En este universo físico todo está dividido en categorías y contenido dentro de contenedores. (NT recipientes, receptáculos, envases) Un contenedor es algo que contiene otras cosas. Una caja, un recipiente, una botella, un coche, un edificio, un garaje de estacionamiento, todos son ejemplos de contenedores. Estos son contenedores más obvios, pero la mayoría de las personas no identifican fácilmente a su cuerpo, una relación, un trabajo, una cancha de fútbol o una cancha de tenis como contenedores, aunque lo son. Nuestro planeta es un contenedor para nuestras vidas, nuestro sistema solar es un contenedor para nuestro planeta, la galaxia es un contenedor para nuestro sistema solar, y el universo es un contenedor para nuestra galaxia y todas las galaxias – contenedores dentro de contenedores, dentro de contenedores.
En otras
palabras, los contenedores están en todas partes y sostienen los contenidos de
todo en el universo. Sostienen el contenido por la vía de sus límites, sus
bordes, sus fronteras. Uno pensaría que todos querrían saber más sobre cómo
operan los contenedores, qué sucede cuando interactúan, cuándo son
disfuncionales, cuándo son efectivos y útiles para todos. Eso no es así
exactamente, porque las personas se distraen con el contenido en lugar de mirar
el contexto, pero esto nunca dará fruto.
Los
contenedores son ambas cosas: contenido, porque están contenidos por otros
contenedores, y son el contexto para lo contenido dentro de ellos. Tienen
propiedades que los gobiernan, reglas o incluso leyes que los definen.
Comprender estas propiedades puede ayudarnos a entender mejor nuestro mundo y
nuestras vidas. Aunque hay muchos aspectos en esto, miraremos a algunos de los
más críticos. Los contenedores vienen en diferentes tamaños que pueden ser
demasiado grandes, demasiado pequeños o justo lo apropiado. Demasiado grande y
demasiado pequeño traen problemas. Lo correcto y justo usualmente no dura,
porque las cosas tienen una manera de ir cambiando con el tiempo. El contenedor
puede tener que crecer o encogerse para responder a los cambios. Tal vez una
pareja inicia su relación en una casa pequeña pero justo lo apropiado. Después
de tres hijos, la casa es demasiado pequeña. Necesitan una más grande, de modo
que agreguen.
Veinte años
más tarde necesito otra vez una casa más pequeña, porque los hijos han dejado
el nido. La casa en que están, ahora es demasiado grande, pero luego, llegan
los nietos y otra vez es del tamaño justo. Así es la vida.
Los límites
del contenedor pueden ser delgados y porosos o construidos como una fortaleza
sin acceso ni salida, como una represa sin desagüe. Este formato o estilo de
contenedor es más como una prisión, y es problemático cuando llegan las
lluvias. Los contenedores son más funcionales cuando tienen una entrada y una
salida. Cuando algo es un buen contenedor, tiene límites fuertes, pero también
tiene fluidez, ingreso y egreso, como una tetera; una frontera entre países
pacíficos, una relación que permite a cada parte tener otros amigos y
pasatiempos. Esto se aplica a los países, los gobiernos, los partidos
políticos, las religiones, las organizaciones, etc. Las mentalidades rígidas y
como fortalezas son un problema, como lo es una estructura suelta que introduce
vaguedad y falta de claridad, y agrega estrés porque nadie conoce son las
reglas y expectativas.
Miremos
primero las estructuras rígidas. Las estructuras rígidas son dogmáticas y
autoritarias, y en casos extremos son fascistas. En estas hay estructuras de
hipervigilancia, todos son monitoreados, la vigilancia está en todas partes y
hay consecuencias extremas por violar las reglas, que pueden incluir el exilio,
largos períodos de prisión o ejecución. En una palabra, son sumamente
controladoras. La mayoría de las personas están controladas por un grupo
pequeño que, por miedo a perder el control, elimina las libertades, la
expresión y las opciones. Estas estructuras o contenedores tienen consecuencias
predecibles para la mayoría de las personas en ellas. 1. No son divertidas. 2.
Son sumamente estresantes. 3. Les falta creatividad, y las artes desaparecen.
4. Hay desesperación, miedo y desesperanza cuando los miembros buscan escapar.
5. Las oportunidades languidecen. Y 6. Crece la corrupción.
¿Qué
permite que una estructura rígida o un contenedor sea demasiado apretado? Esta
es una respuesta sencilla. Es el miedo, miedo a ellos, ellos, los enemigos, ya
sean reales o imaginados. El miedo va en ambos sentidos. Miedo a los de afuera
y miedo al enemigo adentro. Todos son sospechosos de ser el enemigo. Cuando el
miedo es la fuerza dominante en una organización, la estructura siempre se
encoge y se vuelve pequeña, apretada y rígida.
Digamos que
estás en un salón grandioso, espacioso, y estás sentado en una silla cómoda,
cuando de pronto un escorpión trepa por tu pierna. No importa cuán grande sea
el salón, cuando notas el escorpión, el mundo se encoge hasta solo tú y el
escorpión. Así es como funciona la mente humana, porque está programada para
sobrevivir a cualquier costo. Todo queda para el costado cuando hay una amenaza
real o imaginada. Todos nos volvemos miopes bajo coacción. El miedo opera de
esta manera.
Para las
almas más jóvenes, menos desarrolladas, el soporte y la rigidez de lo
envolvente, una cuna, o el arenero, tranquiliza estos miedos y les da una
sensación temporal de seguridad. Para las más antiguas, almas más
desarrolladas, esto se vuelve asfixiante, movilizando la rebelión y una lucha
para liberarse. El conflicto es prácticamente inevitable. Estos son requisitos
muy diferentes. Cuando un régimen de almas más jóvenes domina y aprieta, y
quita la opción y la expresión, esto causa una reacción enorme. Las almas más
jóvenes se sienten más seguras, y las almas más antiguas se sienten confinadas
y oprimidas. Esto es lo que vemos actualmente, no solo en los Estados Unidos
sino alrededor del mundo. La polarización de las almas más jóvenes y las más
antiguas, las menos desarrolladas versus las más desarrolladas. Las almas más
jóvenes se sienten inseguras y quieren la cuna y el arenero.
Las almas
más antiguas quieren explorar el vecindario más allá y eventualmente todo el
mundo más allá. Para las almas más jóvenes la noción de, por ejemplo, el
wakeísmo provoca miedo en el corazón porque representa una manera de estar en
el mundo que se siente demasiado complejo e inclusivo con demasiado a procesar,
como si todo estuviera fuera de control. Sienten necesidad de más reglas, más
ley y orden, menos opciones. Se sienten más seguros cuando alguien toma el
mando y les dice qué hacer, quiénes ser. Si todo está incluido, entonces ¿dónde
están los guardarrieles, las líneas de guía, la estructura conocida, la
jerarquía que les dice cuál es su lugar? Dicen: "Qué alivio, ahora sé
quién es el jefe (el rey, o la reina) que me puede decir quién soy (el siervo,
la carne de cañón, la oveja). Las almas más antiguas miran esto con horror,
porque para ellos esto es "Estuve allí, hice eso, y no es divertido. Estoy
sofocándome. Déjame decirte quién soy yo, y no al revés.",
Miremos por
un momento al contenedor demasiado suelto. Un contenedor despreocupado en que
todo está bien. Los límites son porosos y delgados y es difícil saber cuáles
son las prioridades. Todos tienen voz, a toda causa se le da importancia,
incluso a las que se enfocan en un porcentaje pequeño de personas. Este tipo de
contenedor también es manejado por el miedo. ¿Qué tal si no todos tienen voz?
¿Qué pasa si alguien es excluido y sufre? Este grupo dice que necesitamos
enfatizar el cambio climático. Otro grupo dice: sí, pero los derechos de trans
y gays deben ser la prioridad, y otro grupo más dice: no, lo más importante es
la igualdad de género. Entonces, nadie sabe qué presuponer y qué se debe
enfatizar, porque todos están clamando por sus propias agendas.
Los
granjeros dicen “¿Y qué hay de nosotros?”; los obreros dicen “¡Necesitamos que
nos escuchen!”; la gente por los derechos de los animales dice “¡Todos tenemos
que ser veganos!” y así sigue y sigue. Algunos se frustran enormemente porque
un grupo pequeño está obteniendo toda la atención, cuando otras mayorías más
grandes se sienten ignoradas. Esto se parece más a una democracia salvaje y
revuelta donde es difícil enfocarse, porque los límites son muy porosos y las
agendas están constantemente perdiéndose en el revoltijo. Las almas más jóvenes
enloquecen con esto. “¿Dónde está el liderazgo dominante que estamos
reclamando?”, dicen. Las consecuencias de esta clase de contenedor son: 1. Hay
más división, y falta de enfoque. 2. Hay muchas agendas compitiendo. 3. El paso
se mueve demasiado lento porque todos quieren decir lo suyo. 4. El deseo de la
mayoría se sacrifica por minorías pequeñas y gritonas con agendas
radicalizadas. 5. El trabajo en equipo a menudo disminuye. 6.Las prioridades
están dispersas.
Estos dos
tipos de contenedores son disfuncionales. Ninguno de los dos funcionará en el
último caso, de modo que hemos estado yendo atrás y adelante a tontas ya locas.
Ambos se van a ir y serán reemplazados por algo que semeje un camino del medio.
Algunas libertades tendrán que quedar afectadas. El deseo de dominar y
controlar será abandonado. El liderazgo tendrá que demostrar fuerza y sabiduría. La economía
servirá a la gente, pero perderá su lugar como valor máximo. A medida que los bebés crezcan serán
más cómodos con la diversidad. A medida que los adultos maduran descubrirán que
se necesita un contenedor fuerte y que no todos tienen que salirse con la suya
ahora mismo. Deberán sacrificarse. Después de todo somos una familia de almas,
no facciones en guerra. Es hora de crecer.
José Luis
Stevens
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Traducción:
M. Cristina Cáffaro
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