No estarás solo
Estoy incompleto, me queda mucho por aprender
No sé cómo corre este río
Pero me gustaría estar acompañado en cada peripecia
Oh, ¿quién dijo que es verdad
Que solo se crece por cuenta propia?
No nos conoce ni a ti ni a mí
Esa es la letra de la canción “Grow As We Go”, escrita e interpretada por Ben Platt, quien es estrella de Broadway, actor y músico. La letra es tan sensible como hermosa. Todos quieren a alguien con quien crecer y, a su vez, alguien que quiera crecer con ellos. Pero ¿qué significa eso realmente? ¿Cómo se puede “crecer juntos” semana tras semana, año tras año?
Crecer individualmente parece
claro. Es una obviedad para algunos de nosotros. Si bien la individualidad y el
crecimiento personal son muy importantes, es igual de importante recordar que
las relaciones son entidades dinámicas que también requieren ese mismo cuidado
y desarrollo. El crecimiento en una relación ocurre cuando ambas partes se
comprometen a evolucionar juntos.
He aquí algunas formas en que
el crecimiento se puede presentar en una relación semanalmente o incluso a
diario.
Abre tu corazón
En nuestra búsqueda de
superación personal, a menudo pasamos por alto el poder de abrir nuestro
corazón; ese tierno espacio de matices donde nada es blanco o negro, donde
somos imperfectos, inseguros o cualquier otro estado del ser que preferiríamos
no mostrar a nadie. Al abrirnos y compartir estos aspectos de nosotros mismos,
generamos conexiones más profundas. Para las parejas, esto significa crear un
espacio seguro donde ambas partes puedan expresar sus miedos, sueños e
inseguridades sin ser juzgados. Dedica tiempo cada semana a una “sesión para
abrir el corazón” en la que tu pareja y tú compartan algo que les esté dando
vueltas en la cabeza. Esta práctica no solo genera confianza, sino que también
profundiza su intimidad emocional. Recuerda: el crecimiento comienza cuando
salimos de nuestra comodidad y nos exponemos de verdad.
Hagan algo nuevo juntos
Ser nuevos en algo juntos
puede ser una forma increíble y activa de conocerse mutuamente de maneras igual
de novedosas. No solo le da a cada uno una nueva perspectiva del otro y de la
relación, sino que también les ayuda a sacudir cualquier rutina y patrón
inconsciente. Tomar una clase de cocina juntos, unirse a un club de lectura (¡o
crear uno solo para ustedes dos!), participar en un taller o aprender un nuevo
idioma son formas inspiradoras de abrir nuevas vías de conexión.
Cultiven una visión compartida
Para crecer juntos, hay que
saber a dónde quieren ir juntos. Una visión compartida es el pegamento que une
a una pareja, ya que da un sentido de propósito y dirección. Tener metas y
aspiraciones en común crea un marco para el apoyo mutuo y el crecimiento. Esto
no significa que tengan que compartir todas las ambiciones, sino que encuentren
puntos en común en sus valores y objetivos a largo plazo.
Tómate el tiempo para sentarte
con tu pareja y conversar sobre los objetivos individuales y cómo pueden
apoyarse mutuamente para alcanzarlos. Luego, crea una tabla de visualización o
un plan escrito que describa sus objetivos compartidos para el futuro. Esto
podría incluir cualquier cosa, desde aspiraciones financieras hasta grandes
planes de viaje o actividades profesionales como escribir un libro o iniciar un
negocio. Revisen y actualicen la visualización con regularidad para asegurarse
de que ambos estén alineados y motivados. Lo más importante es que no olviden
celebrar sus manifestaciones.
Crecer juntos como pareja es
un viaje continuo que requiere dedicación, empatía y voluntad de evolucionar.
Volviendo a la letra de Ben Platt “estoy incompleto, me queda mucho por
aprender”, es al acoger este tipo de vulnerabilidad con nuestra pareja que podemos
fomentar una relación que no solo sea resiliente sino también profundamente
satisfactoria. Recuerda: el viaje de crecimiento no es un destino, sino un
proceso continuo de aprendizaje y evolución juntos. El amor no se trata de ser
la pareja perfecta o ser perfecto de ninguna manera, sino de crecer y
transformarse, y disfrutar de ese proceso con alguien que camina a tu lado,
apoyándose mutuamente en el camino. Te darás cuenta de que estás creciendo al
andar.
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