Aquí estamos en este
importante Eclipse Solar en Cáncer que llega acompañado de varias conjunciones
planetarias que lo convierten en un evento realmente fundamental en nuestra
historia.
Este eclipse
pertenece a la serie Saros 127 y es el número 58 de los 82 eclipses de esta
serie. como ya he dicho en otras ocasiones las series Saros es un período de
exactamente 223 meses sinódicos (aproximadamente 18 años, 11 días, 8 horas),
que se puede utilizar para predecir eclipses del Sol y la Luna. En un período
saros después de un eclipse, el Sol, la Tierra y la Luna regresan
aproximadamente a la misma geometría relativa, una línea recta cercana y un
eclipse casi idéntico ocurrirá, en lo que se conoce como un ciclo de eclipse.
El registro histórico más antiguo descubierto de lo que se conoce como los
ciclos Saros es de astrónomos caldeos (neobabilónicos) en los últimos siglos
antes de Cristo.
Lo que tiene de
extraordinario esta vez, es que ocurre en oposición a Saturno en Capricornio,
que por única vez en nuestras vidas (los que estamos vivos hoy) está en
conjunción a Plutón en este signo de la cabra con cola de pez y a su vez, ambos
están alineados con sus propios nodos que también se encuentran en el ángulo
Cáncer-Capricornio y por supuesto que con los nodos de la Luna que para este
año y este eclipse también se encuentran en el mismo ángulo. Por tanto, los
signos cardinales: Aries -Cáncer-Libra-Capricornio, estamos viviendo momentos
absolutamente vitales en este tiempo, donde se nos pide que encontremos un
balance interno entre la influencia de nuestro pasado en nuestra psique y todo
aquello que todavía debemos aprender. Por sobre todo el desafío es encontrarnos
cómodos con nuestra individualidad y tener el coraje de vivir de acuerdo con
nuestros propios valores, diferenciándolos de los aprendidos por nuestra
historia familiar y cultural.
El impacto de un
eclipse puede tomar hasta 6 meses en manifestarse, en este caso hasta la Luna
Llena en Cáncer el 10 de Enero del 2020. Pero estos signos venimos
experimentando, sintiendo la necesidad de liberarnos de estos mandatos
ancestrales, hace ya unos años, desde que Plutón entró en Capricornio en el
2008 y más asentuadamente cuando Saturno entró en este signo al final del 2017.
Este sentimiento llega ahora a una especie de momento crucial, cuando las
fuerzas del Cosmos parecen forzarnos a reconocer nuestro pasado y nuestra
influencia ancestral, al mismo tiempo que nos muestra el camino a seguir para
evolucionar, para pasar al próximo nivel en nuestro desarrollo espiritual. Algo
así como un cansancio de lo conocido, de lo presente, de la historia que
estemos concluyendo mezclado al mismo tiempo, con una estimulante visión de lo que
se avecina. Y si bien, las despedidas de lo conocido pueden ser duras, la
promesa de lo que vendrá resulta mucho más tentadora.
Los eclipses solares
son como Lunas Nuevas extra potentes, donde se nos pide iniciar un nuevo
capítulo, dejando de lado el miedo y las dudas. Cáncer es el primer signo de
Agua y en muchas teorías el comienzo de la vida. Con los Nodos de la Luna,
Saturno y Plutón en Cáncer, una fuerza arrolladora de comienzos nos embarga y
algo se siente como el primer día de colegio o de la universidad. Pase lo que
pase, en lo que se avecina, vamos a aprender mucho y descubriremos una nueva
faceta de nuestra psique, de la cual no sabemos mucho aún. Exitante y al mismo
tiempo, como todo lo nuevo, nos provoca ansiedad. La promesa es de Renovación.
Saturno desde Capricornio, nos previene que puede haber algunas rocas en el
camino, pero el impulso de Cáncer de crear Vida es mucho más embriagante.
La conexión con
miembros de la familia de origen puede traer desafíos y al mismo tiempo
importante información sobre nuestro pasado olvidado. Si lo que nos despierta
al cambio es una enfermedad, debemos analizar qué es lo que esta enfermedad nos
está diciendo sobre nosotros. Qué es lo que necesitamos purgar para poder
evolucionar y pasar a una etapa de nuestra vida más rica y energizante.
No podemos olvidar
que parte de esta ecuación es la cuadratura a Eris, particularmente de Plutón,
que está exacta en este momento, que nos confronta con ese sentimiento de
alienación de lo que nos rodea. Dónde sentimos que pertenecemos y dónde y con
quién no. Donde o con quién nos sentimos seguros y protegidos y con quién no.
Todo ello muy Cáncer. Este signo busca sin cesar ese lugar donde sentirse
contenido.
Cambios de hogar, de
pareja, de trabajo pueden estar ocurriendo, pero el tema base es el mismo:
EVOLUCIONAR HACIA UN NUEVO YO.
ESTO nos afecta a
todos, pues muchos tenemos algunos de estos signos en nuestra carta natal, pero
por supuesto que donde tengamos ese ángulo Cáncer-Capricornio es donde estamos
sintiendo el mandato divino. Los signos fijos: Tauro-Leo-Escorpio y Acuario
tienen la influencia agregada de Urano, que les pide romper cadenas y liberarse
de aquellas auto-impuestas en el pasado. Los signos mutables:
Géminis-Virgo-Sagitario y Piscis, con la ayudad de Júpiter en cuadratura a
Neptuno, tienen la visión de sus sueños que les susurran todo lo que es
posible, si logran encontrar ese balance entre lo que ya no les sirve y lo que
pueden llegar a ser.
Otro aspecto
relevante de este eclipse es que esta lunación forma aspectos a Kirón y Folo,
lo que nos muestra claramente donde estamos heridos y de donde emana esa
herida, pero por sobre todo, que a pesar de que Reconocerla, Aceptarla y
Respetarla es fundamental, aceptar que con el tiempo podemos darle un vuelco
positivo a ello y comprender que es justamente esa herida lo que nos permite
experimentar Compasión y Amor, es también vital.
Entre otras cosas el
balance o la comunión entre lo femenino y lo masculino está en su momento más
relevante, donde realmente estamos encontrando lo puentes entre estos dos
aspectos de nuestra psique, que hemos tenido separados por siglos y ahora
comienzan a querer unificarse.
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