Monica Berg
Hemos
celebrado a las madres. Hemos celebrado a los padres. Y ambos merecen honores;
créeme, sé lo difícil que puede ser ese trabajo (en mi caso, ¡multiplicado por
cuatro!).
Sin embargo, el padre que solemos necesitar más no es externo. Más bien, es el padre en nuestro interior; aquel que nos ha acompañado en cada obstáculo, moretón y victoria. Este es el “padre interior” que nos dice que sigamos adelante cuando tenemos ganas de rendirnos.
Aquel que, cuando estamos tentados a mirar Netflix hasta las tres de la madrugada o llenar la alacena de (aun más) comida chatarra, interviene para decirnos que hagamos lo correcto.A
veces, escuchamos. A veces, no lo hacemos. Pero estoy aquí para decirte que tu
padre interior merece respeto y que, al igual que un cuerpo o un automóvil, ¡a
veces también necesita un ajuste ocasional!
¿Por
dónde empezar? Investigaciones en el ámbito de las ciencias sociales muestran
que el estilo de crianza más efectivo —el que cría hijos más felices, adaptados
y determinados— combina altas expectativas con una receptividad, un apoyo y un
cariño iguales de altos. Entonces, ¿cómo sería esto desde la perspectiva de la
autocrianza?
He
aquí cuatro consejos para ayudar a tu padre interior a sacar lo mejor que hay
en ti:
1)
Establece reglas y expectativas (razonables y gentiles) para ti mismo.
Estudios
sugieren que las altas expectativas en la crianza pueden ser sanas, siempre y
cuando sean razonables y se mantengan equilibradas con los demás elementos.
Después de todo, de no ser por una medida de expectativas, ¿cómo podríamos
prosperar o definir nuestro propósito en el mundo? No podríamos.
Comienza
por observar las áreas de tu vida que podrían necesitar más orientación. ¿Estás
durmiendo poco o haciendo poco ejercicio? ¡Es hora de una intervención
parental! Puedes hacer reglas específicas, como: Voy a caminar más cada día
evitando el ascensor o Las luces se apagan a las 11 p. m. ¡sin excepción! O
podrías pensar de un método más integral, por ejemplo: decidir cuidar tu
alimentación o sumar la práctica de yoga a tu rutina de ejercicios.
Otro
aspecto de esto: pregúntate si estás haciendo menos —o apuntando a menos— de lo
que sabes que podrías asumir. Esto puede dejarte una sensación de inferioridad
que podría perpetuarse en una mentalidad y un comportamiento derrotistas.
Atiende cualquier pensamiento negativo sobre ti mismo y ve a la raíz de su
origen. Practica convertir lo negativo en positivo: Yo puedo… Tengo fe… Soy
valioso. ¡Porque puedes hacerlo y lo vales! Y depende de ti llevarlo a cabo.
2)
ESCUCHA a tu voz interior.
Los
buenos padres son buenos oyentes. Si, por ejemplo, un niño se siente ansioso,
tenso o agotado, un buen padre no diría simplemente: “Ah, bueno, supéralo”. El
padre motivará al niño a explorar dónde se originan estos sentimientos. ¿Hay
algún “culpable” que esté causando la ansiedad? Ser receptivo significa prestar
atención a las partes internas de nuestro ser que, a menudo, son opacadas por
otras personas y situaciones.
Dedica
tiempo a hacer una “auditoría” de todas las áreas importantes de tu vida: tus
relaciones, tu empleo y tu sensación general del ser. ¿Qué áreas se sienten
bien? ¿Cuáles necesitan atención? Si te permites ahogarte en la desdicha por
cualquier cosa, no estás escuchando tu propia verdad. Si todos los días vas al
trabajo y vuelves a casa sintiéndote insatisfecho, de nuevo, no estás
escuchando ni honrando tu propio ser.
Esta
semana, presta atención a aquellos lugares que se sienten “raros” y da pasos
para acomodar esos desequilibrios. Busca apoyo donde lo necesites… solicita
consejos acerca de las áreas necesarias… ESCUCHA de verdad los mensajes que tu
mente, corazón y espíritu te están diciendo. Ellos son los consejeros más
sabios de todos.
3)
Dedica tiempo a simplemente SER.
Hay
una razón por la que existe la hora del recreo. Y las salidas para jugar. Y
parques con columpios y pozos de arena. El JUEGO no solo es importante para
todos los niños desde una perspectiva del entretenimiento, según la Dra. Gwen
DeWar, antropóloga biológica, “el juego y la exploración conducen a la
neurogénesis —el nacimiento de nuevas neuronas— en la parte del hipocampo que
tiene un papel crucial en el aprendizaje y la memoria”.
Mediante
el juego descubrimos sin limitaciones. El juego nos permite conectarnos con
nuestros propios ritmos y estar en el momento, lejos de las presiones que a
menudo sentimos de producir o estar “preparados” para el mundo. ¡Y eso puede
hacer maravillas para otras partes de nuestra vida!
Igual
de beneficiosa es la práctica del “no tiempo”, que es una versión menos
interactiva del juego. Para ayudar a ilustrarlo: algunas de las mejores ideas
de Albert Einstein le llegaron mientras navegaba silenciosamente en su bote.
Steve Jobs tuvo sus revelaciones más trascendentales mientras soñaba despierto
descuidadamente. ¿La lección? La posibilidad de abstraerse está lejos de ser
una pérdida de tiempo. ¡Más bien nos abre a SABOREAR el tiempo!
¿No
me crees? Prueba incluir “jugar” o el “no tiempo” en tu ocupada agenda. ¡Nunca
sabes la magia que podría crear!
4)
Acoge el cambio y cultiva una mentalidad centrada en el crecimiento.
Heráclito,
el filósofo griego, destacaba que la única constante en nuestra vida es el
cambio. Esto es algo que todo padre puede certificar, dado que a lo largo de
los años hemos sido testigos de la transformación de nuestros hijos en
distintas criaturas (¡algunas más adorables que otras!). Dicho esto, como
autoproclamada adicta al cambio, he dado la bienvenida a cada una de ellas.
Tratar de luchar contra el cambio es la receta para una vida paralizada y
reprimida. ¿Por qué no afrontarlo, acogerlo y hacer que funcione para ti? ¡El
cambio —ya sea bueno o desafiante— siempre contiene una bendición!
Y
casi siempre incluye errores. Créeme, he afrontado miedos enormes —y muchas
equivocaciones— en mi transcurso de ser una chica con miedo de hablar a poder
enseñar en público internacionalmente. Obvio, hubo incomodidades en el proceso…
pero desde ese lugar, ¡les di la bienvenida!
Porque
esos esfuerzos imperfectos me ayudaron a ser más hábil, segura y elocuente (¡en
un buen día!).
La
Kabbalah enseña que el único camino hacia la plenitud y el crecimiento es a
través de un esfuerzo inquebrantable. No hay atajos hacia la sabiduría, no hay
compuerta secreta para la pericia. El único camino para ser la persona que
queremos ser es permitirnos experimentar las cosas, cometer errores e intentar
de nuevo hasta hacerlo bien.
Cuando
le preguntaron acerca de sus experimentos menos exitosos, Thomas Edison
contestó: “No he fallado; tan solo descubrí diez mil métodos que no funcionan”.
Te motivo no solo a que aceptes tus errores, ¡sino a que estés agradecido por
el crecimiento que aportan!
Finalmente,
en la jerarquía de necesidades de Maslow, el amor y la pertenencia son
fundamentales para la autorrealización. Al momento de embarcarte en tu aventura
como padre, ten presente que nunca es demasiado tarde (¡ni temprano!) para
cultivar un sentido de amor propio. Porque cuando eres tu propio padre, puedes
ser el “padre de ensueño” que siempre quisiste. TÚ puedes decidir.
Así
que comienza ahora… justo donde te encuentras. ¡Toma excelentes decisiones el
día de hoy! Tal y como dijo el sabio kabbalista Hilel el Anciano: “Si yo no me
ocupo de mí, ¿quién lo hará? Si no me ocupo de los demás, ¿qué soy? Y si no es
ahora, ¿cuándo?”.
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