Karen Berg
A primera vista, la porción de esta semana,
Jayei Sará, es una simple historia sobre una mujer llamada Sará quien murió a
los 127 años de edad. Sin embargo, cuando vemos con el lente del Zóhar, se
convierte en mucho más que una historia. Se convierte en un código. Por
ejemplo, la Biblia nos dice que Sará tenía 127 años,
¿qué significa eso? El
Zóhar explica que a los 100 años Sará era tan hermosa como a los 20 y tan pura
como a los 7. Este es un mensaje para nosotros sobre la energía de Sará, sobre
la vitalidad y la pureza para las cuales tenemos el apoyo para alcanzar en esta
semana tan especial.
"CONOCER AL CREADOR ES ESTAR EN AFINIDAD CON SU MANERA DE
ACTUAR".
El Zóhar revela que la razón por la que Sará
era considerada tan pura es porque conocía al Creador. Conocer al Creador es
estar en afinidad con Su manera de actuar: incluir a todos, estar continuamente
en un marco mental que tenga en cuenta el bienestar de los demás. Sará entendía
que diariamente tenemos la capacidad de volver positiva la energía que existe
en ese día al pasar de una conciencia del “yo” a una conciencia de “nosotros”.
Las oraciones de Sará no eran solo para ella, sino para el mundo.
"La alegría que puede obtenerse de
cualquier bendición es directamente proporcional a cuánto podemos compartir
dicha bendición".
Algunos de nosotros oramos en comunidad como
lo hacemos en el Centro de Kabbalah. Otros lo hacemos de manera solitaria.
Algunos oramos de pie, otros de rodillas; no importa cómo oremos, lo importante
es hacerlo porque las oraciones son un regalo que tenemos para conectarnos con
el Creador y conocerlo. En nuestras oraciones, a veces podemos pedirle
sustento, sanación, prosperidad y bendiciones al Creador. Sará oraba, pero no
por ella. Por supuesto, Sará nació con un Deseo de Recibir como cada uno de
nosotros. Así fuimos hechos, fuimos creados para querer para el “yo”. Pero
aprendemos de los kabbalistas que la alegría que puede obtenerse de cualquier
bendición es directamente proporcional a cuánto podemos compartir dicha
bendición. Por lo tanto, en esta semana, cuando tenemos a nuestra disposición
la energía completa de Sará, es el momento perfecto para pedirle al Creador en
nuestras oraciones, ciertamente, beneficios para nosotros, pero quizá no solo
podemos pedir para nosotros, sino para beneficiar a los demás.
En los próximos siete días, pregúntate: ¿Qué
es lo que realmente quiero y cómo puedo usarlo para ayudar a otro ser humano o
al mundo? Y no olvidemos las bendiciones que ya tenemos. No importa lo mucho o
poco que tengamos, siempre hay mucho por compartir si realmente buscamos. Esta
es una poderosa semana para comenzar a compartir esas bendiciones también y, al
hacerlo, podríamos obtener un poco más de satisfacción de las cosas que tenemos
y más vitalidad, pureza y alegría de todo lo que pedimos. Inténtalo y cuéntame
cómo te va. Me gustaría leer sobre tu experiencia.
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