Escuela Huber
El
viernes 9 de febrero tendrá lugar la Luna nueva en el signo de Acuario. En los
novilunios encontramos el Sol y la Luna juntos, algo que propicia la sinergia
de sus energías, marcando comienzos y nuevas posibilidades que hasta ahora
podían resultarnos insólitas.
A esta Luna nueva le corresponde el grado 21 del símbolo sabiano, que dicta así: «una mujer decepcionada y desilusionada se enfrenta valerosamente con una vida aparentemente vacía», cuya nota clave sería desarrollar la resistencia ante la adversidad. O sea, la resiliencia.
La
resiliencia como habilidad permite resurgir, e incluso salir fortalecido, de
aquellas situaciones complejas adversas transformándolas en una situación de
crecimiento personal. Es la aceptación de esos posibles desafíos inesperados y
la necesaria serenidad para luego poder «capotear» los retos que puedan venir
con ellos.
Veamos ahora el gráfico para entenderlo mejor.
Observamos una estructura lineal y triangular (apertura mental y emocional a los cambios), en la que identificamos cuatro planetas (Luna, Sol, Mercurio y Plutón) en el signo de Acuario, unidos a Marte y Venus en el signo de Capricornio. A la energía de Capricornio se le suma también la energía de Tierra del signo de Tauro, ocupado por Júpiter y Urano.
La
combinación de Capricornio y Acuario nos recuerda que, en el primero
[Capricornio] tiene lugar la transformación de la motivación con tres elementos
importantes: la correcta motivación ante la vida, la adecuada utilización de
las energías de la voluntad y la dedicación de la personalidad a metas éticas y
humanitarias, tras haber dejado de tener sentido cualquier meta egoísta.
Esta
transformación de la motivación interna que supone el paso de una actitud
egoísta a una actitud altruista y de servicio, la realiza Capricornio en total
soledad, dándose cuenta de que vivir centrado exclusivamente en su propia
personalidad lo conduce al aislamiento, separándolo de lo vivo, y sólo puede
continuar su desarrollo si hace algo para los demás...
Y
ahí es cuando entra el signo de Acuario, el mismo que le permitirá trabajar en
armonía con las Leyes de la evolución y poder ofrecer así el verdadero servicio
a la humanidad.
Con
esta lunación, pues, se nos presenta una etapa poderosa para darnos cuenta de
que necesitamos ya no sólo reinventarnos, sino exponernos al poder creador de
lo nuevo, alimentando un cambio personal para poder dejar atrás aquello que,
hasta ahora, hemos hecho de forma mecánica, movidos por los hábitos y las
costumbres y, también, recuperando el símbolo sabiano, volvemos más fuertes y
resilientes frente a los retos que nos lleguen.
Los
cambios y Acuario
En
esta newsletter el gran protagonista es el cambio.
Y
la clave para aprender a cambiar es la perseverancia y la disciplina en nuestro
día a día, haciendo pequeñas acciones que nos permitan seguir evolucionando.
El
símbolo de Acuario nos da más pistas. Vamos a explorarlo un poco más y a ver
qué nos dice con sus dos líneas onduladas superpuestas...
Entendiendo
(y aceptando) que la línea superior representa el principio espiritual y la
inferior el principio material, entonces podemos concluir que la interacción
armónica de estas dos fuerzas, desde su ondulación y su flujo constante, nos
ofrece una síntesis de ambas.
Y
justo es algo que nos recuerda la recién entrada de Plutón en Acuario, que
necesitamos aprender a vivir y a pensar simultáneamente en ambos mundos,
teniendo en cuenta los dos.
Es
verdad que no es fácil y que incluso, hoy más que nunca, en este mundo de
constante agitación e impresiones en cadena que nos arrastran desde nuestro
centro hacia la periferia, el reto puede ser incluso mayor... Pero no
imposible.
La
recomendación es trabajar la atención y centrarnos en nuestra vida interior
desde la experiencia serena que nos permita activar la fuente de fuerza
anímica.
Solo
así, desde nuestro centro, podremos operar de una forma más calmada y más útil
en la vida exterior.
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