Tal vez sea hora de volver a mirar el tema del poder porque estamos
viviendo en un momento de cambio masivo y sucede que el tema del poder está
levantando su cabeza nuevamente. Esto será especialmente cierto en las próximas
semanas, pero en cierto modo también es el tema de las próximas décadas y eso
afectará a la mayoría de las personas que viven hoy.
El poder, por supuesto, se puede definir de varias maneras, tanto de manera convencional como desde un punto de vista más espiritual. Convencionalmente, el poder generalmente se asocia con el poder sobre las personas, eventos, organizaciones, presupuestos, tecnología, etc. Quien ejerce este tipo de poder tiene lo que a los demás les parece ser influencia y control sobre el entorno físico. Este tipo de poder es muy glamoroso para muchos seres humanos, por lo que cientos de millones de personas pasan la vida tratando de adquirirlo y ejercitarlo con resultados mixtos. Una variedad de este poder es la capacidad de influir en las mentes de las personas. El marketing, la política y la religión son todas las fuerzas principales que tratan de influir en cómo piensan las personas y qué decisiones toman. Por ejemplo, si puedes convencer a suficientes personas para que compren tu producto, es probable que te vuelvas rico. Si puedes venderle a suficientes personas el por qué deberías ser su nuevo líder, se te verá como bastante poderoso en el mundo cuando seas elegido o cuando simplemente intervengas y asumas el control. Si puedes venderle a suficientes personas sobre por qué deberían adoptar tus ideas religiosas, entonces puedes controlarlas muy fácilmente de varias maneras. Puedes amenazarlos con la excomunión, con perder sus almas, o con castigos más dolorosos, como ser quemados en la hoguera o ser apedreados hasta morir, etc.
Estas son las maneras en que la mayoría de la gente piensa acerca del poder. Además, creen que los va a hacer felices, completos, satisfechos, admirados por todos, y que será muy divertido. La realidad, por supuesto, es bastante diferente. El problema con este tipo de poder es que es un juego que suma cero. Si alguien más tiene el poder, entonces quizás tú no lo tienes. Si tú lo tienes, entonces ellos no. Entonces, este tipo de poder es visto como limitado en cantidad y en alta demanda. Sólo una persona a la vez puede ser presidente, secretario de estado, dictador o director ejecutivo. Sólo una persona puede ser el actor mejor pagado en Hollywood. Sólo hay una Miss América cada año. Sólo hay un ganador del Emmy al mejor artista nuevo. Sólo hay un CEO en la Corporación Disney o Apple o Amazon. Como este tipo de poder es limitado, tienes que gastar mucho esfuerzo y tiempo defendiéndolo de los usurpadores al trono, de aquellos que intentan derrocarte destruyendo tu compañía, superándote, etc. En los niveles políticos o de las estrellas de rock, quizás debas tener fuertes fuerzas de seguridad que impidan que las personas te asesinen. No es tan divertido después de todo. Cuanto más poder de este tipo tengas, más solitario podrás llegar a estar, porque tienes cada vez menos compañeros y, a menudo, intentan derrotarte.
Muchas personas que buscan el poder se contentan con ser asesores de la reina o del rey o incluso del “hacedor” del rey o de la reina (la persona que los llevó hasta allí). Esto usualmente involucra fuertes recompensas o favores más tarde. Ese es otro tipo de poder. Algunas personas simplemente se contentan con ser un proscrito, un narcotraficante, un mafioso a quien las personas le besan el anillo. Se ve glamoroso, pero generalmente implica constantemente mirar por encima del hombro por la policía o por el asesino de un rival.
Sin embargo, la mayoría de las personas no pueden aspirar a estas elevadas posiciones de poder, pero aún quieren su parte del pastel. Así que ejercen el control sobre sus hijos abusando de ellos o amenazándolos e intentando controlarlos o hacen lo mismo con sus cónyuges. Algunos jefes mezquinos actúan como pequeños dictadores con los empleados que les reportan y otros incluso juegan con sus novios o novias tratando de controlarlos a través de los celos para llamar su atención. Si miras a tu alrededor, puedes ver un impulso casi universal orientado hacia el ego por el poder, el cual casi continuamente fracasa. Todos estos juegos por el control, por la admiración, por la atención, etc., generalmente producen lo opuesto. No hacen que las personas sean más populares y no les otorgan el control. Ciertamente, no los hacen más poderosos, sino que por lo general los vuelven más débiles y menos seguros, por lo cual tienen que aumentar sus ofertas por un poder de bajo nivel.
Muchas de estas ofertas por poder de bajo nivel son tan obvias que son completamente transparentes para un alma mayor, quien generalmente se aleja de ellas. Si alguien le dice a un alma mayor que es el único que puede resolver su problema, esa alma mayor cruzará la puerta de salida al instante. La mayoría de las almas mayores encuentran que este deseo de poder externo local es algo repugnante y se avergüenzan cuando ven estas acciones en ellas mismas.
Entonces, ¿qué otro tipo de poder hay? Bueno, hay una larga lista. En primer lugar, existe el poder de tomar una decisión propia, el poder de elegir, el poder de decir no o sí a las sugerencias o solicitudes de otros. Existe el poder de observar y ver claramente las actividades de tu propia personalidad falsa y el poder de alejarse de los venenos de los siete obstáculos: la codicia, la autodestructividad, el autodesprecio, la arrogancia, el martirio, la impaciencia y la obstinación. Existe el poder de ver el panorama mayor y elegir no identificarse con los contenidos de tu vida, sino con el contexto de la misma. Existe el poder de elegir el amor sobre el miedo, el perdón sobre el juicio, la compasión sobre el odio, etc. Estas pueden parecer pequeñas cosas para algunos, pero en realidad son las grandes cosas, las cosas que pueden liberarte de una vida de sufrimiento. Y no son necesariamente fáciles de hacer. Requieren más disciplina y trabajo que ganar un millón o mil millones de dólares. Son toda una vida de disciplina y de elecciones. Son toda una vida de levantarse del suelo una y otra vez y volver a intentarlo después de un fracaso miserable, del fracaso en el amor, del fracaso en perdonar, etc. Esto es realmente lo más difícil, lo que requiere poder real para enfrentarlo y avanzar.
El poder real está en la capacidad de dejar ir el apego extremo, el poder de soltar a tus hijos y dejarlos vivir, el poder de dejar ir el control. Es el poder de superar la tendencia a creer en las apariencias y mirar más profundamente. Es el poder de encontrar el Espíritu en todos y en todo, aunque a veces sea muy difícil verlo. Es el poder de tomar riesgos y ser vulnerable, cuando la última vez que lo hiciste terminaste con la cara hundida en el barro. Es el poder de enfrentar la humillación y hablar desde tu verdad, aunque es probable que no seas comprendido o siquiera escuchado. Es el poder de reír fuerte y largo ante las locas paradojas y lo absurdo de ser un ser humano.
El poder real es estirarse para ir más allá de tu zona de confort y tomar algunos riesgos y luego felicitarte por intentarlo aunque hayas fallado. El poder real proviene del espacio que creas al ejercer todas estas prácticas y disciplinas. El poder es tu capacidad de ser el "Yo soy" y la capacidad de hacer, el "Yo puedo". No es lo que hiciste la semana pasada, es de lo que eres capaz ahora. El poder se deriva del vacío, siendo el hueso hueco, siendo el conducto para el Espíritu, siendo capaz de salirse del camino para que el Espíritu pase a través de ti. "No mío, sino tuyo". Por último, pero no menos importante, el poder real se siente bien y puede resultar en una verdadera diversión y disfrute. No hay nada que temer, ninguna trampa te espera, no empeoras a medida que te esfuerzas por lograrlo. No hay nada negativo y no es un juego de competitividad que suma cero. Todos pueden disfrutar de un poder real al mismo tiempo sin meterse en el camino de los demás. Con este tipo de poder, cuanto más ayudes a otros a ser poderosos, más poderoso te volverás tu mismo. El único precio a pagar por el poder real es tu propia zona de confort y, en última instancia, es un precio muy pequeño que pagar.
En estos tiempos difíciles, lo mejor que podemos hacer es hacer un inventario de nosotros mismos. Este es uno de los caminos al poder real. En un negocio sano hay que hacer inventarios periódicamente. Lo mismo es cierto para nosotros. Esta práctica nos mantiene sanos y fuertes. ¿Qué es lo que estoy buscando? ¿Qué quiero en mi vida ahora? ¿Cuáles son mis fortalezas y debilidades? ¿Dónde está mi sistema de apoyo? ¿Quiénes son mis amigos? ¿Qué me está arrastrando hacia abajo? ¿Qué es lo que me da más problemas? ¿Cómo puedo ser de mayor servicio? ¿A qué le estoy prestando atención? ¿Qué estoy ignorando? ¿Qué les estoy escondiendo a los demás? ¿Y a mí mismo? ¿En qué emociones estoy sentado? ¿Cómo es que estoy sintiéndome mal por mí mismo? ¿De qué me quejo pero no hago nada para cambiar? ¿A quién y a qué he estado culpando por mi falta de felicidad o buena fortuna? ¿Cuáles son las verdaderas bendiciones de mi vida? ¿Qué es lo que realmente me importa? ¿Qué es importante para mí ahora? Si el Espíritu me dijera exactamente lo que debería hacer en este momento,¿lo haría? ¿Por qué no? ¿De qué me siento culpable y avergonzado? ¿Qué ha sido y sigue siendo una verdadera pérdida de tiempo? ¿Qué necesito en mi vida ahora? ¿Descanso? ¿Tiempo de silencio? ¿Una explosión de actividad productiva? ¿Compañerismo? ¿De dónde viene mi energía? ¿Cuáles son mis pérdidas de energía en este momento? ¿Cómo me miento? ¿Dónde esta mi pasión? ¿Dónde está el verdadero jugo para mí?
Tienes la idea. Estos son el tipo de preguntas que deben formularse y contestarse, pero no con un montón de aversión y autocrítica. Son preguntas legítimas que deben plantearse de manera desapegada y sin culpa. Intenta hacer este tipo de inventario pronto. Si encuentras que te ayuda, hazlo por escrito. Te ayudará mucho en los tiempos que vienen. Aquellos que se nieguen a hacer un inventario no estarán preparados para las oportunidades que están llegando para ser verdaderamente poderosos a la manera de las almas antiguas.
Feliz viaje.
Traducción: Marcela Borean
Difusión: El Manantial del Caduceo
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