Por
Gillian MacBeth-Louthan
Últimamente
todos nos sentimos preparados como soldados esperando instrucciones. No
entendemos por qué estamos al límite, pero todo lo que nos rodea nos dice
"tomen conciencia" de que algo no parece estar bien. Nuestros cuerpos
experimentan fenómenos inusuales que la medicina no comprende. Nuestros corazones
laten de manera diferente como si tuviéramos dos o tres. Nuestros cuerpos
emocionales nos rodean como lunas binarias que buscan aterrizar. Nosotros, como
planeta, vamos todos juntos.
Avanzamos
con precaución como si estuviéramos caminando en arenas movedizas o en un campo
minado abandonado, sabiendo que el paradigma puede cambiar en cualquier momento
y podríamos estar aleteando en las afueras de la Ciudad Esmeralda. Miramos a la
Naturaleza en busca de comprensión y revelación, pero ella nos mira igual de
confundida. Las reglas han cambiado para todos nosotros. Tal como el hombre de
Neanderthal que encuentra un teléfono celular, nos golpeamos la cabeza tratando
de averiguar qué hacer a continuación.
La
mayoría de los días es mejor no tratar de forzar un resultado, como un mago de
antes que intenta que una ex-esposa lo obedezca. Miramos por las ventanas de
nuestros autos, las ventanas de nuestras casas y las ventanas de nuestras
almas, buscando una señal que se mantenga durante los próximos cambios. Como si
condujésemos a través de una tormenta de polvo, todo lo que podemos hacer es
detenernos hasta que pase. Muchos están estacionados al costado de sus vidas
esperando el único evento que cambiará su existencia. Todo está alineado como
un oponente formidable durante un juego fuera de casa. Nos enfrentamos cara a
cara con lo que deliberadamente nos provoca miedo en todas sus formas. La vida
se vuelve más espesa y pegajosa y más letal al tacto.
A lo
largo del tiempo, los virus han tenido el poder de cambiar y trastornar a la
especie humana. Como un ángel de la muerte en un ámbito bíblico, desencadenan
un profundo y antiguo miedo en nuestro interior, una impotencia para luchar
contra un enemigo invisible. Una vez más, entramos en un tiempo de profecía e
inquietud como pueblo y como planeta. Las líneas dentro del rompecabezas de la
Tierra se dibujan cerradas a medida que país tras país cierra sus fronteras a
la amenaza biológica. Todos estamos luchando contra un adversario invisible que
viene a cambiar nuestro propio ADN como un ladrón en la noche. Nos sentimos
despojados de nuestras elecciones.
Se
produce una gran agitación planetaria a medida que cada célula de nuestro
cuerpo lucha por aferrarse a quién es. En los últimos años, como planeta, hemos
sufrido grandes pérdidas en todos los niveles, hemos entrado en un tiempo en el
que nos mantenemos en guardia las 24 horas del día, los 7 días de la semana, ya
que podemos sentir de forma innata la penetración de energías desconocidas,
pensamientos desconocidos y miedos desconocidos.
Los
virus están vivos y conscientes y experimentan evolución y selección natural al
igual que toda vida, y la mayoría evoluciona rápidamente. Cuando dos virus
infectan una célula al mismo tiempo, pueden intercambiar material genético para
crear nuevos virus "mixtos" con propiedades únicas nunca antes
vistas. Los virus ARN tienen altas tasas de mutación que permiten una evolución
especialmente rápida. ¿Se han preguntado alguna vez por qué cada año aparece
una cepa diferente del virus de la gripe? ¿O cómo los virus pueden volverse
resistentes a los medicamentos?
La
respuesta corta es que los virus evolucionan igual que nosotros. El
"acervo genético" de una población de virus puede cambiar con el
tiempo. En algunos casos, los virus en una población o área geográfica pueden
evolucionar por selección natural. Los virus no solo evolucionan, sino que
también tienden a evolucionar más rápido que sus huéspedes humanos. Los
científicos estiman que hay aproximadamente virus del 10 a la enésima potencia
en cualquier momento dado. ¡Es un 1 seguido de 313.131 ceros! Si de alguna
manera pudieran colocar estos virus lado a lado y alinearlos, la columna de
virus se extendería casi 200.200.200 años luz en el espacio. En otras palabras,
hay más de diez millones de veces más virus en la Tierra que estrellas en todo
el Universo.
Los
virus pueden provenir de muchos lugares: del espacio, del suelo, del agua, de
los animales y los seres humanos. Se pueden liberar cuando se desentierra un
sitio antiguo o se abre una tumba. Pueden nacer de víctimas de desastres
terrestres que han estado enterradas durante mucho tiempo.
Nosotros,
como planeta, hemos dado a luz la energía de la misma palabra virus, ya que se
ha vuelto una expresión común. Esta poderosa palabra se ha convertido en más de
lo que estamos listos para manejar. Cuando se la ve a través de la numerología,
la palabra virus es una vibración # 8 que en sí misma es una activación de la
secuencia del ADN/ARN. Siempre estamos sacando la basura del ADN a medida que
desarrollamos más verdades que muestran quiénes éramos y en quiénes nos estamos
convirtiendo.
Este
es un virus evolutivo que demanda toda nuestra atención. No esperen que otro
los rescate o los salve. La única salida de esta energía es arriba y lejos.
Como quien sube por la escala de luz evolutiva de Jacob, desplacen su energía
fuera del holograma terrenal del miedo planetario, y desde este lugar más
elevado de luz perciban lo que los ensombrece, lo que se adhiere a los zapatos
de su alma, lo que reduce su inmunidad psíquica y física. Como un anciano que
se encuentra en una meseta alta mirando hacia Monument Valley, desplacen su
sabiduría y su luz hacia un lugar de paz y conocimiento.
Las
palabras mismas "miedo” y “víctima" tienen la misma vibración. Tal
como quien grita “¡Fuego!” en un teatro cerrado, el miedo siempre crea una
estampida, se activa el mecanismo de lucha o huida dentro de las especies de la
Tierra. El miedo tiene una voz fuerte y se asegura de que todos sus terrores
dormidos se despierten. Se filtra a través de las líneas virtuales y las líneas
Ley de la Tierra. Como un cubo de Rubik que se cierra por la noche, todas las
alfombras están enrolladas, las ventanas están cerradas y trabadas y las
puertas están tapiadas.
Somos
los hijos e hijas de la luz, nacimos para ser guerreros como los mismos ángeles
que nos acompañan. No fuimos puestos aquí en la Tierra para acobardarnos y
temerle a la vida. Nosotros, como especie, hemos sobrevivido más de lo que se
haya anotado en los registros akáshicos del tiempo. Fuimos creados
específicamente para este tiempo y lugar en nuestra historia evolutiva. Tenemos
lo necesario para disolver los temores que residen en nosotros y ver que la
verdad sobrevive y nada a través de los mares de la humanidad.
Ustedes
tienen la capacidad de separar los mares/las percepciones de todo este diálogo
planetario. Ustedes son el capitán de este barco y el dueño de su alma;
aférrense a eso y estén empoderados y sean libres.
Publicado
el 3 de Marzo de 2020
Gillian
MacBeth-Louthan
PO Box 217
Dandridge, Tennessee
37725-0217
www.thequantumawakening.com
thequantumawakening@gmail.com
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Dandridge, Tennessee
37725-0217
www.thequantumawakening.com
thequantumawakening@gmail.com
Traducción:
Susana Peralta
Sitio oficial de El Despertar Cuántico en español: <www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm>
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