MENSAJE DEL MES DE VIRGO

Cuando El Sol entra en Virgo, nuestra mente se vuelve de manera natural hacia la pureza de la Virgen. La Virgen es pura, sin duda alguna. Venerar a la Virgen no puede limitarse a plegarias devocionales y a arrodillarse. Deberíamos decidir dedicarnos a adquirir la pureza necesaria en los planos mental, emocional y físico. No es suficiente con apreciar la pureza. Deberíamos asignarnos la práctica de ser puros. La pureza en el habla es el primer paso hacia este objetivo. No muchos pueden hablar con pureza; no muchos pueden escoger las palabras correctas. Son pocos los que pueden expresarse en pocas palabras. La locuacidad de la humanidad ha desbordado el sentido de proporción. A menos que la lengua locuaz vuelva a descansar, continuamos contaminando mediante la lengua.

Cuando por un lado contaminamos con la lengua y por el otro lado veneramos a la Virgen, sólo tratamos de permitirnos una menor actividad de contaminación y de búsqueda de pureza.

Mediante la lengua, el hombre trabaja contra sus propios objetivos. Que se reduzca el habla. Que la oscuridad del r

uido se someta a la vigilancia del silencio. Que no se rompa el silencio, excepto para transmitir luz.

Virgo está conectado con un trígono a Tauro, donde está la palabra. Para adquirir la palabra, el habla tiene que ser transformada para dejar de ser un ruido de la voz y convertirse en una voz del silencio y, más adelante, en una voz que transmite luz.

La Madre como Virgen habla sólo para transmitir luz, para bendecir, para proteger y para difundir el amor. Que el tránsito del Sol por Virgo nos inspire a cada uno de nosotros a revisar nuestra habla y a aportarle calidad.