Hermanos!!! Es hora de parar de hablar y escribir textos sobre los
valores, es hora de vivirlos. Es en la ética de la vida cotidiana donde vamos a
construir un mund mejor, un mundo al que todos sintamos orgullo de pertenecer.
Somos seres en camino a la perfección, porque la perfección es el
destino de todo lo creado. Cuando comenzamos a transitar ese camino, vemos en
primer lugar nuestras propias imperfecciones. Esto no debe detenernos ni
envanecernos, en la interminable escalera de Job, siempre encontraremos millones
de seres que están más arriba que nosotros y millones de seres que transitan
por escalones que están más abajo del nuestro.
No es bueno compararse porque corremos el riesgo de
menospreciarnos o de volvernos vanidosos, depende de donde miremos.
Esa Gran Alma que conocimos como San Francisco de Asis nos enseñó en su
Cantico de Amor a las Criaturas que todas ellas, por grandiosas o
insignificantes que sean, ocupan un lugar en el Universo y hacen que la vida
sea plena.
Un lugar muy especial, en este planeta Tierra lo ocupamos nosotros, la
Humanidad. Nosotros somos los ladrillos con los que Dios construye su
Templo.
Nosotros, los ofrecidos, los que hemos comprendido que en esta vida
hemos venido a servir, somos los ladrillos de este templo que, cuando haya sido
construido sobre la faz de la Tierra, la transformara en un planeta de Luz, en
una esfera mayor de Libertad.
Para avanzar hacia la Libertad verdadera, es bueno que nosotros,
los hijos de los hombres que libre y conscientemente hemos elegido ser los hijos
de Dios, los hijos del Sol, vivamos intensamente la Humildad.
La Humildad se encarna en nuestra vida cuando empezamos por reconocer la
Unidad de la Vida y en consecuencia nuestra común unión con todo lo creado. Es
como nos enseña el Maestro Kumar, un paso en firme para disipar la ignorancia.
Saber que no somos separados, que todos vivimos, nos movemos y tenemos el ser
dentro de ese Gran Ser que denominamos Humanidad y que es uno de los tres
Grandes Centros Planetarios, junto con Jerarquía y Shamballa.
Es humilde el que ocupa SU LUGAR, en la raza de los humanos. Así como el
sol en su inmenso recorrido en el espacio, las palmeras y las hormigas, los
humanos ocupamos un lugar. Es verdadera y auténticamente humilde el que ocupa
su lugar y no otro lugar. No es ser humilde colocarse en un lugar más bajo del
que nos toca ocupar. El verdadero humilde es el que agradece y honra el lugar
donde su Alma lo ha puesto en la cadena de seres, se mueve y danza en la gran
danza de la vida, lleno de buena voluntad.
La humildad encarna en nosotros cuando somos capaces de reconocer la
unidad de todo lo manifestado, su interrelación total y el Divino propósito de
todo lo creado, cuando es mirado como en verdad es, en su totalidad.
Sumergidos en el espejismo del yo separado, tendemos a creer que todo
tiene un propósito separado…. ¿Cual sería el propósito de una mano si no
estuviera adherida al brazo y el cuerpo físico?.... Cada cosa que vemos
separada, cada ser que percibimos como fuera de sus grupos o sistemas de
pertenencia, carece de propósito, pierde su sentido.
Cuando un ser humano se percibe a si mismo, aislado, separado de todos
los demás, cuando se ve dividido de los otros, su vida tiende a perder
sentido y significado y el desaliento y la depresión se manifiestan.
Otro aspecto igualmente importante de la humildad es reconocer la parte
que cada humano debe jugar y actuar decididamente para ayudarlo a reconocer y
ocupar su lugar.
Cuando discriminamos, cuando negamos derechos, cuando negamos espacios
para ser, hacer, crear, a un ser humano en el mundo, nosotros estamos perdiendo
todo sentido de humildad.
Cuando nos miramos como partes del todo reconocemos nuestro rol y el
lugar que ocupan los demás. Todo cobra sentido y significado y la vida se
muestra para nosotros en toda su profundidad. Es encontrar la belleza de la
vida de las formas cuando la podemos ver en su globalidad.
Si uno acepta su lugar y reconoce a los que tiene a su lado, en la
familia, en el trabajo, en la comunidad, uno se libera del espejismo del yo
separado que se muestra como soberbia espiritual y de la vida en las formas,
comienza a disfrutar ¿Cómo mostramos esto en la pequeña vida de todos los días.
Reconociendo y celebrando el lugar que cada quien ocupa, dejándolo ser,
dejándolo ocupar el espacio donde debe vibrar.
Cuando no aceptas que personas diferentes puedan ocupar su lugar estás
perdiendo el ejercicio de la humildad. Humildad es reconocer que no hay ningún
ser en este mundo que no tenga un propósito, o que no deba ocupar su lugar.
Esto es la soberbia, el efecto sobre nosotros del espejismo del yo separado.
Cuando vivo la conciencia de la humildad comprendo y acepto el propósito
de mi vida, reconozco y trabajo para que todos puedan ocupar su lugar, la vida
a mi alrededor se vuelve sagrada y encarno la vivencia de la Divinidad
Esencial.
Si ves todo lo manifestado y reconoces como San Francisco a todas las
formas como tus hermanos, al Hermano Sol, hermana Luna, hermanas flores, aves y
todo lo creado, como tu hermano, todo encuentra sentido y se manifiesta como
una unidad. Desaparecen la exclusión y la discriminación. Emerge victoriosa la
Fraternidad.
PLENILUNIO DE PISCIS
Martes 19 de Febrero a las 15:53
GMT
Su lema es: “Abandono el
hogar de mi Padre y retornando, yo salvo”.
Tipo de energía:
absorbente
Función: Redención por
medio de la renuncia
Elemento: agua
Rayos: Segundo y Sexto
Regente Exotérico: Júpiter (2do. Rayo)
Regente Esotérico: Plutón (1er. Rayo)
Regente Jerárquico: Plutón (1er. Rayo)
Esta energía propicia la fusión del alma y la forma produciendo la
manifestación del Cristo encarnado. En su etapa final, representa la muerte de
la personalidad, la liberación del alma de su cautiverio y su retorno a la
tarea de Salvador del Mundo. Produce sensibilidad psíquica. Otorga compasión,
magnetismo y disposición a sacrificarse por los demás como un impulso de
salvar. Su luz, que revela la luz de la vida misma, termina para siempre con la
oscuridad de la materia.
Tauro y Piscis, por medio de Vulcano y Plutón se relacionan con el
Primer Rayo. La transmutación del deseo en sacrificio (Tauro) y la voluntad
individual en la voluntad divina (Piscis).
El Maestro que dirige la celebración de este plenilunio es EL
SEÑOR MAITREYA. Se recomienda meditar en la Luz del Este y la Luz del
Oeste. Mitra, la Luz del Este representa al Padre y Varuna, la Luz del Oeste
representa a la Madre. El Este en nosotros está en el entrecejo y el Oeste es
la luz violeta en el centro Base
No hay comentarios:
Publicar un comentario