Por José L. Stevens
Tal vez sea hora de volver a mirar el tema del poder porque estamos viviendo en un momento de cambio masivo y sucede que el tema del poder está levantando su cabeza nuevamente. Esto será especialmente cierto en las próximas semanas, pero en cierto modo también es el tema de las próximas décadas y eso afectará a la mayoría de las personas que viven hoy.
El
poder, por supuesto, se puede definir de varias maneras, tanto de manera
convencional como desde un punto de vista más
espiritual. Convencionalmente, el poder generalmente se asocia con el
poder sobre las personas, eventos, organizaciones, presupuestos, tecnología,
etc. Quien ejerce este tipo de poder tiene lo que a los demás les parece
ser influencia y control sobre el entorno físico. Este tipo de poder es
muy glamoroso para muchos seres humanos, por lo que cientos de millones de
personas pasan la vida tratando de adquirirlo y ejercitarlo con resultados
mixtos. Una variedad de este poder es la capacidad de influir en las
mentes de las personas. El marketing, la política y la religión son todas
las fuerzas principales que tratan de influir en cómo piensan las personas y
qué decisiones toman. Por ejemplo, si puedes convencer a suficientes
personas para que compren tu producto, es probable que te vuelvas rico. Si
puedes venderle a suficientes personas el por qué deberías ser su nuevo líder,
se te verá como bastante poderoso en el mundo cuando seas elegido o cuando simplemente
intervengas y asumas el control. Si puedes venderle a suficientes personas
sobre por qué deberían adoptar tus ideas religiosas, entonces puedes
controlarlas muy fácilmente de varias maneras. Puedes amenazarlos con la
excomunión, con perder sus almas, o con castigos más dolorosos, como ser
quemados en la hoguera o ser apedreados hasta morir, etc.
Estas
son las maneras en que la mayoría de la gente piensa acerca del
poder. Además, creen que los va a hacer felices, completos, satisfechos,
admirados por todos, y que será muy divertido. La realidad, por supuesto,
es bastante diferente. El problema con este tipo de poder es que es un
juego que suma cero. Si alguien más tiene el poder, entonces quizás tú no
lo tienes. Si tú lo tienes, entonces ellos no. Entonces, este tipo de
poder es visto como limitado en cantidad y en alta demanda. Sólo una
persona a la vez puede ser presidente, secretario de estado, dictador o
director ejecutivo. Sólo una persona puede ser el actor mejor pagado en
Hollywood. Sólo hay una Miss América cada año. Sólo hay un ganador
del Emmy al mejor artista nuevo. Sólo hay un CEO en la Corporación Disney
o Apple o Amazon. Como este tipo de poder es limitado, tienes que gastar
mucho esfuerzo y tiempo defendiéndolo de los usurpadores al trono, de aquellos
que intentan derrocarte destruyendo tu compañía, superándote, etc. En los
niveles políticos o de las estrellas de rock, quizás debas tener fuertes
fuerzas de seguridad que impidan que las personas te asesinen. No es tan
divertido después de todo. Cuanto más poder de este tipo tengas, más
solitario podrás llegar a estar, porque tienes cada vez menos compañeros y, a
menudo, intentan derrotarte.
Muchas
personas que buscan el poder se contentan con ser asesores de la reina o del
rey o incluso del “hacedor” del rey o de la reina (la persona que los llevó
hasta allí). Esto usualmente involucra fuertes recompensas o favores más
tarde. Ese es otro tipo de poder. Algunas personas simplemente se
contentan con ser un proscrito, un narcotraficante, un mafioso a quien las
personas le besan el anillo. Se ve glamoroso, pero generalmente implica
constantemente mirar por encima del hombro por la policía o por el
asesino de un rival.
Sin
embargo, la mayoría de las personas no pueden aspirar a estas elevadas
posiciones de poder, pero aún quieren su parte del pastel. Así que ejercen
el control sobre sus hijos abusando de ellos o amenazándolos e intentando
controlarlos o hacen lo mismo con sus cónyuges. Algunos jefes mezquinos
actúan como pequeños dictadores con los empleados que les reportan y otros
incluso juegan con sus novios o novias tratando de controlarlos a través de los
celos para llamar su atención. Si miras a tu alrededor, puedes ver un
impulso casi universal orientado hacia el ego por el poder, el cual casi continuamente
fracasa. Todos estos juegos por el control, por la admiración, por la
atención, etc., generalmente producen lo opuesto. No hacen que las
personas sean más populares y no les otorgan el control. Ciertamente, no los
hacen más poderosos, sino que por lo general los vuelven más débiles y menos
seguros, por lo cual tienen que aumentar sus ofertas por un poder de bajo
nivel.
Muchas
de estas ofertas por poder de bajo nivel son tan obvias que son completamente
transparentes para un alma mayor, quien generalmente se aleja de ellas. Si
alguien le dice a un alma mayor que es el único que puede resolver su problema,
esa alma mayor cruzará la puerta de salida al instante. La mayoría de las
almas mayores encuentran que este deseo de poder externo local es algo repugnante
y se avergüenzan cuando ven estas acciones en ellas mismas.
Entonces,
¿qué otro tipo de poder hay? Bueno, hay una larga lista. En primer
lugar, existe el poder de tomar una decisión propia, el poder de elegir, el
poder de decir no o sí a las sugerencias o solicitudes de otros. Existe el
poder de observar y ver claramente las actividades de tu propia personalidad
falsa y el poder de alejarse de los venenos de los siete obstáculos: la
codicia, la autodestructividad, el autodesprecio, la arrogancia, el martirio,
la impaciencia y la obstinación. Existe el poder de ver el panorama mayor
y elegir no identificarse con los contenidos de tu vida, sino con el contexto
de la misma. Existe el poder de elegir el amor sobre el miedo, el perdón
sobre el juicio, la compasión sobre el odio, etc. Estas pueden parecer
pequeñas cosas para algunos, pero en realidad son las grandes cosas, las cosas
que pueden liberarte de una vida de sufrimiento. Y no son necesariamente
fáciles de hacer. Requieren más disciplina y trabajo que ganar un millón o
mil millones de dólares. Son toda una vida de disciplina y de
elecciones. Son toda una vida de levantarse del suelo una y otra vez y
volver a intentarlo después de un fracaso miserable, del fracaso en el amor,
del fracaso en perdonar, etc. Esto es realmente lo más difícil, lo que
requiere poder real para enfrentarlo y avanzar.
El
poder real está en la capacidad de dejar ir el apego extremo, el poder de
soltar a tus hijos y dejarlos vivir, el poder de dejar ir el control. Es
el poder de superar la tendencia a creer en las apariencias y mirar más
profundamente. Es el poder de encontrar el Espíritu en todos y en todo,
aunque a veces sea muy difícil verlo. Es el poder de tomar riesgos y ser
vulnerable, cuando la última vez que lo hiciste terminaste con la cara hundida
en el barro. Es el poder de enfrentar la humillación y hablar desde tu
verdad, aunque es probable que no seas comprendido o siquiera
escuchado. Es el poder de reír fuerte y largo ante las locas paradojas y
lo absurdo de ser un ser humano.
El
poder real es estirarse para ir más allá de tu zona de confort y tomar algunos
riesgos y luego felicitarte por intentarlo aunque hayas fallado. El poder
real proviene del espacio que creas al ejercer todas estas prácticas y
disciplinas. El poder es tu capacidad de ser el "Yo soy" y la
capacidad de hacer, el "Yo puedo". No es lo que hiciste la semana
pasada, es de lo que eres capaz ahora. El poder se deriva del vacío,
siendo el hueso hueco, siendo el conducto para el Espíritu, siendo capaz de
salirse del camino para que el Espíritu pase a través de ti. "No mío,
sino tuyo". Por último, pero no menos importante, el poder real se siente
bien y puede resultar en una verdadera diversión y disfrute. No hay nada
que temer, ninguna trampa te espera, no empeoras a medida que te esfuerzas por
lograrlo. No hay nada negativo y no es un juego de competitividad que suma
cero. Todos pueden disfrutar de un poder real al mismo tiempo sin meterse
en el camino de los demás. Con este tipo de poder, cuanto más ayudes a
otros a ser poderosos, más poderoso te volverás tu mismo. El único precio
a pagar por el poder real es tu propia zona de confort y, en última instancia,
es un precio muy pequeño que pagar.
En
estos tiempos difíciles, lo mejor que podemos hacer es hacer un inventario de
nosotros mismos. Este es uno de los caminos al poder real. En un
negocio sano hay que hacer inventarios periódicamente. Lo mismo es cierto
para nosotros. Esta práctica nos mantiene sanos y fuertes. ¿Qué es lo
que estoy buscando? ¿Qué quiero en mi vida ahora? ¿Cuáles son mis
fortalezas y debilidades? ¿Dónde está mi sistema de apoyo? ¿Quiénes
son mis amigos? ¿Qué me está arrastrando hacia abajo? ¿Qué es lo que
me da más problemas? ¿Cómo puedo ser de mayor servicio? ¿A qué le
estoy prestando atención? ¿Qué estoy ignorando? ¿Qué les estoy
escondiendo a los demás? ¿Y a mí mismo? ¿En qué emociones estoy
sentado? ¿Cómo es que estoy sintiéndome mal por mí mismo? ¿De qué me
quejo pero no hago nada para cambiar? ¿A quién y a qué he estado culpando por
mi falta de felicidad o buena fortuna? ¿Cuáles son las verdaderas
bendiciones de mi vida? ¿Qué es lo que realmente me importa? ¿Qué es
importante para mí ahora? Si el Espíritu me dijera exactamente lo que
debería hacer en este momento,¿lo haría? ¿Por qué no? ¿De qué me siento
culpable y avergonzado? ¿Qué ha sido y sigue siendo una verdadera pérdida
de tiempo? ¿Qué necesito en mi vida ahora? ¿Descanso? ¿Tiempo de
silencio? ¿Una explosión de actividad productiva? ¿Compañerismo? ¿De
dónde viene mi energía? ¿Cuáles son mis pérdidas de energía en este
momento? ¿Cómo me miento? ¿Dónde esta mi pasión? ¿Dónde está el
verdadero jugo para mí?
Tienes
la idea. Estos son el tipo de preguntas que deben formularse y
contestarse, pero no con un montón de aversión y autocrítica. Son
preguntas legítimas que deben plantearse de manera desapegada y sin
culpa. Intenta hacer este tipo de inventario pronto. Si encuentras
que te ayuda, hazlo por escrito. Te ayudará mucho en los tiempos que
vienen. Aquellos que se nieguen a hacer un inventario no estarán preparados
para las oportunidades que están llegando para ser verdaderamente poderosos a
la manera de las almas antiguas.
Feliz viaje.
Traducción: Marcela Borean
Difusión: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
Difusión: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario