El Creador desea
nuestras oraciones porque la Luz quiere descender y satisfacer nuestra
necesidad o carencia. Cuando una persona ora con la conciencia adecuada, lo que
hace es crear un nuevo camino para que la Luz fluya hacia su vida. Es una
comprensión muy poderosa y significativa de nuestro trabajo espiritual: “Voy
a crear un nuevo camino por medio del cual la Luz del Creador pueda venir a mi
vida y a este mundo”.
Y lo que este
entendimiento hace además es aclararnos que nuestro trabajo espiritual no es
tan difícil; no estamos creando Luz, no estamos creando plenitud, porque todo
eso ya existe. Todo lo que tenemos que hacer es abrir los canales. Crear el
agua es mucho más difícil que colectar agua, y todo lo que tenemos que hacer es
perforar un agujerito en la torre a fin de que el agua pueda salir. Con esta
conciencia, entendemos que no existen las acciones pequeñas. Cada oración,
conexión y acción de compartir abre ese ducto.
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