By Monicagobbin
Imagen: «Lunar Eclipse» de Eddie Calz
«A veces tienes que morir en tu interior con el fin
de resucitar de entre tus propias cenizas, creer en ti y amarte a ti mism@ para
convertirte en una persona nueva.»
– Gerard Way (1)
A lo largo de la historia, los eclipses han inspirado asombro y hasta temor, especialmente cuando durante los eclipses lunares totales la Luna se tornaba de color rojo sangre. Luna Roja, Luna y Sangre
La Luna representa nuestra vida interior, nuestros
sentimientos y emociones, los hábitos más primitivos, ritmos, recuerdos y estados
de ánimo y especialmente la forma en que buscamos ese lugar donde nos sentimos
segur@s. También se asocia con el pasado, la madre, con el instinto maternal o
la necesidad de cuidarnos o de cuidar a otr@s.
Es el Principio Femenino de nuestra carta. El
principio que representa, le pertenece tanto a hombres como mujeres.
La Guardiana del Cielo ha sido denominada por varios
autores como un banco de Memoria del planeta, pues ella guarda
recuerdos de nuestro pasado. En nuestro Inconsciente Colectivo, está grabada la
visión de nuestr@as ancestr@s acerca de la Luna como Guardiana. Este otro
“cuerpo” como un espejo nos devuelve esa memoria…
Los hindúes a principios de nuestra era trataron de
explicar los eclipses de Luna mediante el mito de Rahu (que se cuenta en el
BhagavataPurana, entre otros).
En el hinduismo, Rajú (‘atacante’ en sánscrito) es
el demonio que provoca cada eclipse lunar y solar, tragándose a las luminarias.
Este daitia (demonio ‘descendiente de Diti’) era el horrendo hijo de Vipra
Chitti y de Siṃhikā, y tenía cola
de dragón.
Participó en el Lika (pasatiempo o diversión)
llamado samudra manthan o sagara manthan (‘Batido del océano de leche’).
En los Purana se explica el conflicto entre los
daitia (demonios) y los Aditiá (dioses), y su búsqueda del amrita (néctar de la
inmortalidad). En este līlā, llegó un momento en que los demonios robaron el
néctar (Amrita) a los dioses. Para rescatarlo (para entregárselo a sus amigos
los semidioses), el dios Visnú adoptó la forma de Mohinī, una mujer
‘enloquecedora’ (moja) y se acercó a los demonios.
Cuando los demonios vieron la encantadora belleza de
Mohinī, perdieron toda compostura. Mientras los demonios estaban encantados con
la belleza divina, Mohinīse apoderó del néctar y lo distribuyó entre los
dioses.
El asura Rajú sospechó el juego sucio y se unió a la
fila de los dioses, para recibir el néctar. Soma se dio cuenta de que Rajú
estaba por beber el néctar y avisó a Mohinī, quien extrajo de entre sus ropas
el Sudarsaná chakrá (un disco parecido a un disco ninja) y decapitó al demonio.
Sin embargo, Rajú logró tomar una gota del néctar de
inmortalidad, por lo que no murió: su cabeza y su cuerpo separados flotaron en
el espacio como dos astros invisibles a los ojos humanos: Rajú (la cabeza) y Ketu
(el cadáver, con forma de dragón).
En venganza contra la Luna, cada tanto la devora con
su inmensa boca, pero no por mucho tiempo: ella sale victoriosa por el cuello
abierto del demonio.
En Occidente (y todavía presente en la mayor parte
de los libros de Astrología), cuando la luz de la Luna se oscurece
misteriosamente durante el Plenilunio, se considera tradicionalmente como un
mal presagio. Como la Luna rige, en lo personal el mundo emocional, el
inconsciente, y desde el punto de vista mundano, representa al pueblo, por ello
el eclipse lunar tiende a verse como más personal, no afectando tanto el
liderazgo o gobierno como el Eclipse de Sol.
Nos toca entonces a l@s astrólog@s de la Diosa,
re-evaluar todo esto desde la perspectiva de la Espiritualidad Femenina.
Un fenómeno cómo este nos lleva a “revisar el
baúl “de estas memorias. El efecto de esta “revisión” es mayor que el
de un Novilunio. Y podemos ver, si estamos dispuest@s a mirar.
Un eclipse lunar siempre se da durante una luna
llena y suele marcar finales o puntos de culminación. A veces vienen
“disfrazados”, como si fueran eventos o personas, que desde “afuera”, nos
obligan a revisar lo que estamos haciendo, otras veces necesitamos abrir ese
“cajoncito” de nuestro interior, para poder así, liberarnos de cosas viejas.
Las casas astrológicas (1) dónde caen los eclipses
del año, representan los ámbitos de vida en los cuales se presentan estas
oportunidades que nos permiten cerrar procesos o movernos hacia otro lugar de
mayor conciencia. Las Casas, se expresan también en un eje de polaridad. Es
importante el signo dónde se produce, pues es la Energía de ese momento. Puede
ser un importante punto de inflexión, si el eclipse cae en un punto
significativo en tu Carta Natal. Es posible enfrentar circunstancias que nos
hacen conscientes de esa parte de nuestra psique, de nuestra Sombra. Si se
trata de una sub-personalidad difícil o reprimida, la experiencia puede llegar
a ser dolorosa.
A veces se puede sentir un eclipse lunar tan hasta
dos semanas antes de la fecha o hasta seis meses después. Hasta la fecha de la
próxima serie de Eclipses Es frecuente que necesitemos que otro planeta pase
por ese lugar para activar el efecto.
Si tu cumpleaños cae durante un eclipse, el año que
sigue sin duda estará marcado por cambios importantes, en el estilo de vida o
en una parte específica de tu carta.
Crece paso a paso, Luna a Luna. Si deseas
danzar el Mandala de tus Lunas y comprender la influencia de la Guardiana del
Cielo en tu vida, revisando estos ámbitos desde la Astrología Femenina, el
libro que estabas esperando, ya está disponible. Con todo el material
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¡Bendiciones de la Abuela Luna para ti!!
Mónica Gobbin
(1) Gerard Arthur Way (9 de abril de 1977, Summit,
Nueva Jersey) es un cantante y escritor y dibujante de comics estadounidense.
Fue el vocalista principal, compositor principal y cofundador de la banda My
Chemical Romance. Su historieta The Umbrella Academy le mereció un premio
Eisner.
(2) Las Casas Astrológicas representan las doce
secciones desiguales en las que se divide la Esfera Celeste. Existen varios
sistemas de división de Casas Astrológicas, pero el más común es el que las
considera como secciones fijas con respecto al horizonte (y que comienza con la
Casa I que es la Casa del Ascendente, y después siguen en el orden inverso a
las manecillas del reloj hasta llegar a la Casa XII. Por lo tanto, los planetas
pasan por todas estas Casas cada 24 horas. Las Casas son el resultado de las
divisiones del ciclo diario de la Tierra en su movimiento de rotación, y el
movimiento de las constelaciones. Surgen del movimiento de la Tierra alrededor
del Sol. Cada una de ellas, es un ámbito de experiencia a través de los cuales
interactuamos con el entorno.
Bibliografía de Referencia:
Brady Bernadette: “Predictive Astrology: The
Eagle and the Lark”, Weiser Books, NY, 1998.
George, Demetra & Bloch, Douglas: Asteroids
Goddesses: The Mythology, Psychology, and Astrology of the Re-emerging
Feminine, Ibis Press, 1986.
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