Adaptado del pódcast de Sed Espiritual de Monica y Michael
El concepto de vulnerabilidad puede considerarse de forma muy distinta según el lugar en que te encuentres. Muchas veces aplaudimos la sinceridad pura y la valentía de otras personas para exponerse al mundo de forma audaz. Por otro lado, cuando se trata de nosotros mismos, solemos tener miedo a parecer débiles, falibles o imperfectos.
La verdad es que todos somos vulnerables todo el tiempo, ya
sea que lo mostremos al mundo o no. La vulnerabilidad puede parecer aterradora,
pero los beneficios espirituales son inmensos. Puede ayudarnos a superar las
emociones dolorosas con más rapidez, nos permite vivir una vida auténtica y
plena, y es la clave para profundizar la intimidad y la confianza.
He aquí tres maneras de acoger la vulnerabilidad y llevar una
vida más auténtica:
1. Comienza por ser sincero contigo mismo.
Todos somos imperfectos, pero a menudo tratamos de ocultar la
vulnerabilidad y mostrar una imagen que no es exacta al mundo. Cuando mostramos
una versión falsa de nosotros, empezamos a mentirnos a nosotros mismos. Esto no
es sano ni psicológica ni espiritualmente. El peligro es que perdemos la
capacidad de ser sinceros, incluso con nosotros mismos.
Para vivir con autenticidad, primero tienes que aprender a ser
sincero contigo mismo. Evalúa dónde te sientes incómodo en tu propia piel y qué
partes de ti mismo intentas ocultar. Averigua dónde te mientes a ti mismo y por
qué. Es importante conocer tu propia historia, tus propias luchas, victorias,
dones y peores tendencias, y aceptarlas a todas como partes integrales de lo
que te hace ser “tú”. Una vez que seas realmente sincero contigo mismo,
podrás empezar a ser sincero y vulnerable con otras personas y llevar una vida
más auténtica.
2. Esfuérzate por ser más abierto con tus allegados.
La vulnerabilidad es una herramienta poderosa, pero no
significa que tengamos que ser vulnerables con todas las personas con quienes
nos encontramos. Cuando somos vulnerables con las personas equivocadas y
terminan haciéndonos daño, esto puede hacer que construyamos muros para
protegernos del futuro rechazo y el dolor, y nos lleva a pasarnos la vida
intentando ocultar nuestros defectos.
Comparte tus pensamientos, sentimientos, experiencias y miedos
más íntimos solo con las personas que se han ganado el derecho a escucharlos.
En el espacio adecuado, ser vulnerable con tu pareja, familia o amigos cercanos
es una manera poderosa de profundizar y fortalecer esas relaciones. Trabaja
para ser más vulnerable con aquellos que te quieren y te apoyan.
3. No temas a la vergüenza, ¡es buena para el alma!
Hay veces que la vida nos hace vulnerables de maneras que
están fuera de nuestro control. Puede ser vergonzoso que la gente vea nuestros
defectos o errores, pero la sabiduría de la Kabbalah enseña que la vergüenza es
en realidad algo positivo.
La vulnerabilidad es muy importante porque ayuda a romper
nuestro ego. Nuestro ego crea una barrera para las bendiciones, el crecimiento
y la Luz. Es la fuerza que nos convence de que tenemos que parecer perfectos
todo el tiempo. Ser vulnerable y, a veces, estar avergonzado es una forma muy
proactiva de disminuir el ego y abrirnos a la Luz y a las bendiciones.
Con demasiada frecuencia, la gente va por la vida sin hacer
las cosas que quiere por cómo la gente los verá, incluso los desconocidos.
Nunca vas a obtener la adoración o la aceptación de todo el mundo, ni deberías
esforzarte por conseguirla de nadie más que de ti mismo y el Creador. A veces
la gente te juzgará o te malinterpretará, y eso también es válido. Va a
suceder. Ten presente que cada vez que sientes la incomodidad de la vergüenza,
tu ego está siendo debilitado, lo cual permite que más bendiciones lleguen a tu
vida.
¿Qué significa para ti la vulnerabilidad? ¿Lo ves como un acto
de debilidad o de fortaleza? Ser vulnerable es atemorizante y no siempre es
fácil, pero la alternativa es una vida de oportunidades perdidas. Una vida
auténtica comienza con una autorreflexión sincera, abriéndonos a los que amamos
y no teniendo miedo de pasar un poco de vergüenza en el camino. Los beneficios
de ser vulnerable no siempre son obvios en el momento, pero lo que hace por
nuestras almas es inconmensurable.
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