La vida es como una espiral ascendente, se desplaza en círculos y se
eleva cada vez más con cada vuelta. Incluso las estaciones del año giran como
una rueda, una y otra vez. El alma también da vueltas como la arcilla en el
torno de un alfarero. Con cada vuelta del
torno, las manos del alfarero
transforman la arcilla. Al final, una simple masa de arcilla puede
transformarse en un hermoso jarrón. Estamos en el torno del alfarero de la
vida. Podría sorprenderte escuchar que esta no es tu primera vez en la tierra.
Este no es tu primer cuerpo. Ya hemos estado aquí antes y regresamos a
transformar nuestras almas de arcilla en hermosos jarrones para que el amor del
Creador nos llene. Algunas personas hasta pueden recordar sus vidas pasadas con
detalles precisos, de eso hablo en mi libro “Continuará…”. Regresamos a este
mundo muchas veces para completar nuestro propósito espiritual. A menudo, una
experiencia de vida no es suficiente para transformar nuestra alma en lo que
estamos destinados a ser. Regresamos, vida tras vida, y en el camino dejamos
semillas que crecen para ser el karma que construye nuestro futuro. Puede que
no recordemos haber sembrado esas semillas, pero su influencia es incontenible.
Venimos a este mundo y nacemos en un territorio determinado, con padres
determinados, talentos determinados y aspiraciones determinadas. Terminamos
conociendo a gente y entrando en una variedad de sucesos de vida que fueron
causados por las acciones de nuestras vidas pasadas. Cada vida es construida
sobre la anterior. Mientras damos vueltas, nos elevamos y convertimos nuestras
hermosas almas en vasijas de Luz moldeadas por la mismísima experiencia de
vida. Esta semana damos una mirada a nuestro pasado para entender nuestro
futuro. El cosmos abre una ventana para que veamos de dónde hemos llegado a fin
de saber exactamente a dónde necesitamos ir.
"Esta semana damos una mirada a nuestro pasado para entender nuestro
futuro. El cosmos abre una ventana para que veamos de dónde hemos llegado a fin
de saber exactamente a dónde necesitamos ir."
Nuestra especial y misteriosa porción semanal de la Biblia es
llamada Mishpatim. Mishpatim significa “decretos”. La semana pasada
hablamos del Monte Sinaí, esta semana continuamos desde allí. Justo después de
recibir del Creador la primera parte de su manual espiritual, los Diez
Enunciados, los israelitas ahora estaban listos para recibir la segunda parte.
Los israelitas eran como recién nacidos, renovados después de renacer al salir
de Egipto. Eran personas nuevas que se embarcaban en un viaje espiritual y el
Creador estaba a su lado para guiarlos, tal y como está hoy con nosotros. El
Creador representa las manos del alfarero para nosotros, nos convierte en los
seres evolucionados que pedimos ser. El Creador les informa a los israelitas
sobre los “decretos” de la vida, es decir, las leyes kármicas de la
vida. Estas leyes espirituales crean un pacto entre el pueblo y el Creador,
lo cual fortalece su vínculo espiritual. De nuevo, el pueblo respondió:
“Haremos todas las cosas que el Eterno ha dicho, y obedeceremos” Este fue el
siguiente paso en su evolución espiritual. Este fue un momento cumbre de
rectitud para el mundo y toda la humanidad. Estos lineamientos espirituales
crearon energía positiva y ayudaron a transformar a los israelitas para que
fueran capaces de canalizar la Luz del Creador. Mishpatim nos
ofrece el conocimiento de un sistema espiritual que fue establecido para servirnos
y ayudarnos a mejorar nuestra vida en aquel momento y ahora. Los lineamientos
expuestos por el Creador se expanden a lo largo de nuestras vidas y toda la
experiencia humana. Puede ayudarnos no solo pensar en nuestra vida como una
historia contenida solo en nuestra vida actual, sino como una historia
que incluye varias vidas. Tu viaje no comenzó cuando naciste hace unas
décadas en esta vida, sino hace miles de años. Todas tus vidas son vueltas del
torno del alfarero que te convierten en la persona que eres hoy. Los
lineamientos de Mishpatim son el camino Divino que el alma realiza a lo largo
de su viaje. El Creador luego le pide a Moshé que suba al Monte Sinaí para
unirse con Él y recibir en forma física todo lo que fue dicho: las
Tablas de piedra. Moshé subió y se quedó en el monte por cuarenta días y
cuarenta noches. Un período de tiempo que le permitió al pueblo purificarse y
prepararse para recibir las Tablas.
"LA ALEGRÍA ES EL PENSAMIENTO DE CREACIÓN, Y
EL CREADOR QUIERE QUE LO VIVAMOS."
Quizá pasemos la mayor parte de nuestros días lidiando con cosas que
tienen poca importancia espiritual. Puede que dejemos que nuestros pasatiempos
y carreras nos consuman. Pero ¿esta es realmente la razón por la que vinimos a
este mundo? ¿Regresamos a este mundo una y otra vez para despertar cada mañana,
ir al trabajo y volver a casa cada noche, y solo repetir lo mismo día tras día?
¿Para eso fuimos creados? ¿O nuestra existencia tiene más propósitos? La
Kabbalah enseña que la respuesta a esta última pregunta es sí. Estamos aquí en
la tierra para expandir nuestra alma y permitir que se manifieste en nuestra
vida. Nacimos no solo para existir, sino para vivir una vida de alegría
y plenitud infinitas. La alegría es el pensamiento de Creación, y el
Creador quiere que lo vivamos. Los desafíos que enfrentamos en la vida nunca
son fortuitos. Los desafíos que enfrentas están conectados con una vida
anterior. Cuando estamos abiertos a aceptar que lo que vemos en nuestra vida
hoy es el resultado de las semillas que sembramos en vida pasadas, podremos ser
libres. Podremos ser libres del dolor y las acusaciones. La mayor libertad es
saber que todo lo que nos ocurre es para nuestro propio crecimiento y
beneficio. Saber que nuestros problemas no se presentan en vano ni son
fortuitos puede ser una de las cosas más liberadoras de todas. Las leyes
kármicas de la vida nos enseñan que todo lo que damos regresa a nosotros. Si
deseamos tener más amor en nuestra vida, debemos darlo. Mishpatim nos enseña
que todo lo que damos regresará en algún momento, ya sea en esta vida o en la
siguiente. Esta semana somos llamados a abrir nuestro corazón para dar amor
porque sabemos que es la única manera en la que podemos recibirlo.
Esta semana en tus meditaciones, ábrete a viajar al pasado. Muestra
disposición a entender un poco mejor de dónde vienes para saber hacia dónde
avanzar. Recuerda tu infancia. ¿Qué te gustaba hacer? ¿Cuáles eran tus sueños?
¿Qué te encantaba jugar? Nuestra conexión más cercana con nuestra vida pasada
puede sentirse más cuando somos niños. Nuestro niño interior tiene acceso a la
ventana de nuestro pasado y puede darnos los detalles que necesitamos. Ábrete a
entender que quien eres ahora es el resultado de todo lo que has sido. Estás
sobre los hombros de vidas pasadas y eres la suma de todo lo que has aprendido
y vivido. Así pues, sé amable contigo mismo. Los desafíos que
enfrentas hoy forman parte de una larga historia que todavía se
desarrolla. Una larga historia que abarca muchas vidas y miles de años. Aún no
eres una hermosa obra de arte culminada. Eres una vasija hermosa, pero aún
estás en proceso de construcción. Permite que la vida te forme. Acéptala.
Cada día, ve por el mundo sabiendo que cada encuentro y experiencia que vives
tiene un significado mayor diseñado para crear el alma más hermosa. Sé paciente
con tu proceso. Permítete aprender y crecer. Permite que las ruedas de tu alma
sigan dando vueltas. Tu historia es una larga y grandiosa epopeya, y está lejos
de llegar a su fin
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