Según el Tao, las almas viejas representan ya el final en el viaje de la
reencarnación. Les caracteriza su madurez, su sensibilidad, el deseo de soledad
y reflexión, así como la sensación de no conectar con la esencia de esta
sociedad...
¿Te
han dicho alguna vez que eres más maduro que todos los de tu edad? Quizás
hayas oído hablar de las almas viejas y las almas jóvenes, según el nivel
de inteligencia, sensibilidad, intuición o relación con la época en que viven.
De
los dos conceptos, el que más llama la atención quizás sea el del “alma
vieja”. El origen de esta expresión proviene de la religión taoísta (una práctica que cuenta ya con más
de 5000 años de antigüedad). Según sus creencias, el alma abandona el Tao
(entendido como la unidad de todo aquello que nos envuelve) para iniciar nuevas
y diferentes experiencias.
Así,
y dentro de este enfoque claramente espiritual, el alma vieja representa
la etapa final en el viaje de la reencarnación.
Es ese último paso donde la esencia única de esa persona se sabe realizada, pero aún así, experimenta cierto anhelo, cierta necesidad de seguir más allá para encontrar algo más grande que no sabe cómo definir…
¿Cómo
son las almas viejas?
Los
taoístas creen que todo debe regresar a sus raíces. Por tanto, el objetivo
final del alma es hacer un viaje nuevamente hacia el Tao una vez que ya se ha
impregnado de todos los conocimientos y acontecimientos de vida.
En
esta última etapa la persona tiene mayores niveles de percepción, pero también
se diferencia de sus semejantes porque es más espiritual. Está preocupada por
hallar “su lugar en el mundo”. Cree formar parte de algo más grande que aquello
que la engloba. Su meta principal es conseguir la satisfacción
interior.
Los
taoístas creen que muchos filósofos, científicos y artistas son almas viejas
que hallan en esas profesiones una manera de sentirse más a gusto. Vale la pena
destacar que alguien con este tipo de alma le gusta aprender a medida que
va haciendo las cosas, suele desafiar el orden de lo establecido y se basa en
sus propias experiencias.
5 aspectos de las almas viejas
Además
de cumplir con las características indicadas antes, un “alma vieja” con todas
las letras se caracteriza por estos aspectos:
Tiene un alto grado de madurez
Ya desde
pequeños tienen la clara sensación de que hay algo que no encaja en
ellos. Se aburren con los juegos establecidos para su edad,
quieren libros más complejos porque los de cuentos son muy básicos.
Asimismo,
presentan actitudes más maduras, esas donde sacar conclusiones que ni siquiera
sus padres consiguen… Todo ello debido a un grado de razonamiento más
reflexivo, sensible y elevado.
Prefiere estar solo
A la
persona con este rasgo espiritual le agrada cualquier ejercicio
relacionado con la introspección.
Las
«almas viejas» no necesitan estar acompañadas porque su interior le basta.
Asimismo,
suelen aprovechar su tiempo libre para meditar, para profundizar en sus
sentimientos, leer sobre temas “profundos”.
Son
silenciosos, introvertidos, muchos lo tildan de tímido, pero en realidad están
profundizando en su yo interior.
Aprecia las cosas simples
Un
alma vieja tiene una espiritualidad muy marcada, se mueve solo por aquello que
le apasiona, elige trabajar en algo que le hace feliz y le permite
autorrealizarse.
Se
esfuerza además al máximo por dominar una cosa, pero en vez de continuar con
ella, cambia a otra actividad. ¿Por qué? Porque encuentra más placer en el
camino que en la meta.
Su instinto está muy desarrollado
No
solo eso, sino que también se sabe guiar de él. ¡No suele fallarle! Se
trata de una persona que observa todo al detalle, tiene la capacidad de
formar cuadros completos en su mente.
Así,
cuando todas las personas a su alrededor ven un bosque repleto de árboles, él
observa cada especie vegetal y animal, el suelo, el cielo, el viento y
más. Nada pasa desapercibido para un alma vieja. Puede analizar una
persona o situación con lujo de detalles, sin equivocarse.
Es muy sensible
Algo
que caracteriza también al alma vieja es su elevado su nivel de empatía, ya que puede ponerse en el lugar de
los demás, comprenderlos y ayudarlos.
Todo
esto porque entiende mejor que nadie lo que pasa. Ve más allá de los logros,
conoce sus formas de pensar, tiene la capacidad de perdonar, dejar ir lo que
hace mal y da consejos sin juzgar.
No
encaja con las personas de su edad (suele relacionarse con los mayores o
ancianos).
Cree
que está desconectado del mundo (no comparte los puntos de vista de sus seres
queridos).
Yamila
Papa-lamenteesmaravillosa
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