El trabajo de Hércules ligado al signo de Virgo es la toma del cinturón de Hipólita. Virgo es el signo de la recepción, el cuidado y la nutrición, y este trabajo representa la delicada tarea de acoger, al mismo tiempo en que buscamos orientar correctamente, todo lo que existe dentro y fuera de nosotros.
Hipólita era la reina de las amazonas, una comunidad de mujeres guerreras que vivían aisladas de los hombres. Ella recibió de Venus un cinturón, y la tarea de
Hércules era obtenerlo. Luego de llegar al reino de las amazonas, el héroe se trabó en lucha con Hipólita. Le arrancó el cinturón, matándola. Sólo entonces percibió que ella no deseaba luchar y le hubiera entregado libremente lo que buscaba.
Desolado ante su error, Hércules regresaba a casa por una pendiente marítima, cuando oyó los gritos de la doncella Hesíone. Um monstruo marino acababa de tragársela. Olvidándose de sí mismo y de su dolor, Hércules se lanzó al mar y nadó hasta el monstruo. Entró por la boca de la criatura y descendió hasta su estómago, tomó a Hesíone con su brazo izquierdo y con la mano derecha usó la espada para abrir la barriga del monstruo y salir de allí. Así, Hércules se redimió de su error anterior. Y sólo así el trabajo fue completado.
Parte de la belleza del mito está en el hecho de que Hércules a veces cometía errores, como nosotros, y tenía que volver atrás y reenderezarse. Venus es la Señora del Amor y la Unidad, y el cinturón del mito es un símbolo de unión. La unión es algo que sucede entre dos, y el verdadero trabajo de Hércules era unirse con Hipólita. Sin embargo no lo comprendió, y buscó obtener la unión, paradójicamente, sin tener en cuenta aquella con quien debería unirse.
Las amazonas representan el lado material de la vida, cuando está disociado del espiritual. Hércules representa al Yo Superior o nuestra esencia espiritual. La meta para los seres humanos es la perfecta sintonía entre la vida material y la vida espiritual. En el camino espiritual, el cuerpo, los hábitos, la familia, el trabajo, el dinero y todo lo demás no deben ser descuidados, anulados o eliminados. Deben ser acogidos y comprendidos a partir de una perspectiva más profunda y amplia. Deben por ende ser amorosamente ajustados para que reflejen los principios y valores espirituales.
Toda la espiritualidad tiene que ver con la unión. La palabra “religión” viene de “religar” (lo humano con lo divino). El término oriental “yoga” significa integración o unión. La unión sucede por dentro (entre lo material y lo espiritual en nosotros) y por fuera (entre el yo y los otros, el yo y la colectividad).
Unirse con el otro es también un gran desafío. Tener a otro en cuenta es un gran desafío. Parece simple, pero muchas veces, no comprendemos que el otro es otro, no es como uno. Tiene su propia historia, sus motivaciones, su manera de pensar y de hacer las cosas...tiene su propia misión y contribución. La paz, la justicia y la fraternidad – entre personas y entre pueblos – no pueden ser impuestas unilateralmente; tienen que ser construidas conjuntamente, con la contribución propia de cada uno.
La manera en que Hércules salvó a Hesíone representa el proceso por el cual el espíritu acoge, eleva, redime e ilumina a la materia. Representa también la disposición de ir en dirección al otro, percibirlo, mantenerse a su lado y cooperar con él. En su errónea relación con Hipólita, Hércules buscaba obtener y tomar, pero en su correcta relación con Hesíone, buscó comprender, servir y dar.
Ricardo A. Georgini
Namaskar
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