por cristinalaird
Estamos atravesando un umbral astrológico de profunda resonancia colectiva. La inminente conjunción de Kirón y Eris en Aries (mayo y octubre de 2025, marzo de 2026), junto a la futura conjunción de Urano y Sedna en Géminis (26 de mayo de 2026), nos habla de una alquimia feroz y necesaria: el encuentro entre las heridas negadas, el grito del exilio, y el despertar eléctrico de voces largamente silenciadas.
Este
momento no es sólo político o psicológico (que también lo es),
sino mítico. Las diosas olvidadas regresan. Los arquetipos femeninos que
fueron marginados de la historia humana reclaman su lugar en la conciencia.
Este texto es un intento de nombrar esa emergencia, no como teoría, sino
como acto de presencia y de reconocimiento.
Hay un
murmullo que sube desde la sangre de la Tierra y el Mar. No llega como resaca
de venganza, sino con el aliento lento de quienes nunca tuvieron derecho a
hablar o que cuando lo hicieron sus discursos fueron ignorados por irrelevantes
e incómodos.
ELLA fue
expulsada hace mucho tiempo. La hija que se negó a aceptar las condiciones. La
que fue vendida por sus padres a matrimonios indeseados. La que escapó el
mandato tribal y se arriesgó a transitar el mundo en busca de sí misma. Las que
Freud llamó histéricas. La llamaron indomable, demasiado intensa, demasiado
rota, demasiado para los dioses de voz conservadora que gobiernan los imperios
y los templos del orden. Tristemente, aún hoy.
Eris no
fue invitada. Ni a la mesa, ni al relato, ni a las ceremonias impecables del
control.
Trajo discordia, sí—pero sólo porque el silencio no es justicia. Sólo porque la
verdad, cuando se traga durante siglos, regresa convertida en grito. Un grito
incómodo y audaz que sigue siendo ignorado o ridiculizado por las hijas o los
hijos del patriarcado. Aquellos que olvidaron el valor de la Diosa.
Y ahí está
también Sedna, con los dedos cortados por la mano de la traición (de su
propio padre), hundida en la sal y el hielo del océano. Ella, que alimentó al
mundo desde su herida. Ella, que no esperó disculpas, sino memoria.
Sedna despierta ahora puesta en el púlpito por Urano cuando se encuentra con
ella en los primeros grados de Géminis, el signo que vocaliza todo lo que se le
viene a la mente, sin filtros.
No son
nuevas estas diosas. Son antiguas. Vivieron en las abuelas y bisabuelas que
cantaban en cocinas
mientras los gobiernos las borraban de los libros. En los cuerpos de las
mujeres cruzando fronteras,
cuyos nombres se evaporaron en el desierto. En las hijas que dejaron de hablar
porque nadie las escuchaba. En las mujeres vendidas en los mercados del sexo
oculto para llenar los bolsillos del patriarca.
Pero
ahora—
Kirón se
aproxima. No trae soluciones, sino presencia. No promete sanar la herida, sólo
nombrarla, quedarse allí sin apartar la mirada. Sin distracción.
Y Urano prepara
los circuitos, los cables del despertar. Para electrocutar el silencio y
activar los susurros ancestrales. Para encender los archivos de lo reprimido,
para ofrecer un canal de emisión que incomodará a muchos.
En
Géminis, Sedna hablará.
En Aries, Eris luchará.
Y en los mismos lugares donde fueron negadas, la energía femenina exiliada se
levantará—
no como víctima, sino como iniciadora.
Esta es la
oportunidad para que quienes fueron desposeídas recuperen el relato. Esta no es
una revolución de fuego solamente, como lo sugiere Aries, es
una resurrección femenina a través del lenguaje, la creatividad, la
poesía del mito y de la memoria.
Es el poema en el borde de la frontera. El grito dentro del tribunal. El
susurro bajo el cemento de la «civilización». Los gritos de Inanna o Ereshkigal
o Persefone. La sordera de Ceres.
La rabia
sagrada de lo no escuchado no viene a destruir. No busca venganza. No hay que
temerle, sólo viene a despertarnos, a darnos la oportunidad de escribir la
historia callada y recuperar la dignidad perdida y abusada.-
En el
pasado:
ERIS se
encontraba con KIRÓN para compartir parte de sus recorridos en estas fechas:
Marzo
1972, Septiembre 1971, Mayo 1971 en ARIES – Aquellos nacidos en esos años
70/71/72 comienzan a escuchar estas voces más potentemente.
Feb 1918 ,
Septiembre 1917, Abril 1917 en PISCIS – Cuando vivimos la otra gran pandemia
con «la gripe española» . Bueno… los que estaban vivos entonces.
Enero
1864, Septiembre 1863, Marzo 1863 en PISCIS – cuando la guerra civil
norteamericana, cuando se abolía la esclavitud en ese país y cuando Lithuania,
Belarus y Latvia luchaban por liberarse del dominio Ruso.
Septiembre
1808 en ACUARIO – Cuando Europa estaba en guerra, particularmente los países
del Norte de Europa con Rusia y entre ellos ( pues sí desde entonces). Cuando
muchos países en Latinoamérica comenzaban a independizarse de España, entre
otras cosas.
Septiembre
1753 en SAGITARIO – cuando los nativos en Norteamérica luchaban con las tropas
europeas, particularmente el ejército francés y británico.
El último
encuentro entre Urano y Sedna en 1931/32, ocurría en Aries, alrededor del
tiempo cuando descubrimos Plutón en 1930, que abrió un nuevo mundo para la
astronomía y la astrología. No he podido encontrarlo en el pasado,
anteriormente a esa fecha, por tanto si alguna/o de vosotras/os tenéis
conocimiento de ello por favor no dejéis de compartirlo conmigo.
Para
aquellos que no estáis familiarizados con estos arquetipos (sé que vosotras mis
honradas lectoras sí lo estáis) un pequeño aperitivo de quiénes son Eris,
Kirón, Sedna y Urano en astrología.
Estos
cuerpos celestes actúan como mensajeros desde los bordes más lejanos de la
conciencia:
Eris,
planeta enano nombrado en honor a la diosa griega de la discordia, representa
los lugares donde la exclusión se convierte en activismo, donde la voz negada
vuelve con una verdad incómoda pero necesaria.
Kirón,
conocido como el Sanador Herido, es un centauro que señala el sitio en nuestra
carta donde el dolor puede transformarse en sabiduría y compasión; donde la
herida no se niega, sino que se honra como maestra.
Sedna, un
planeta enano lejano y helado, encarna el mito de la traición, el sacrificio y
el renacimiento desde las profundidades oceánicas. Habla de traumas
ancestrales, especialmente ligados al cuerpo femenino y a la Tierra, y nos
llama a recordar lo que ha sido sumergido.
Urano es
el planeta del cambio repentino, la liberación y el despertar. Rompe
estructuras que limitan la libertad y nos ofrece iluminación a través de la
disrupción y la apertura de nuevos caminos.
Juntas,
estas figuras activan fuerzas antiguas—tanto personales como colectivas—que nos
invitan a recordar, sanar y reescribir la historia desde una nueva conciencia.
Estas
conjunciones no son sólo eventos celestes; son llamados a la presencia.
Nos invitan a escuchar más allá del ruido de la historia, a percibir las
frecuencias enterradas bajo el tiempo, la vergüenza y el silencio. El regreso
de estas diosas y guías heridos no busca el poder en el sentido antiguo: busca
recuperar la voz, recuperar la memoria, y honrar los linajes rotos que aún
siguen cantando bajo nuestros pies. Que tengamos el coraje de escucharlos. Que
nos atrevamos a hablar con ellos. Mejor dicho de Ellas. De nosotras.
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