Consumación

por Daniel Jacob

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Pocas personas entienden realmente el inmenso poder y honor que van junto con ser un humano, parte mortal, parte inmortal. Para existir como el punto medio entre tantas especies diversas en la tierra, bajo de la tierra, y por todo el cielo, eso  puede realmente aturdir la mente. Pocos se atreven a dedicar tiempo y energía a reflexionar sobre eso siquiera. ¿Quieren pruebas? Noten el número de personas que en realidad se toman tiempo para leer todo esto. De modo que comencemos...

Cuando un animal se come a otro animal, todo se reduce al instinto y la supervivencia. Nada más. Eso es lo que hace que el proceso parezca tan bestial. Coman o los comen. Sin embargo, cuando un humano ingiere algo,  cualquier cosa (animal, vegetal, mineral), tomando esa esencia de vida y mezclándola con la nuestra, estamos haciendo mucho más que solo sobrevivir. Estamos literalmente transmutando las energías de la escala tonal poco a poco, en el proceso de la Reconexión Total con el Creador Original.

Los veganos se crispan ante el modo en que los ganaderos tratan a los animales mientras se los prepara para el sacrificio. Un cuchillo en la garganta, zip zop... ¡luego va a un cocinero, que llena la carcasa con papas y maíz! ¿No hemos oído sus gritos de terror? ¿No hemos mirado lo suficiente en sus ojos ansiosos?

No se necesita demasiada imaginación para imaginarse a los animales –sus costumbres y sus necesidades- reflejos de nosotros mismos, nuestros hijos, nuestros amigos. ¿Por qué es así? En parte, tiene que ver con una expansión de la compasión, mezclada con nuestros genes, un sentido místico de lo que siente por dentro un animal. ESE ha sido su regalo para nosotros, a través de los siglos.

Muchos de ustedes vieron la película PURA ENERGÍA (Powder), ¿verdad? Qué es lo que Powder le mostró a ese burdo cazador cuando lo conectó con la energía de un ciervo moribundo? COMPASIÓN. Y entendemos cómo se siente un animal por dentro, porque la mayoría de nosotros hemos INTRODUCIDO animales en nuestros cuerpos, en nuestra conciencia, en nuestras células. Sabemos de ellos porque parte de nosotros ES energía animal.

Ahora bien, cambien escenarios. ¿Qué sentimos cuando vemos imágenes de películas de extraterrestres secuestrando a humanos? Mantenidos cautivos en el interior de una nave, atados a una mesa, expuestos desnudos en presencia de luces incandescentes y ojos almendrados: ¿Alguien para una sonda anal? ¿Qué tal un taladro, colocando hábilmente un dispositivo de rastreo en su cavidad nasal? ¿Eso les suena como un comportamiento edificante y compasivo?

Todo es  un ciclo, en realidad. Hemos pasado de ser criaturas instintivas, híper-sensitivas, ancladas-a-la-Madre-Tierra y nos abrimos nuestro camino hacia arriba, arriba, en vibración... eventualmente alcanzando el estado de micro observadores  híper-intelectuales, desapasionados, creando hipótesis, después siguiéndolas con un estudio científico riguroso. Esos "sujetos" que son empujado, picaneados, examinados e infundidos con  la "Nueva Energía." ¿Ellos son víctimas de alguna conspiración cósmica? ¿O somos simplemente ALIMENTO PARA EL PENSAMIENTO EXPANDIDO, pasos individuales formando una gran escalera al cielo?

¿Y dónde están los animales en este proceso? Los insectos, las plantas, los gusanos y el suelo? Están aquí, dentro de nosotros, escalando con nosotros. COMO NOSOTROS, a través de nosotros, de vuelta al estado donde todo es UNO.

Los animales no pueden hacer esto, porque no piensan. Los extraterrestres no pueden hacer esto porque no sienten. ESA es la posición exaltada en la que estamos ahora. El Centro de la Congregación para Todo Lo Que Es, Fue o Podrá Ser Alguna Vez. Realmente es agotador pensar en eso. Creo que necesito ir a hacerme una ensalada.

Traducción: Susana Peralta

Difusión: El Manantial del Caduceo
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