Dicen que una casa no es un hogar hasta no tener a alguien con quien
compartirla. Una casa es solo paredes hasta que incluimos nuestro corazón; solo
en ese momento puede ser un hogar verdadero. Venimos a este mundo con nada a
nuestro nombre. Nacemos con nuestra hoja en blanco. De cada uno de nosotros
depende construir una vida y, con suerte, dejar un legado de nuestra
buena
voluntad. Algunos quizá elijan una vida en la que solo pasen de un placer a
otro. Otros eligen crear una vida en la que sirven a los demás y al mundo, algo
que al final trae plenitud verdadera. Esta semana aprendemos a transformar
nuestra propia casa espiritual en un hogar espiritual. Somos
inspirados a ofrecer una mano a los demás y, de este modo, permitir que energía
positiva fluya hacia nuestra vida. El universo nos llama a abrir nuestro
corazón y crear una vida de positividad a través de nuestras propias acciones
de buena voluntad y amor. Esta semana comenzamos el proceso de convertirnos en
verdaderos canales de Luz para permitirnos recibir de manera ilimitada la
alegría y la felicidad que es nuestro destino.
"APRENDEMOS A
TRANSFORMAR NUESTRO PROPIO HOGAR ESPIRITUAL."
La porción de la Biblia de esta semana se llama Trumá. Trumá
significa “beneficencia”. El Creador, después de entregar los lineamientos
espirituales a los israelitas, pide que comiencen a ponerlos en práctica. El
Creador les pide a los israelitas que comiencen el proceso de crear la vasija
espiritual que albergue la nueva energía que recibieron. La porción comienza
con el Creador diciendo: “Di a los israelitas que Me traigan una ofrenda”.
Espiritualmente, el Creador pide a los israelitas que comiencen la construcción
de una vasija espiritual interna para poder recibir la totalidad de Su Luz. A
nivel físico, Él les pide que contribuyan con la construcción del Tabernáculo,
una morada física con varios componentes diseñados para ser el lugar donde la
Luz del Creador habitaría. Sin embargo, contribuir en la construcción de este
Tabernáculo es lo que construirá su capacidad espiritual interna para recibir
la Luz, la alegría y la plenitud. El Tabernáculo resguardaba las Tablas, las
manifestaciones físicas de la Luz que el Creador envió en el Monte Sinaí.
Estaba conformado por cortinas, paredes, patios, mesas, candelabros, madera,
oro, bronce y plata. Era una estructura espiritual elaborada y hermosa desde
donde los israelitas podían atraer la Fuerza de Vida del Creador. El Creador
sabía que la enorme cantidad de Luz que estaban por recibir necesitaba una
vasija que la contuviera. Él sabía que era esencial que los israelitas
contribuyeran con el proceso de construcción del Tabernáculo y simultáneamente
construir su propia vasija interna. Con cada contribución que
realizaron, pudieron recibir más energía. Con cada oportunidad en la que
eligieron dar, la energía del Creador llenó su presencia. Contribuir o dar es
la única manera de mantener consistentemente la Luz del Creador y mantener la
energía positiva en nuestra vida, ya que las bendiciones solo pueden permanecer
si haces espacio para ellas. Hacemos este espacio cuando contribuimos con la
vida de los demás. Así construimos nuestra vida para recibir todo lo que
nacimos para recibir.
"LA PARADOJA DE
LA VIDA ES QUE CUANDO DAMOS SOMOS NOSOTROS MISMOS QUIENES RECIBIMOS."
A menudo en la vida no logramos ver la paradoja inherente a ella. Para
recibir, no podemos simplemente tomar. Tomar solo nos dejará insatisfechos ya
que hay una chispa del Creador en todo lo que vinimos a desarrollar en este
mundo. La paradoja de la vida es que cuando damos en realidad somos nosotros
mismos quienes recibimos. Esta semana inicia la Luna Nueva de Piscis, nos
presenta la Luz más elevada y espiritualmente avanzada de todo el año. ¿Cómo
revelamos esta Luz? Sin una vasija para ella, la Luz se pierde. Del mismo modo
en el que la Tierra brilla en el espacio, nosotros también podemos brillar en
la vida. Si la Tierra no reflejase la energía del Sol, la luz se perdería en la
oscuridad del espacio. Nos conviene crear una vida de servicio a los demás y
vivirla no solo pensando en nuestras propias necesidades, sino también en las
de los demás. Este servicio a los demás es la contribución que creará la vasija
para recibir la Luz del Creador. La herramienta espiritual de la contribución
no pudo haber llegado en un momento más importante que este, ya que estamos por
entrar en una ventana de tiempo de 60 días de gran Luz espiritual. Entraremos
en un doble mes de Piscis. Piscis es el final de toda la Luz espiritual del año
entero. Trumá viene para enseñarnos a recibir esta Luz y elevarnos en el
proceso. La Luz siempre busca su camino hacia nuestra vida para que crezcamos y
seamos felices. Al abrir nuestro corazón y comenzar a pensar en las necesidades
de los demás, construimos nuestro propio Tabernáculo interior y, de ese modo,
creamos la vida de alegría y felicidad que estamos destinados a vivir.
Esta semana en tus meditaciones, construye tu vasija interna. Observa
que mientras más des, más tendrás. Visualízate como un canal puro de Luz. El
Creador fluye a través de ti. Sonríele y dale amor a toda persona que te
encuentres. Mientras más energía recibas, más le permites que fluya a través de
ti. Mientras más dejes ir, más recibirás. Si estás abierto a ello, contribuye
con este mundo no solo con tu inteligencia sino también con tus manos y
corazón. En ese momento serás capaz de recibir más de lo que jamás podrías
soñar, ya que somos prósperos no por la cantidad de tesoros que tengamos, sino
por la cantidad de corazones que apreciemos. Nuestra casa solo se convierte en
hogar cuando recordamos compartirla con alguien más. Una vez que hagamos el
esfuerzo por construir una vida en la que compartamos con los demás, podremos
revelar el Tabernáculo que siempre ha estado en nuestro interior
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