El Centro de
Kabbalah
Cometer
errores es una parte normal de ser humanos, y es una que cumple un propósito
importante en nuestro crecimiento espiritual. Nuestros errores nos muestran
aquello en lo que debemos trabajar, nos enseñan lo que debemos aprender y, en
definitiva, nos ayudan a crecer. Pero incluso cuando sabemos esto, puede ser
difícil superar nuestras fallas y perdonarnos.
"Cometer
errores es una parte normal de ser humanos".
Uno de los
principales obstáculos que impiden que usemos nuestros errores para su
verdadero propósito es la culpa. Ya sea que tomemos un mal consejo, actuemos
egoístamente o tan solo cometamos un error sin mala intención, albergar
sentimientos negativos acerca de nosotros mismos puede generarnos un gran
estrés. Cuando continuamos mortificándonos por el pasado, esto puede afectar
cómo nos vemos a nosotros mismos, cómo tratamos a los demás y cómo nos
comportamos. Es importante recordar que, aun en nuestros momentos más oscuros,
la Luz del Creador sigue estando con nosotros.
He aquí
cinco lecciones espirituales para recordar cuando tengamos sentimientos de
culpa:
1. Los
errores no disminuyen tu valor.
Si bien
puede ser tentador menospreciarnos o pensar que somos malas personas debido a
que hemos hecho algo mal, la verdad es que nada de lo que hagamos puede
quitarle valor a nuestras almas. Los kabbalistas enseñan que nuestras almas
están hechas de la misma esencia del Creador. Esa energía poderosa e infinita
es una parte esencial de nuestra estructura. ¡Y eso nunca cambia! Es importante
reconocer que nuestras imprudencias pasadas no nos definen ni nos hacen menos a
ojos del Creador.
2. Las
fallas son parte del proceso de crecimiento.
Recuerda que
nadie es perfecto. No solo nuestros errores nos enseñan lecciones valiosas,
sino que también nos recuerdan que todavía estamos creciendo. Tenemos la decisión
de permitir que esto nos hunda o nos inspire a trabajar todavía más duro. Si
nunca cometiéramos errores, nunca estaríamos motivados a cambiar o a
transformarnos para bien.
3. La culpa
indica que necesitamos hacer un cambio.
Cuando
sentimos culpa, es señal de que hay algo en lo que debemos trabajar. Es una
bendición oculta cuando reconocemos esto, porque nos muestra dónde debemos
enfocar nuestra atención y nuestro trabajo espiritual. Si vemos que hemos
estado cometiendo errores descuidados en el trabajo, sabemos que necesitamos
comenzar a concentrarnos más y terminar con las distracciones. Si observamos
que nuestras acciones egoístas han lastimado a un ser querido, podemos enfocar
nuestros esfuerzos en actuar de forma más altruista en el futuro. ¡Conocer aquello
en lo que debemos trabajar es el primer paso para realizar enormes
transformaciones espirituales!
4.
Mortificarte es peor que el error en sí mismo.
Cuando
hacemos algo mal, a menudo sentimos que somos tan malos que no hay manera de
que el Creador pueda amarnos o perdonarnos. Pero no son nuestros errores los
que nos alejan del Creador, sino más bien caer en la desolación. Cuando
perdemos la esperanza, perdemos de vista la mano del Creador en todo lo que nos
rodea. Dejamos de apreciar las bendiciones y las lecciones ocultas que Él está
tratando de enseñarnos. Dejamos de amarnos. Y si estamos hechos del Creador,
entonces amarnos a nosotros mismos forma parte de amar al Creador. Cuando
olvidamos esto, nos alejamos del Creador. Y eso es mucho peor que cualquier
error o falla. El Creador quiere que nos levantemos, nos sacudamos el polvo y
avancemos con amor, compasión y perdón.
5. Tú tienes
la capacidad de transformarte.
Los
kabbalistas enseñan que cuando hacemos un cambio espiritual y genuino, sin
importar cuán grande sea, en realidad nos convertimos en una persona nueva a
nivel espiritual. Esta persona nueva está completamente separada de la persona
que éramos cuando cometimos determinados errores que hicimos en el pasado. Cada
día tenemos la oportunidad de convertirnos en alguien nuevo. Siempre y cuando
nos esforcemos en ser versiones todavía mejores de nuestro ser, no hay razón
para sentir culpa o tristeza por la persona que somos.
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La culpa
puede ser un motivador poderoso para que nos reevaluemos y hagamos cambios
espirituales profundos. Pero es importante que nunca permitamos que la culpa
nos abrume al punto de estar inhibidos por el miedo, el arrepentimiento o la
tristeza. Aférrate a las lecciones y las bendiciones ocultas con las que el
Creador nos llena, incluso en nuestros momentos más oscuros. Nuestras fallas
son increíbles oportunidades para que aprendamos, crezcamos y nos transformemos
en versiones todavía mejores de nosotros mismos.
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