñanza es tan hermosa que incluso si nadie la
entiende, me siento feliz de haberla traído a este mundo. Sin embargo, espero
que todos tomemos el poder y el obsequio que Moshé nos da este Shabat, no sólo
para que lo tengamos y nos aferremos a él, sino para continuar el trabajo para
esta semana y para toda nuestra vida.
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