José Luis Stevens
En este universo físico todo está dividido en categorías y contenido dentro de contenedores. (N.T. recipientes, receptáculos, envases) Un contenedor es algo que contiene otras cosas. Una caja, un tazón, una botella, un coche, un edificio, un garaje de estacionamiento, todos son ejemplos de contenedores. Estos son contenedores más obvios, pero la mayoría de las personas no identifican fácilmente a su cuerpo, una relación, un trabajo, una cancha de fútbol o una cancha de tenis como contenedores, aunque lo son. Nuestro planeta es un contenedor para nuestras
vidas, nuestro sistema solar es un contenedor para nuestro planeta, la galaxia es un contenedor para nuestro sistema solar, y el universo es un contenedor para nuestra galaxia y todas las galaxias – contenedores dentro de contenedores, dentro de contenedores. En otras palabras, los contenedores están en todas partes y sostienen los contenidos de todo en el universo. Sostienen el contenido por la vía de sus límites, sus bordes, sus fronteras. Uno pensaría que todos querrían saber más sobre cómo operan los contenedores, qué sucede cuando interactúan, cuándo son disfuncionales, cuándo son efectivos y útiles para todos. Eso no es así exactamente, porque las personas se distraen con el contenido en lugar de mirar el contexto, pero esto nunca dará fruto.Los contenedores son ambas cosas: contenido, porque están
contenidos por otros contenedores, y son el contexto para lo
contenido dentro de ellos. Tienen propiedades que los gobiernan, reglas o
incluso leyes que los definen. Comprender estas propiedades puede ayudarnos a
entender mejor nuestro mundo y nuestras vidas. Aunque hay muchos aspectos en
esto, miremos a algunos de los más críticos. Los contenedores vienen en
diferentes tamaños que pueden ser demasiado grandes, demasiado pequeños o justo
lo apropiado. Demasiado grande y demasiado pequeño traen problemas. Lo correcto
y justo usualmente no dura, porque las cosas tienen una manera de ir cambiando
con el tiempo. El contenedor puede tener que crecer o encogerse para responder
a los cambios. Tal vez una pareja inicia su relación en una casa pequeña pero
justo lo apropiado. Después de tres hijos, la casa es demasiado pequeña.
Necesitan una más grande, de modo que agregan. Veinte años más tarde necesitan
otra vez una casa más pequeña, porque los hijos han dejado el nido. La casa en
que están, ahora es demasiado grande, pero luego, llegan los nietos y otra vez
es del tamaño justo. Así es la vida.
Los límites del contenedor pueden ser delgados y porosos o construidos
como una fortaleza sin acceso ni salida, como una represa sin desagüe. Este
formato o estilo de contenedor es más como una prisión, y es problemático
cuando llegan las lluvias. Los contenedores son más funcionales cuando tienen
una entrada y una salida. Cuando algo es un buen contenedor, tiene límites
fuertes, pero también tiene fluidez, ingreso y egreso, como una tetera; una
frontera entre países pacíficos, una relación que permite a cada parte tener
otros amigos y hobbies. Esto se aplica a los países, los gobiernos, los
partidos políticos, las religiones, las organizaciones, etc. Las mentalidades
rígidas y como fortalezas son un problema, como lo es una estructura suelta que
introduce vaguedad y falta de claridad, y agrega estrés porque nadie conoce
cuáles son las reglas y expectativas.
Miremos primero las estructuras rígidas. Las estructuras rígidas son
dogmáticas y autoritarias, y en casos extremos son fascistas. En estas
estructuras hay hipervigilancia, todos son monitoreados, la vigilancia está en
todas partes y hay consecuencias extremas por violar las reglas, que pueden
incluir el exilio, largos períodos en prisión, o ejecución. En una palabra, son
sumamente controladoras. La mayoría de las personas están controladas por un
grupo pequeño que, por miedo a perder el control, elimina las libertades, la
expresión y las opciones. Estas estructuras o contenedores tienen consecuencias
predecibles para la mayoría de las personas en ellas. 1. No son divertidas. 2.
Son sumamente estresantes. 3. Les falta creatividad, y las artes desaparecen. 4.
Hay desesperación, miedo, y desesperanza cuando los miembros buscan escapar. 5.
Las oportunidades languidecen. Y 6. Crece la corrupción.
¿Qué permite que una estructura rígida o un contenedor sea demasiado
apretado? Esta es una respuesta sencilla. Es el miedo, miedo a ellos, ellos,
los enemigos, ya sean reales o imaginados. El miedo va en ambos sentidos. Miedo
a los de afuera y miedo al enemigo adentro. Todos son sospechados de ser el
enemigo. Cuando el miedo es la fuerza dominante en una organización, la
estructura siempre se encoge y se vuelve pequeña, apretada y rígida.
Digamos que estás en un salón grandioso, espacioso, y estás sentado en
una silla cómoda, cuando de pronto un escorpión trepa por tu pierna. No importa
cuán grande sea el salón, cuando notas el escorpión, el mundo se encoge hasta
solo tú y el escorpión. Así es como funciona la mente humana, porque está
programada para sobrevivir a cualquier costo. Todo queda para el costado cuando
hay una amenaza real o imaginada. Todos nos volvemos miopes bajo coacción. El
miedo opera de esta manera.
Para las almas más jóvenes, menos desarrolladas, el soporte y la rigidez
de lo envolvente, una cuna, o el arenero, tranquiliza estos miedos y les da una
sensación temporaria de seguridad. Para las más antiguas, almas más
desarrolladas, esto se vuelve asfixiante, movilizando la rebelión y una lucha
para liberarse. El conflicto es prácticamente inevitable. Estos son requisitos
muy diferentes. Cuando un régimen de almas más jóvenes domina y aprieta, y
quita la opción y la expresión, esto causa una reacción enorme. Las almas más
jóvenes se sienten más seguras, y las almas más antiguas se sienten confinadas
y oprimidas. Esto es lo que vemos actualmente, no solo en los Estados Unidos
sino alrededor del mundo. La polarización de las almas más jóvenes y las más antiguas,
las menos desarrolladas versus las más desarrolladas. Las almas más jóvenes se
sienten inseguras y quieren la cuna y el arenero. Las almas más antiguas
quieren explorar el vecindario más allá y eventualmente todo el mundo más allá.
Para las almas más jóvenes la noción de, por ejemplo, el wokeísmo provoca miedo
en el corazón porque representa una manera de estar en el mundo que se siente
demasiado compleja e inclusiva con demasiado a procesar, como si todo estuviera
fuera de control. Sienten necesidad de más reglas, más ley y orden, menos
opciones. Se sienten más seguras cuando alguien toma el mando y les dice qué
hacer, quiénes ser. Si todo está incluido, entonces ¿dónde están los
guardarrieles, las líneas de guía, la estructura conocida, la jerarquía que les
dice cuál es su lugar? Dicen: “Qué alivio, ahora sé quién es el jefe (el rey, o
la reina) que me puede decir quién soy (el siervo, la carne de cañón, la
oveja). Las almas más antiguas miran esto con horror, porque para ellos esto es
“Estuve allí, hice eso, y no es divertido. Estoy sofocándome. Déjame decirte
quién soy yo, y no al revés.”,
Miremos por un momento al contenedor demasiado suelto. Un contenedor
despreocupado en que todo está bien. Los límites son porosos y delgados y es
difícil saber cuáles son las prioridades. Todos tienen voz, a toda causa se le
da importancia, incluso a las que se enfocan en un porcentaje pequeño de
personas. Este tipo de contenedor también es manejado por el miedo. ¿Qué tal si
no todos tienen voz? ¿Qué pasa si alguien es excluido y sufre? Este grupo dice
que necesitamos enfatizar el cambio climático. Otro grupo dice: sí, pero los
derechos de trans y gays debieran ser la prioridad, y otro grupo más dice: no,
lo más importante es la igualdad de género. Entonces, nadie sabe qué
presupuestar y qué se debiera enfatizar, porque todos están clamando por sus
propias agendas. Por esto, ellos no se mantienen unidos y se dispersan. Los
granjeros dicen “¿Y qué hay de nosotros?”; los obreros dicen “¡Necesitamos que
nos escuchen!”; la gente por los derechos de los animales dice “Todos tenemos
que ser veganos!” y así sigue y sigue. Algunos se frustran sumamente porque un
grupo pequeño está obteniendo toda la atención, cuando otras mayorías más
grandes se sienten ignoradas. Esto se parece más a una democracia salvaje y
revuelta donde es difícil enfocarse, porque los límites son muy porosos y las
agendas están constantemente perdiéndose en el revoltijo. Las almas más jóvenes
enloquecen con esto. “¿Dónde está el liderazgo dominante que estamos
reclamando?”, dicen. Las consecuencias de esta clase de contenedor son: 1. Hay
más división, y falta de enfoque. 2. Hay muchas agendas compitiendo. 3. El paso
se mueve demasiado lento porque todos quieren decir lo suyo. 4. El deseo de la
mayoría se sacrifica por minorías pequeñas y gritonas con agendas
radicalizadas. 5. El trabajo en equipo a menudo disminuye. 6.Las prioridades
están dispersas.
Estos dos tipos de contenedores son disfuncionales. Ninguno de los dos
funcionará en último caso, de modo que hemos estado yendo atrás y adelante a
tontas y a locas. Ambos se van a ir y serán reemplazados por algo que semeje un
camino del medio. Algunas libertades tendrán que quedar afectadas. El deseo de
dominar y controlar será abandonado. El liderazgo tendrá que demostrar
fuerza y sabiduría. La economía servirá a la gente, pero perderá su lugar como
valor máximo. A medida que los bebés crecen estarán más cómodos con la
diversidad. A medida que los adultos maduran descubrirán que se necesita un
contenedor fuerte y que no todos tienen que salirse con la suya ahora mismo.
Deberán sacrificarse. Después de todo somos una familia de almas, no facciones
en guerra. Es hora de crecer.
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Traducción: M. Cristina Cáffaro

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