La porción de esta semana es Lej Lejá, lo
cual significa “salir”, esas son las mismísimas palabras que Dios le dijo a
Avraham en la historia. Ese es el momento en el que Dios designa a Avraham como
su mensajero, cuando le pide que deje el lugar en donde vive, que “salga” y
difunda la espiritualidad en el mundo.
"EL CAMINO DE CADA PERSONA ES DIFERENTE".
La historia siempre me recuerda mis primeros
días con el Rav en Israel. El Centro de Kabbalah en ese entonces no era como el
que conocemos hoy en día. No había grupos de estudio ni Apoyo al Estudiante, no
había maestros alrededor del mundo ni Centros a los que los estudiantes
pudiesen ir a conectarse en cualquier momento. En Israel éramos solo el Rav,
unos cuantos estudiantes y yo. Pudimos habernos quedado así para siempre. Quizá
habría sido más cómodo y, seguramente, habría sido mucho menos trabajo. No obstante,
sentíamos la voz de la Luz pidiéndonos que “saliéramos”; que expandiéramos
nuestro alcance para poder compartir esta transformadora sabiduría con más
gente. Ese fue el momento en el que empezamos a pasar más tiempo en Nueva York,
cuando el Rav comenzó a enseñar y estudiar con alumnos en un sótano de Queens.
Fue un salto de fe, pero si no lo hubiésemos dado, quizá los muchos Centros que
vemos hoy alrededor del mundo nunca habrían existido.
¿Pero qué significa esto para nosotros a
nivel personal? ¿Debemos irnos de la ciudad en la que vivimos y salir al mundo
a diseminar la espiritualidad? No creo que esa sea la respuesta, porque la
porción Nóaj de la semana pasada nos dice que el camino de cada persona es
diferente. Para mí, la palabra “sal” no necesariamente hace referencia a un
cambio de lugar, sino a un cambio de comportamiento. Esta semana, somos
llamados a salir de nuestro marco personal.
"SOMOS LLAMADOS A SALIR DE NUESTRO MARCO PERSONAL".
Salir de nuestro marco no es una tarea fácil.
Todos tenemos metas en la vida, cada uno con su propia lista de quehaceres, su
planificación y, con todo esto, a veces puede sentirse presión, preocupación,
estrés o conflictos. Para algunos de nosotros puede ser pagar facturas; para
otros, lidiar con una adicción o enfermedad, Dios no lo quiera; pero sin
importar los detalles, todos enfrentamos desafíos diarios. Puede ser muy
difícil dar de nosotros a los demás cuando estamos tan ocupados luchando
nuestras propias batallas personales. Sin embargo, uno de los grandes regalos
de la espiritualidad es la capacidad de ayudar a alguien más con sus problemas
aun cuando estemos luchando con los nuestros.
Ese es el nivel espiritual al que llegó
Avraham según lo que leemos en la porción de esta semana, Lej Lejá. Avraham
enfrentó muchas pruebas, muchos desafíos y, a pesar de eso, no se desvió del
camino de compartir su amor a Dios con los demás.
Esta semana hay una energía en el universo
que puede ayudarnos a salir de nuestro marco personal. Esta semana, expande tu
círculo de cuidado al compartir no solo con tus amigos, familia y personas
cercanas, sino con cualquiera a quien el Creador le parezca apropiado poner en
tu camino en cualquier momento. Inicia una conversación, mira a los ojos de la
persona que tienes al lado y tómate el tiempo para preguntarle a la gente cómo
está, cómo va su día y cómo puedes ayudarla. Incluso cuando estemos en agonía a
causa de nuestros propios problemas, nuestra oscuridad y desespero, este
ejercicio que consiste en salir de nuestro marco puede traer la Luz para
nuestra propia oscuridad. Como suelo decir, hay una configuración cósmica que
establece que si nos hacemos cargo de los demás, el universo se encarga de
nosotros.
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