Simbolismo del Equinoccio y el festival de Pascua
Aunque el
equinoccio tuvo lugar el pasado 20 de marzo, aún es oportuno recordar su
profunda conexión con los antiguos y modernos festivales de la Luz para
comprender mejor el próximo plenilunio.
Este equinoccio —cuando el día y la noche se igualan en duración— no solo señala el inicio de la primavera en el hemisferio norte, sino que también representa un momento crucial en astrología: el ingreso del Sol en Aries, primer signo del zodiaco. Esta transición marca el nacimiento simbólico de la energía solar, un despertar del fuego interno que impulsa la acción, la renovación vital y el
comienzo de un nuevo ciclo tanto personal como colectivo.En
astrología, Aries es regido por Marte, planeta asociado con la fuerza, el
coraje y el movimiento. En este contexto, la luz simboliza el renacer del yo,
una chispa que enciende tanto a nivel personal como colectivo. Es el momento de
sembrar nuevas intenciones, reconectar con el propósito y dejar atrás la
oscuridad del invierno, dando paso a una vitalidad renovada.
Muchas
culturas antiguas, a través de festividades como Ostara, Nowruz, Pésaj o
Pascua, han honrado este momento cósmico a través de ritos vinculados al fuego,
la luz, la fertilidad y la renovación. Aunque desde perspectivas distintas,
todas comparten una conexión profunda con el ritmo espiritual del universo,
donde el cielo y la tierra dialogan, revelando una verdad esencial: la luz que
despierta afuera es reflejo de la que nace dentro de nosotros.
La Escuela
Arcana, con su sabiduría esotérica, identifica tres momentos de máxima
intensidad espiritual, coincidiendo con las tres primeras lunas llenas del año
[astrológico]: la de Aries, con su Festival de Pascua o Resurrección; la de
Tauro, con el Festival de Buda o Wesak; y la de Géminis, con el Festival de la
Humanidad.
Con el
próximo plenilunio, que activa el eje Aries/Libra, damos la bienvenida al
primero de los tres Festivales Mayores, concretamente al festival en el que el
impulso, la voluntad, la fuerza, el dinamismo y la capacidad de derribar
obstáculos son los protagonistas.
La Luna como
dominadora de tensiones
En esta
lunación, la Luna ocupa el rol de planeta dominador de tensiones, asumiendo un
protagonismo especial por su posición dentro del mandala astral.
En
astrología, se llama planeta dominador de tensiones a aquel que, por su
ubicación destacada en relación al resto de los cuerpos celestes —especialmente
cuando se encuentra en el lado opuesto a la concentración planetaria—, actúa
como un foco de energía e influencia predominante.
En este
caso, la Luna, aislada en el signo de Libra, se enfrenta o dialoga con un
cúmulo de planetas ubicados del lado contrario del zodíaco (Piscis-Cáncer),
convirtiéndose así en la protagonista principal. Su energía se impone con un
intercambio directo con casi todos ellos, excepto con Plutón, con quien
mantiene un vínculo indirecto a través de Marte. Este entramado da forma a un
cielo de sensibilidad delicada, donde las emociones y los sentimientos, aunque
sutiles en su expresión, se intensifican y emergen con fuerza al momento de
tomar decisiones personales.
Lo que se
presenta no es solo una tensión, sino una posibilidad creativa. La Luna, como
catalizadora, nos impulsa a buscar armonía a través del conflicto, obligándonos
a mirar de frente nuestras contradicciones para transformarlas. Sin embargo,
esta energía no se activa sola: reclama nuestra participación consciente y
nuestro compromiso personal para manifestarse de forma constructiva.
Así que no
te sientas abrumado o abrumada. Si identificas en qué áreas de tu carta natal
impacta este plenilunio, sabrás dónde enfocar tu atención y tu intención.
Y realmente
vale la pena aprovecharla: esta es una oportunidad para integrar fuerzas
opuestas, sanar desequilibrios y moldear una expresión auténtica y equilibrada
de ti mismo, alineada con el orden cósmico que potencia la estructura
cuadrangular de la figura de aspectos.
Sobre el
arquetipo de Aries
Como sabes,
Aries es el primer signo del zodiaco y, por tanto, el signo que marca los
inicios de cualquier ciclo de manifestación, siempre de forma impetuosa y
entusiasta.
Pero no sólo
eso, sino que también alberga una fuerza de empuje capaz de enfrentarse a
cualquier reto o impedimento que encuentre en el camino hacia su máxima
expresión.
Es un signo
de fuego y transmite a nuestra vida planetaria las energías del Primer Rayo, el
Rayo de Voluntad o Poder.
Las notas
claves de Aries, recuperando algunas de las notas de Alice A. Bailey en su
libro Astrología esotérica, imparten la misma idea:
1. Expresión
de la voluntad de ser y hacer.
2.
Desarrollo del poder de manifestación.
3. Llegada a
la unidad desde el esfuerzo.
Poder volver
al punto de partida puede sernos muchas veces de gran ayuda, en cuanto a que
nos ayuda a poder rectificar o reajustar nuestro camino.
El mes de
Aries es un buen momento para reconectarnos con nuestro verdadero yo y, desde
el «yo soy», llegar al «yo quiero» y al «yo puedo», sintiéndonos más útiles y
con la certeza interior de poder avanzar y prosperar.
Los signos
de Aries y Libra en la Catedral de Chartres
Aries es el
signo del comienzo, del inicio del sendero del encuentro con nosotros mismos,
de esa parte heroica que se encuentra en nuestros corazones y que emprende el
viaje de Aries a Piscis a través de Tauro.
Este sendero
de autoconocimiento es el único que permite el retorno a la Casa del Padre, el
único camino en el que podemos llegar a controlar la forma (la personalidad) y
poderla luego someter al dictado del Alma, que es propio y único.
No es
casualidad que al plenilunio de Aries se le denomine también el «Festival de la
Resurrección», entendiéndose como 'resurrección' la construcción de un puente
entre la personalidad y el alma, permitiendo una fusión gradual con un nivel
superior de la existencia, y trabajando cuatro «R»: la reorganización, la
repolarización, la reorientación y la regeneración.
Aries es un
signo que nos invita a abrirnos a nuestros recursos internos para irradiar
belleza en nuestra comunicación y relaciones cotidianas, a través de la
consagración de ideas y pensamientos originadas en nuestra dimensión más
elevada.
¿Sabes cuál
es tu dictado? Aprovecha esta primera Luna llena del año astrológico que,
además, viene cargada de integración y manifestación, para tomar impulso.
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