Los recuerdos han comenzado a aflorar y esto se
debe al trabajo interno que estamos haciendo, debemos tomarlos como parte
natural de nuestra naturaleza energética. Somos almas viejas, venimos desde el
principio de la creación. Somos tan antiguos que no tenemos el alcance de
entenderlo. Por ahora nuestra alma nos ayuda con flashes de recuerdos, los
cuales alumbran como las luciérnagas el Camino de
Regreso. Somos ciegos, sordos y mudos ante la grandiosidad del universo. Somos
pequeñas luces en el firmamento, anhelando el despertar del pensamiento. Somos
como la noche queriendo atrapar en el alma el resplandor de la LUZ ETERNA. Tan
solo debemos abrir las puertas del corazón y cuando lo hagamos, iluminará en
nosotros el AMOR, alejando para siempre la oscuridad profana que marchita las
esperanzas sin condición, haciéndonos sentir víctimas, de la orfandad humana.
Del libro: Camino del Ser
Del libro: Camino del Ser
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