Mes de Acuario 2020
Hay una Luz radiante que, como faro luminoso, desde los
Andes benditos, va marcando rutas de ascensión para la humanidad. Nadie sabe
dónde se encuentra ese sagrado templo del Maestro Serapis Bey, pero muchos
sienten su fuerza de ascensión en estos tiempos en donde parece que cada día
tenemos que elevar casi toda condición que se nos presenta.
El Cuarto Rayo de Belleza, Armonía y Arte tiene la
cualidad de elevar, cuando a través de la armonía, los opuestos se conjugan en
una
síntesis mayor y se cambia la condición. Así, este bendito Rayo va creando
momentos de ascensión cuando por su intermedio dos opuestos se armonizan y se
eleva la condición.
“Dos se fusionan en uno” es su
palabra de poder. Cuando dos se fusionan en uno, el resultante tiene las
cualidades de los opuestos conjugados, pero es aún más… mucho más. Expresa la
síntesis que eleva, y en el plano que se expresa, manifiesta el punto de
despliegue del “Yo Soy”, la esencia bendita y sagrada de lo que somos. Es la
expresión del “Yo Soy” correspondiente al plano que se ocupa en un momento
determinado, pero hay que tener en cuenta que el “Yo Soy” siempre, es más.
Desde ese lugar es “Yo Soy lo que Yo Soy” porque es lo máximo que el “Yo Soy”,
se puede desplegar en ese plano.
Por ejemplo, en nuestra condición, en este espacio tiempo
“Yo Soy lo que Yo Soy” es la fusión con el Ángel Solar, el Cristo Interno del
corazón.
Con la Actividad de la Llama Blanca de la Ascensión
conjugada con la Llama Violeta de la Transmutación podemos ir despejando los
caminos de manera que Acuario pueda expresar su civilización y su nueva
cultura. Con la Llama Violeta vamos abriendo espacios, consumiendo y
disolviendo las tinieblas, y una vez concluido el trabajo, la Llama Blanca lo
sella con la energía de elevación. Es una combinación perfecta, un poder sagrado.
Lo expresa la estrofa añadida a la Gran Invocación cuando, una vez concluido el
trabajo, el sellado de la puerta donde mora el mal, proclama que cuando
desciende la energía de síntesis la tierra se “eleva” a los Reyes de la
Belleza.
Actívate, medita, invoca, visualiza y trabaja con estas
dos Llamas Sagradas que están expandiendo su campo de influencia, abriendo
espacios en los planos de la energía, trabajando detrás de las formas densas,
en donde se liberan grandes batallas por el predominio de las ideas, aquellas
que nos llevan hacia atrás, a la vida animal, a la supervivencia del más
fuerte, al egoísmo, al sálvese el que pueda y aquellas que nos colocan en la
cualidad de Acuario que nos llevan a la fraternidad, la cooperación, la ayuda
mutua, a la supervivencia de todos porque los más fuertes cuidan a los débiles
y proclama que ¡juntos podemos más!
Busquemos al Deva que habita nuestro corazón y junto a
él, con la fuerza que nos da la unión, resucitemos al mago que todos tenemos
dentro y seamos hacedores de espacios virginales para que desde lo alto, desde
los círculos superiores pueda descender a la Tierra los arquetipos de la Nueva
Civilización que el Maestro Saint Germain preside. No hay nada más urgente que
hacer que impulsar esta nueva civilización que está esperando que el ser humano
cumpla su parte en este proceso evolutivo. que tenemos la suerte de vivir, para
poder expresar toda su gloria
Busca ese faro de luz, que desde los Andes benditos, se
expande por toda América. Busca la Llama de la Ascensión, invócala, proclámala
y que el Amado Serapis Bey te conceda la gracia de su inspiración. El, que es
un Deva, que su expresión es Belleza, es una fuente inagotable que ha sostenido
a la Humanidad desde los planos más sutiles, en silencioso servicio, como el
Sol, el Atón sagrado de todos los tiempos, el Señor Solar que fue su
inspiración cuando vivió como Akhenaton, el Egipcio. Pregúntale a las montañas,
a los ríos, a las nubes, porque Él está tan cerca de toda esa belleza que
sostienen los devas, que ellos reconocen su servicio sagrado a la vida.
Cuando te acerques a la Naturaleza, una vez que reconoces su belleza y a los
devas que son su vida, pide que te conecten con esa sagrada Llama Blanca y
entrégate, como un niño, a la Belleza que te rodea. Sólo en la entrega total
que está cargada de inocencia podemos fundirnos con la esencia, comulgar con la
unidad de la vida y llegar a donde el intelecto no nos puede llevar.
La oración sincera brota incontenible:
Oh bendito Señor de le belleza, Maestro Serapis, Tú que
reconociste en el Sol al Atón del día, que ese sol brille en nuestro horizonte
en el eterno recordatorio de que ese Sol también está dentro de nosotros.
Envuélvenos en tu radiante aura, Maestro y elévanos, elévanos, elévanos.
Que descubras, adentro muy adentro, esa sublime energía
de Ascensión que hace que tu corazón se conecte con el centro del
universo y desde allí puedas fluir con la vida, en levedad, en profunda paz.
Es mi deseo sincero para este año que recién comienza.
Siempre desde el alma,
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