Extracto del
libro “Hércules, el hombre y el símbolo”
Dr. Sri K. Parvathi Kumar
Ed. Dhanishta
Vamos a
considerar brevemente el 12° trabajo de Hércules para concluir estos doce
trabajos. Voy a ser breve, puesto que hay muy poco que contar en detalle.
Este 12°
trabajo de Hércules tiene que ver una vez más con el trabajo del Salvador del
Mundo, y a medida que se completa el trabajo, el Salvador pasa a los planos
superiores. El símbolo de Piscis indica el Alfa en la Omega y la Omega en el
Alfa.
Cuando los
trabajos se llevan bien a cabo, el Iniciado avanzado pasa a los planos
superiores.
El Maestro le
dijo a Hércules que había trabajado bien como Hijo de Dios, y el Señor mismo
estaba complacido con los trabajos de Hércules. El Maestro fue informado de que
el hijo del hombre se había convertido totalmente en Hijo de Dios, y estaba ya
asegurado para los Círculos Superiores, después de haber realizado bien los
trabajos en esta rueda.
El Maestro le
dijo a Hércules que fuera una vez más a las regiones inferiores a liberar a un
ganado de color rojo que se entraba más allá de las aguas, en el otro lado,
bajo el control de un monstruo ayudado por un perro de dos cabezas. Este
monstruo tenía tres cabezas y seis brazos, y el perro tenía dos cabezas. Una
vez que este trabajo fuera completado, Hércules estaría asegurado para los
Círculos Superiores.
Hércules
comenzó el trabajo, y de camino hacia él adoró a Agni, el Dios del
Fuego, consiguiendo un recipiente de oro. En ese recipiente de oro navegó sobre
las aguas y llegó hasta la isla donde aquellas vacas rojas se encontraban bajo
la custodia del monstruo.
Mató al perro
de dos cabezas y también al monstruo de tres cabezas y seis brazos, puso a
salvo el ganado en aquel recipiente de oro y lo devolvió a la ciudad sagrada.
El trabajo de
devolver a un grupo de seres a su lugar original en la ciudad sagrada es obra
del Salvador. Se trata de poner al seguro la raza hacia la Luz. Se trata de
trabajar de tal manera en la que se da una Iniciación de masas.
Después de
haber tenido la experiencia de ser él mismo Luz, es necesario compartir con una
raza esa misma Luz que se ha experimentado. Dio el impulso que habría de durar
durante siglos y preparó el camino que había sido preparado antes por sus
antepasados. Sólo entonces es completo el trabajo del Hijo de Dios en lo que a
este ciclo se refiere.
El recipiente
de oro es la Luz dorada en que se convirtió el cuerpo de Hércules, y con ese
cuerpo flotaba sobre las aguas, las aguas de la vida, que se encuentran en su
proceso involutivo. Tuvo que enfrentarse al monstruo de tres cabezas y al perro
de dos cabezas. En el sendero de involución hay tres puntos en los que el ser
se encuentra atado. Esto se representa con el pasar por el proceso del primero,
segundo y tercer fuego para convertirse en el fuego de la materia, así como por
el primero, segundo y tercer aire, y luego por la primera, segunda y tercer
agua, así como por la primera, segunda y tercer materia.
Respecto a
estos cuatro triángulos, hay una atadura o condicionamiento triangular en el
proceso de involución que tiene que deshacerse en el proceso de evolución.
Están las aguas del cielo que involucionan como aguas de Cáncer y llegan a lo
más profundo del fondo como aguas de Escorpio y más tarde vuelven a ascender
hasta los cielos mediante un proceso de destilación. Esto es lo que vemos en
este signo de agua.
Del mismo modo
lo encontramos también en los otros elementos. El descenso es triple y es
encendido como alma, como personalidad y como individualidad.
Es un proceso
de involución. Luego está la inversión del sendero en donde las aguas que
llegan a lo más profundo de la materia son elevadas de nuevo. Eso es cierto en
el caso de todos los demás elementos como la materia sólida, el fuego y el
aire.
Cuando los dos
aspectos, es decir, la individualidad y la personalidad se abren, uno vive como
alma no condicionado por la personalidad ni por la individualidad.
Ahora Hércules
había alcanzado un estado en el que estaba completando incluso el tercer
aspecto, el aspecto alma, para convertirse en 'Super Alma' o Alma Universal,
fundiéndose en el Depósito de Consciencia y ascendiendo desde esta rueda de
involución y evolución. Allí tiene la posibilidad de difundirse a sí mismo en
el medio aire para que mediante la invocación de su nombre pueda ser invocado,
o según la opción pueda ascender hasta los Círculos Superiores. Hay algunos que
eligen permanecer en el medio aire. Estos se difunden en el medio aire y su
vibración llega hasta nosotros nada más que pronunciamos su nombre. Es una
cuestión de preferencia.
En el caso de
Hércules, el Maestro dijo que Hércules tenía que ser asegurado en los Círculos
Superiores.
Hércules
realizó la tares aliviando una raza que estaba en esclavitud. En una iniciación
de masa que tiene lugar mediante el Hijo de Dios, de modo que una parte
numerosa de la humanidad se siente inspirada a caminar por el Sendero de la
Luz. El aspecto de involución y evolución en él ya no existe en lo que a este
ciclo se refiere, y ese es el perro de las dos cabezas.
EL MONSTRUO
DE LAS TRES CABEZAS
También superó
las tres distorsiones que ocurren durante la involución. Una distorsión es el
descenso, tal y como ocurre en Aries, la segunda distorsión es el sentido
lateral que ocurre en Géminis, y la tercera distorsión es el descenso vertical
en el condicionamiento físico que tiene lugar en Libra. Éstas son las tres
distorsiones a las que uno se ve enfrentado.
Así hay tres
nudos por medio de los cuales el alma está atada al cuerpo según el
funcionamiento de los signos del zodiaco que nos rodean. Una vez que los tres
nudos se sueltan, quedamos liberados de esta rueda.
Si observamos
los trabajos de Hércules, vemos que los doce trabajos no se realizan en doce
meses. Cuando pasamos por el undécimo trabajo se nos arroja una pauta de que
cada trabajo le llevó a Hércules un ciclo de doce años. De este modo el ciclo
que recorrió de 12 por 12. No se trata de que simplemente recorramos un año y
terminemos los 12 trabajos, sino que son muchos los ciclos por los que se
completa cada uno de estos trabajos.
Al final el
hombre está fuera de esta rueda cuando ha superado el triple condicionamiento
referido como vencer al monstruo de tres cabezas.
Hay una gran
escritura sagrada en Oriente que habla de este monstruo de tres cabezas llamado
Tripurasura, Asura significa 'monstruo' y Tripura significa 'tres
ciudades' en sánscrito. Las tres ciudades son las tres circunscripciones en que
el ser vive dentro de un sistema orgánico.
Muchos son los
secretos que se dan en esa escritura sagrada "El Secreto de
Tripurasura", en la que se describen en todo detalle las prácticas de
las que hemos estado hablando durante todo este seminario. En sánscrito se
llama Tripurasura Rabasya. Rahasya significa el secreto del monstruo de
las tres cabezas, que es un secreto mientras estemos haciendo las cosas de
manera exotérica. Tendremos que resolverlas una por una.
El héroe de la
historia de Tripurasura es la voluntad.
La única
cualidad que el alma necesita para resolver los tres condicionamientos es
voluntad. Esa escritura sagrada habla de la energía de Siva mientras
explica los trabajos relativos a las tres ciudades. Hay también una explicación
de esos aspectos mediante el descenso de las aguas. Se dice que las aguas del
cielo descienden verticalmente y luego hacen un movimiento horizontal para
llegar al océano, que se llama Pótala o los mundos inferiores. Así se
describe en el símbolo de la svástica.
Sobre la Tierra
se produce el descenso vertical y el fluir horizontal, que llegan a lo más
profundo de las regiones inferiores. El primer descenso tiene lugar en Aries,
el movimiento lateral es en Géminis. En Libra ya hemos hablado elaboradamente
cómo entramos en el Pátak el condicionamiento físico. El trabajo de
Hércules en la casa duodécima es fundamentalmente el trabajo de desatar los
tres nudos debido a los cuales vivimos en esta rueda y de ese modo superamos
los aspectos involutivos y evolutivos de esta rueda. Cuando terminó el trabajo,
Hércules fue recibido en los Círculos Superiores.
Plenilunio de
Piscis
Febrero 2019
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