La porción de Tsav comienza
hablando sobre las ofrendas de sacrificio, partes de las cuales eran quemadas
durante la noche y, por lo tanto, se convertían en cenizas. Dice que lo
primero que el Cohén hacía en la mañana era tomar esas cenizas y ponerlas nuevamente
en el centro del altar. Qué interesante, ¿cuál es el propósito de tomar las
cenizas de los sacrificios ya quemados y ponerlas nuevamente en el altar?
La enseñanza integral de esto es
qué tan poco entendemos, y esa podría ser la verdad más importante que debemos
tener en mente todo el tiempo. De hecho, si lo hacemos, seguramente nunca
tendremos una experiencia negativa. La verdad es que creemos que entendemos,
creemos que vemos, pero realmente no vemos ni entendemos nada.
Entonces, una persona traía un
sacrificio y veía que causó efecto, era tragado, se dice, por las llamas
Supremas. Esto significa que el Creador aceptó el sacrificio y éste reveló Luz.
La mayoría del sacrificio que se traía se quemaba completamente, esta era la
parte elevada. La otra parte del sacrificio se convertía en las deshen, las
cenizas. Por lo tanto, una persona pensaría que hay Luz en lo que fue aceptado
pero no en las cenizas que no fueron aceptadas. Sin embargo, si ese fuese el
caso, ¿por qué lo primero que hace el Cohén en la mañana es tomar las cenizas y
ponerlas nuevamente en el altar? La respuesta es el secreto de este Shabat: no
hay nada que no sea la Luz del Creador. Los sacrificios aceptados no son de
ninguna manera más elevados que las cenizas que dejaron. Las cenizas son
regresadas al altar porque no hay parte del sacrificio, ni hay lugar, que no
sea de la Luz del Creador
Es nuestro ego quien crea la
separación, es quien decide que esta es la manera en la que debería ser y esta
es en la que no. Es nuestro ego quien decide que la Luz está aquí y no está
allá. Sin embargo, la lección de esta enseñanza es que no hay tal cosa como una
acción superior o una inferior. Cuando realmente entiendes que la Luz del
Creador está en todas partes, no importa en qué situación te encuentres porque
todas son de la Luz del Creador. Cualquier diferencia que haya en tu mente
viene del ego.
Pero si eres capaz de eliminar
tu ego y todas tus ataduras, te darás cuenta de que no hay nada alejado del
Creador. No hay nada que no sea completamente de la Luz del Creador. Ese es un
entendimiento muy importante y es, como enseñan los kabbalistas, un gran regalo
de este Shabat.
Tenemos que entrenar nuestra
mente para saber que no tenemos idea. Todos los pensamientos que tenemos sobre
que sí sabemos, que esta es la manera en la que debe ser, que sabemos por qué
estamos o no estamos en esta situación, no son pensamientos espirituales. Esos
son los pensamientos del ego.
Por ejemplo, a veces las
personas viajan por trabajo y creen que van a algún lugar a realizar un
negocio. Sin embargo, los pensamientos del Creador no suelen ser los mismos
pensamientos del individuo. Mientras que la persona cree que está viajando
lejos por negocios, el Creador tiene un plan diferente, un pensamiento distinto
sobre la razón del viaje de esa persona. El Creador sabe cómo arreglarnos mejor
de lo que nosotros sabemos arreglarnos. Quizá hay un trozo de pan en una tierra
lejana que tiene chispas que ese individuo necesita para su alma. Quizá el
Creador sabe que esa persona tiene que comer un trozo de pan en particular, en
esa ciudad y en ese momento para su corrección. Viajamos a algún lugar o nos
ponen en alguna situación porque el Creador ve que necesitamos algo de allí
para nuestra alma. Por eso se dice que los viajes y la vida de una persona han
sido preparados por el Creador.
No tenemos idea de por qué
viajamos, no tenemos idea de por qué nos quedamos en algún lugar… y queremos
estar en el lugar en el que sabemos que no tenemos idea. La única manera de
obtener esto es si te recuerdas constantemente: “No tengo idea. Tengo algo de
entendimiento sobre lo que creo que es el sistema espiritual, y sí, tengo que
vivir mi vida bajo ese entendimiento. Pero al final del día, no tengo idea. Si
el Creador viene a mí o crea una situación en la que todo está al contrario de
lo que yo creía, me emociono por eso. Eso me hace feliz porque ahora sé que
allí es en donde está la Luz del Creador para mí”.
¿Por qué ocurre algo? Tienes que
entender, no tienes idea. La Luz del Creador está presente de igual manera en
todas las cosas. No hay nada que esté lejos o cerca del Creador. El sacrificio
aceptado no era más elevado que las cenizas. Ambos pertenecen a la Luz del
Creador. Por lo tanto, en este Shabat debemos decirle al Creador, “permíteme
verdaderamente vivir mi vida con el entendimiento de que no tengo idea, de
saber que sin importar a donde vaya, lo que haga y lo que me ocurra, todo es
del Creador”. Si realmente eres capaz de llegar a esta conciencia, nada
de lo que te ocurra te molestará.
Nada de lo que pueda pasar te
decepcionará, porque “Yo no sé
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