por Dr. K. Parvathi Kumar
Hay
dos cosas que todos deben aprender algún día. Una es desarrollar un sentido del
humor, una verdadera capacidad (no forzada) de reírse de uno mismo y del mundo.
Qué pequeños son los acontecimientos cuando se miran bajo la correcta luz y con
humor.
La
otra es no tomarse las cosas en serio. Lleva a cabo tus actividades con
paciencia y templanza, sin preocuparte por el resultado. Este proceso,
continuado durante largo tiempo, dará como resultado finalmente la obtención de
un equilibrio que nada puede perturbar.
El
día se alterna entre luz y oscuridad. Nosotros, de la misma manera, tenemos
nuestros períodos cíclicos de luz y oscuridad, bien y mal, progreso y
estancamiento. Cuando nos enfrentamos a condiciones cambiantes, soledad y
pérdida, tenemos que mantenernos firmes y darnos tiempo para ajustarnos y
estabilizarnos a un nuevo ritmo de vida. El efecto de la situación de uno puede
resultar en una profunda depresión, en un hundimiento total del corazón a
medida que uno se enfrenta al futuro. Sin embargo, enfrenten al futuro y
recuerden que la luz del día siempre llega después de la oscuridad. Esto debe
enfatizarse.
Los
pensamientos depresivos no son una guía para el futuro. Es difícil darse cuenta
de la belleza y la oportunidad que nos esperan cuando nos enfrentamos a una
situación en la que uno no ve la luz. Dejen que la esperanza de mejores cosas
venga a devolverles su sonrisa perdida y les lleve a una acción constructiva. Lo
mejor aún está por venir. El futuro verá la recuperación de la alegría
de la vida y la recuperación de la fe en uno mismo, en el hombre y en Dios.
Un
discípulo
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