por cristinalaird
El comienzo del fin de las viejas estructuras de
poder y de los paradigmas antiguos se siente con fuerza en estos días.
Con la Luna Nueva en Escorpio del 20 de noviembre, que se
forma en oposición casi exacta a Urano, el proceso de
transformación se acelera aún más.
Urano ha retrocedido por última vez a Tauro hasta el
26 de abril de 2026, revisitando los cimientos de lo material, los valores y la
supervivencia.
Urano camina ahora de la mano de Sedna, y juntos evocan una energía femenina que emerge
desde las profundidades para hacer rendir cuentas a quienes han abusado del
poder. Esta combinación sugiere el resurgir de una conciencia
femenina más profunda, no como suavidad, sino como verdad sin
concesiones. El caso del ex-Prince Andrew y Virgina Giuffré es un
perfecto ejemplo de ello.
Vivimos tiempos transformadores, y la ansiedad que
recorre el cuerpo colectivo es el síntoma de un mundo que se resquebraja.
Una Luna Nueva en Escorpio siempre nos invita a viajar
hacia el interior, hacia la sombra, para recordar que no hay despertar a la luz
sin antes haber visitado la oscuridad.
Este es un proceso para reconocer, contemplar, aceptar y honrar nuestro
lado oculto, tanto personal como colectivo.
Porque es precisamente en el reino del Gran Abajo donde
habita nuestra verdadera creatividad — la que no adorna, sino que re-crea la
realidad. Y Todos sabemos que necesitamos más que nunca conectar con ella con
el advenimiento de la IA.
El Gran Trino: Un Don para Quienes se Atreven
Esta Luna Nueva forma un gran trígono con Júpiter en Cáncer y Saturno y Neptuno en Piscis, creando un triángulo
alquímico entre emoción, estructura y espíritu. Una oportunidad única para
reconectar con nuestra fuente creativa auténtica, para transformar lo oculto en
semilla de renovación. Para remendar situaciones y relaciones heridas.
Al mismo tiempo, Júpiter se opone a Plutón,
aunque fuera de signo (a unos 6º de orbe), empujándonos a enfrentar nuestra
condición tribal: las normas del grupo de origen, los códigos de pertenencia y
el valor que requiere evolucionar más allá de ellos.
Es una invitación a preguntarnos:
¿Cómo sigo perteneciendo? ¿Y en qué me diferencio de quienes me
formaron? Cuál es mi verdadera tribu?
Un viaje a las profundidades del ser para
redescubrir el propósito —si es que lo hay— y preguntarnos:
¿Por qué hago lo que hago? ¿Por qué camino en esta dirección?
Esta lunación reabre el canal de la sabiduría interior, no del conocimiento, sino del saber
ancestral que vive en los huesos, heredado de todo lo que existió antes de
nosotros.
Aunque no lo reconozcamos, sabemos mucho más de lo que creemos saber. Llevamos
en nuestro interior las experiencias, el dolor, las alegrías, las derrotas y
los logros de nuestros antepasados y eso es verdadera sabiduría.
Marte, Juno y la Pregunta sobre las Relaciones
Marte en Sagitario avanza
junto a Juno, situados en el punto medio de los nodos lunares
—un punto de equilibrio kármico. Esta alineación nos obliga a revisar nuestras
relaciones, no solo personales sino también políticas y colectivas.
¿Por qué seguimos en guerra? ¿Hacia dónde vamos realmente? Me
encuentro donde y con quien quiero estar?
Venus también deambula por Escorpio, lo que no
admite excusas ni trivialidades. Demanda sinceridad aunque duela.
En estos momentos en que el mundo clama por paz y cooperación, Sagitario exige verdad, y Marte no lo pide con suavidad. Necesitamos
llegar al fondo de las cosas: la corrupción, el miedo, el uso irresponsable de
la tecnología, la inconsciencia de quienes gobiernan.
Urano, en su oposición a la Luna, muestra las grietas por donde
puede entrar la luz — el recordatorio de que el colapso también
es revelación.
Reflexión e Integración
Esta Luna Nueva en Escorpio es una llamada a la profundidad, a abandonar la
superficialidad y despertar a nuestra situación, sea cual sea. El gran trígono
augura recompensa para quienes trabajan con integridad, para
quienes se mantienen fieles a su tarea de consciencia en medio de la
incertidumbre.
Al acercarnos al final de este año —tan lleno de
sucesos que no debemos tomar a la ligera— se nos pide contemplar, no reaccionar.
Estos no son tiempos banales; son tiempos serios,
sagrados en su gravedad, que exigen que cada uno de nosotros despierte un poco
más, que se vuelva más real, más íntegro, más
consciente.
La Luna Nueva en Escorpio nos llama a ir bajo la
superficie — a encontrarnos con lo que hemos ocultado
y dejar que la luz nazca de aquello que temimos sentir.

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