Espacio Exterior e Interior
Elespacio estaba allí antes de que construyéramos una casa, y el espacio seguirá estando allí incluso si la casa está en ruinas. No hay construcción ni derribo de espacio. El espacio está en todas partes, pero cuando hemos construido ciertas conchas, llamamos a lo que está dentro de la cáscara “adentro” y a lo que está afuera “afuera”. Incluso el espacio en el baño, en el dormitorio o en otra habitación es siempre el mismo. Para el espacio, no existe tal cosa como el interior y el exterior. La diferencia existe sólo para nuestro entendimiento.
El espacio es un lago de
electricidad. La electricidad es la forma más sutil de vida en el espacio. No podemos experimentar la electricidad
directamente, sino sólo a través de sus portadores. Sólo se puede experimentar
y utilizar a través de lámparas o electrodomésticos. Un cable en sí mismo no da
electricidad, pero sin cables, la electricidad presente en el espacio no
es accesible. Solo hay una electricidad que funciona a través de tantas luces.
Dios es invisible como la electricidad, pero se hace visible a través de muchos
instrumentos. El Uno en todo se llama Dios en forma. En sánscrito se lo
llama Ishvara. A esta conciencia Única la llamamos la conciencia Maestra.
Es el Maestro, el punto central de la conciencia en todas sus
formas. El tiempo, el espacio, la naturaleza y el poder emanan
de Ishvara. Su presencia en el espacio hace que el espacio sea
potencial.
En los lugares donde se ha expresado
la divinidad, el espacio tiene una mayor sacralidad. Este espacio de una manifestación divina
retiene la misma vibración incluso cuando la manifestación ha desaparecido. Es
por eso que el lugar continúa dándonos la impresión de que la
manifestación sigue ahí. Así es como se desarrollaron las peregrinaciones a
lugares donde tuvieron lugar manifestaciones divinas, y los templos construidos
debido a una manifestación divina que inspira a las personas.
Solemos experimentar estos
espacios como lugares externos y como diferentes a nosotros. La persona externa tiene una experiencia
divina en ellos. Pero este espacio está dentro de nuestro corazón. La
Conciencia Maestra está dentro de nosotros e impregna toda la creación. Cuando
estamos completamente alineados con el Ishvara dentro de nosotros, podemos
verlo en todas partes. El Maestro, que está dentro y fuera, tiene que ser
contactado por nosotros. El espacio en la cueva de nuestro corazón no
tiene forma en sí mismo, sino a través de la voluntad, este espacio puede ser
llevado a cualquier forma. La forma que visualizamos es también una forma de
ello.
La Forma en Miniatura
Podemos visualizarnos en
nuestro corazón como una forma radiante del tamaño de un pulgar. Es un doble etérico de nuestra densa forma física.
Este es el tamaño del alma con el cuerpo búdico; en el plano
búdico somos flexibles con nuestro tamaño. También podemos visualizar esta
forma en miniatura en una luz radiante de color diamante como el Maestro Interior,
sentada a sus pies. A través de la meditación y la contemplación en la luz
interior hacemos contacto con nuestro ser superior, el Maestro de nuestro ser.
Los iniciados sugieren
visualizar al Maestro Interior como una forma hermosa. La belleza tiene la capacidad de magnetizar.
A medida que aumenta el esplendor de la forma visualizada, la forma
desaparece gradualmente. Si miramos la luz de una vela y luego la luz aumenta,
la forma de la vela desaparece. Si practicamos esto continuamente, la
iluminación aumenta y en esa iluminación la forma desaparece. La luz misma
comienza a radiar dentro de nosotros.
El vmantra para realizar la
conciencia del Maestro dentro de nosotros es HAMSA SIVA SOHAM. Este mantra se da como un mantra del Gurú que
significa ‘el Maestro’ o Ishvara. Al pronunciar este mantra podemos realizar
Ishvara en nuestro propio ser. La clave de sonido para invocar al Maestro dentro
de nosotros es Maestro Namaskaram o Namaskaram Master.
El Maestro dentro de nosotros
reside en el Sahasrara, el centro principal. Cuando decimos “Yo soy” por la mañana, él
llega a la frente, luego al corazón y trabaja a través del centro inferior de
la cabeza. Imaginamos que el Maestro entra en nosotros, va a nuestro
corazón y más allá de nuestro centro base, y allí, comienza a hacer
movimientos. Cuando el Maestro es accesible a nosotros en nuestro
Sahasrara a través de la contemplación en el centro de la cabeza (en el
Ajna o el Sahasrara), permite la entrada de la energía del Maestro universal
en nosotros. Entonces estamos mucho mejor equipados para lidiar con nuestra
naturaleza. Con un Maestro de Sabiduría, la naturaleza trabaja con él de
una manera perfecta, porque siempre está conectado con el Maestro Universal
a través de su centro cabeza. Es Él que trabaja a través de todo. Y aquéllos en
quienes trabaja bien se convierten en guías. Patanjali dice que el proceso
de transformación es uno para todos, pero los detalles pueden ser diferentes.
El Maestro y los Maestros
Cuando experimentamos al Maestro
en nosotros mismos, tenemos una conexión con los Maestros. El Maestro dentro de nosotros y el
Maestro en la forma de un Maestro es el mismo. Sólo hay un Maestro
y él obra a través de muchas almas. El Maestro está en nosotros, NO los
Maestros de Sabiduría. Los Maestros de Sabiduría son aquéllos que fueron seres
humanos como nosotros antes, pero que han establecido una conexión eterna
con el Maestro dentro de sí mismos. Es por eso que la energía del Maestro
fluye a través de ellos. Son modelos a seguir para nosotros porque están
eternamente conectados con el Maestro del Universo. Nos dan la técnica de
cómo vivir eternamente con el Maestro del Universo cuyo centro está dentro de
nosotros. A través de este Maestro dentro de nosotros, un Maestro de
Sabiduría nos guía.
La experiencia de la
conciencia del Maestro dentro de nosotros no es el reconocimiento de
ningún Maestro de Sabiduría, sino la experiencia del Maestro del
Universo. Cuando nos relacionamos
con la conciencia del Maestro dentro de nosotros, encontramos personas
trabajando en el plano de la conciencia del Maestro. Sólo en ese estado de conciencia podemos ver a los Maestros. De
lo contrario, no podemos verlos, incluso si están allí. Hasta entonces,
nuestras visiones acerca de los Maestros son sólo nuestras propias ilusiones.
Tan pronto como nos alineemos
con el Maestro en nosotros, el Maestro nos contactará y trabajará con
nosotros. En cada uno de nosotros
existe este centro Maestro. A partir de ahí, recibimos no sólo enseñanza,
sino también luz, conocimiento y el Plan, y entonces, trabajamos de
acuerdo con el Plan. No debemos pensar que algún Maestro aparecerá
desde el Himalaya o los Andes y nos dirá diariamente qué hacer. el
Maestro le habla al alma.
Los Maestros invisibles que
trabajan para el Plan Divino son llamados los cumplidos o los realizados. Significa que han realizado Ishvara en sí
mismos y actúan como canales para el Plan. Guían a los buscadores en el
camino para percatarse de la Verdad, Ishvara, y luego los invitan a su
hermandad para que funcionen para el Plan. El grupo de tales Maestros
se llama la “Hermandad Blanca”. Se extienden por todo el planeta y tienen
principalmente siete Ashrams. Un buscador es reclutado para trabajar en uno de
estos Ashrams según la calidad de su alma. Su obra es de Buena Voluntad. Así
que más tarde, se erige como un puente entre la Jerarquía de Maestros y la
humanidad. Estos Maestros son seres de Luz y generalmente son invisibles. Para
ver y escuchar a un Maestro, necesitamos entrenamiento. Es practicar el
camino del yoga.
Un verdadero maestro quiere
que los estudiantes confíen en el Maestro en su interior. Él no les permite depender de un Maestro
externo. Sólo entonces es un verdadero maestro.
Un Maestro a quien un
discípulo ve en la objetividad es sólo la forma mundana. el Maestro en su verdadera forma de luz
aparece en el Anahata, el loto del corazón. Allí ofrece su presencia
dentro de un brillante color diamante y al mismo tiempo está rodeado por la luz
dorada de Anahata. Esto se llama Darshan que significa apariencia, mostrarse a
sí mismo. En las escrituras orientales, el cuerpo de luz también se llama
Divya Deha. Es en esta forma en la que debemos meditar en nuestro propio loto
del corazón.
Contacto con el Maestro
Cualquier problema que
tengamos, podemos entregarla al Maestro interior en oración. Entonces esperamos y permitimos que el
Maestro trabaje en nosotros. el Maestro E.K. solía decir: “Si dejas de
hacer, comenzaré a hacer por ti. O me dejas hacer o lo haces tú mismo”. Debemos
dejar que el Maestro lo haga y confiar en Él. Dejar que el Maestro haga es
la capacidad de esperar con la mente abierta.
La oración es la suma y la
esencia de todo lo relacionado con este camino de yoga. La oración es el corazón del camino del
yoga porque a través de la oración el Maestro establece dentro de
nosotros, nos rectifica y se expresa a través de nosotros.
La oración resuelve nuestros
problemas personales y nuestros problemas de salud y nos llena. Mientras más estemos en oración, más
permitimos que el Maestro entre en nosotros y
Él cause las rectificaciones necesarias. También podemos pedirle al Maestroque
nos ayude a practicar yoga.
Para establecer contacto
con el Maestro interior, lo primero que se requiere es poner en orden
nuestra vida de personalidad. Una
vida de personalidad desordenada no servirá para que el alma atrapada en
la personalidad encuentre alineación con el Maestro interior.
Repetidamente, entramos sólo para ser rechazados por nosotros mismos hasta que
se logre la alineación correcta del pensamiento, el habla y la
acción. Sin embargo, seguimos esforzándonos.
Fuentes utilizadas: K.P.
Kumar, Escuchando al Maestro Invisible. Edición Multilingüe, Ediciones
Dhanishta,-Barcelona España 1999 (www.edicionesdhanishtha.com)

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