En la vida y al largo de nuestra existencia se dan numerosos procesos
evolutivos, unos conscientes y otros inconscientes, todo depende de
nuestro estado de consciencia.
Uno de estos procesos es el reencuentro de almas, que en un pasado
cercano o lejano ya estuvieron unidas y que de nuevo el Universo necesita que
así sea para dar el salto final a éstas o a una de ellas, así como para
implantar en la vida las semillas de luz y esperanza para el bien de la
humanidad, procedentes éstas de la unión y amor entre ambas almas; no hay
otra forma de que esto sea posible.
Se trata de una fuerte conexión de Ser a Ser, de Alma a Alma, de Corazón
a Corazón, y la mejor manera de prepararnos para ello es tener consciencia
universal, dejarte fluir con confianza, y sobre todo cuando una de las dos
almas está más dormida, pues es el confiar en la otra y dejarte guiar por ese
Ser especial que ha llegado a tu vida.
Normalmente casi siempre se dan estos casos, en los que una de las dos
almas está más dormida y necesita de la otra para terminar de despertar, y
así comenzar las dos juntas con su misión universal que les fue otorgada antes
de su venida a esta vida, y con la que ambos se comprometieron como seres de
luz con cuerpo físico, por el bien de la humanidad.
Estas relaciones álmicas son excelentes, son grandes regalos del
universo, son relaciones en las que ambas partes se unifican para formar un
solo Ser, aunque eso sí, sin perder libertad, ni individualidad.
Estas relaciones hacen despertar todos nuestros sentidos, nos
ayudan a despertar y reconocer nuestras capacidades y cualidades innatas, nos
ayudan a ser dueños de nuestra vida y de nuestra verdadera identidad, somos
responsables de nuestra felicidad, nos colman de amor y bienaventuranzas; son
relaciones muy especiales que aunque al principio cuesten un poco por todo el
proceso alquímico interno que se produce entre ambas almas desde el momento que
se reencuentran y se unen, y que a veces ninguna de las dos son conscientes de
ello, pero que pasado este tiempo alquímico aparece el equilibrio, la
armonía, pasión, plenitud, belleza, perfección, la “iluminación”.
Hay veces que estas relaciones no se dan por motivos personales o
familiares, ya que nos dejamos arrastrar más por la opinión de los
familiares que actúan muchas veces de forma egoísta, y otras veces por nuestra
mente y emociones que nos hace dudar, desconfiar ante la belleza y el amor
correspondido, nos pone en un estado de comodidad y pasividad, y se va dejando
pasar el tiempo, mientras en el otro plano están esperando nuestra actuación
para el bien universal.
El universo como siempre respeta la opinión que tomemos y no fuerza
situaciones pues se guía por la ley del libre albedrío, y esperará
pacientemente durante toda la vida, incluso hasta otra ocasión en que pueda
repetirse este reencuentro si en este no se da.
Estas parejas álmicas son unos mágicos espejos en el que uno puede verse
en el otro, siendo esta una visión interior de nuestra propia sabiduría,
espiritualidad y evolución, y donde podemos ver todas nuestras
cualidades-incluso aquellas ocultas y olvidadas por desprecio o desvalorización
propia o de terceras personas-, también podemos ver nuestras luces y sombras
(si es que se ha adquirido alguna al coger un cuerpo físico) para seguir perfeccionándonos
con la ayuda del otro.
Estas parejas pasan por un proceso que lleva su tiempo, debido a la
alquimia interior que se desarrolla en ellas, para poder reconocerse ambas
almas mutuamente.
El fundamento de estas relaciones es estar presente y consciente para sí
mismo y para el otro, por lo que a través de la meditación nos conectamos
con lo más profundo de nuestro Ser y del otro, y a su vez con lo más sutil y
amoroso del Universo, alimentándonos desde el interior.
En estas parejas cada uno tiene su camino en la vida y cumple su misión,
aunque ambos se acompañen en el recorrido ya que el objetivo es el mismo, y uno
complementa al otro, pero cada uno actuando desde sí.
Ambos se encuentran conectados con la esencia y magia de la vida, ambos
están inmersos en la plenitud y el bienestar, ambos están llenos de amor y
respeto, y ambos participan de un mismo objetivo, que es el que ha sido
trazado por el Universo para ellos de forma especial y que nadie más puede
cumplirlo, tan sólo esta pareja unida en amor.
En ambos tras la fusión alquímica, comienza un gran despertar interior,
una magnífica evolución personal, despierta todo el potencial de sabiduría
guardado en el interior, se desarrolla la creatividad porque así es la vida,
hay compromiso entre ambos, y entre ambos con la vida, la espiritualidad, con
la existencia de todo y todos, incluso de los planos superiores.
Son estas relaciones en las que reina la intimidad, sinceridad, verdad,
complicidad, transparencia, respeto, y comunicación, siendo ésta muy importante
ya que el alma va a nutrirse de la comunicación que haya entre ambas partes,
incluso de la comunicación silenciosa de la mirada o de un abrazo.
Estas comunicaciones son para ayudarnos a seguir mejorando y
evolucionando, por lo que también hay que expresar con consciencia
aquellos aspectos negativos a trabajar para que con la ayuda de la otra parte y
de la alquimia divina sea todo ello transformado en el opuesto de forma
positiva, es decir, expresar los propios temores, dudas, miedos, traumas, dolor,
necesidades, deseos, pensamientos, fantasías, etc.
Este hecho de “desnudarse” desde el corazón hará sacar del interior
residuos que puede que lleven mucho tiempo ahí y que ya es hora de
eliminar, hará también derribar barreras negativas impuestas por nosotros
mismos como mecanismo de defensa ante el ataque e incomprensión de los demás, y
en definitiva todo esto nos ayudará a conectar con nuestra propia autenticidad.
Además de la alquimia de las almas, también hay una alquimia de la
propia relación, ya que en dicha integración-fusión de ambas personas,
nace una co-evolución, y esta desarrolla la semilla de la “iluminación” que
germinará el matrimonio sagrado en el que la pareja seguirá con plena
consciencia su camino de conocimiento, exploración, transformación y
descubrimiento del otro, un vínculo éste que se renueva constantemente, ya
que de él sin hacer nada más, esta pareja está ayudando a la humanidad, a
través de toda esa luz-energía-información que se expande en forma de ondas por
el espacio, y que llega a todo y a todos, en cualquier parte del Universo.
Estas parejas álmicas están basadas en la amistad, amor, pasión,
admiración, sencillez, sinceridad, verdad y vínculo por el bien común.
Pero también la sensualidad y erotismo forma parte de estas parejas,
ya que el placer refuerza estos vínculos de pareja, en cada beso, abrazo…
En toda relación, ya sea álmica o no lo sea, debe de haber una
valoración recíproca, comunicación, mucha comunicación.
El dar con una relación álmica es un gran regalo, se dan cualidades
positivas y reina la felicidad.
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