La entrada del Sol en Piscis ofrece
la oportunidad de ocuparse de la dimensión superior de la dualidad. Piscis es
el cuarto signo mutable. Cualquier signo mutable presenta una naturaleza dual.
La dualidad se relaciona con el espíritu y la materia, que es lo que
representan los dos peces. Un pez busca al otro pez. Puede ser búsqueda de la
materia por parte del espíritu o búsqueda del espíritu por parte de la materia.
Un aspirante vive en un mundo de dualidad. Se encuentra entre búsquedas
mundanas y espirituales. En él existe esta dualidad. Por consiguiente, hay una
lucha. Un aspirante emerge. En él hay plenitud de espíritu y plenitud de
materia. La personalidad exige placeres mundanos. El alma demanda
trascenderlos. De tanto en tanto hay un tirón y un empujón entre el espíritu y
la materia, el cuerpo y el alma. Un discípulo es aquel que intenta
equilibrarlos a ambos y permanece como un yogui.
Él no niega ni la materia ni el
espíritu, ya que negar no es una solución. Trascender es más importante que
negar. Una trascendencia amigable permite la cooperación entre materia y
espíritu, es decir, que se trasciendan. La negación o el rechazo traen la
no-cooperación y la oposición, que conducen a una lucha constante.
Puesto que Júpiter es el señor de
Piscis, otorga la sabiduría dorada de ganar mediante la amistad. Júpiter
persuade a los corazones de los seres. Sus victorias son muy diferentes a las
victorias de Marte. Una victoria marciana deja insatisfacción, consternación y
calumnia con el vencido, que busca la oportunidad para rebelarse. Por tanto,
Júpiter en Piscis tiene la clave no sólo para la trascendencia, sino también
para una coexistencia pacífica.
Los signos mutables tienen como
señores a Mercurio y Júpiter. Ni Mercurio ni Júpiter son luchadores. Los
mercurianos son árbitros y tienden a un arreglo. Los jupiterianos son
benefactores. Mercurio es el señor de Géminis y Virgo, mientras que Júpiter es
el señor de Sagitario y está exaltado en Piscis. Un Júpiter exaltado tiene la
clave de la trascendencia.
Al ser Piscis la 12ª casa, la última
casa del zodíaco, Júpiter aporta una sabia disolución de la dualidad. Recordad
que Piscis es la 9ª casa desde Cáncer. El regente de la 9ª casa también es
Júpiter. Las almas que entran en cuerpos en Cáncer entran en un mundo de
dualidad y encuentran la salvación de la dualidad en Júpiter en Piscis.
Un estudiante inteligente no se
apresurará en los sucesivos años solares sin disolver la dualidad que tiene con
la ayuda de las energías piscianas, que se consideran las energías de síntesis.
¡Que los estudiantes relacionen su
4ª casa como la puerta de entrada al mundo, y la 12ª casa como su puerta de
salida del mundo! Las claves relacionadas con estos signos solares
correspondientes son útiles. La 4ª casa está presidida por la Luna, la mente, mientras
que la 12ª casa está presidida por Júpiter. La Luna ayuda a analizar, mientras
Júpiter ayuda a sintetizar. ¡Que los estudiantes se muevan del análisis a la
síntesis!
Master K.P.K.
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