por Sarah Varcas
El próximo Eclipse Lunar será el 30 de Noviembre de 2020 UT, en 9º de Géminis.
Un eclipse lunar se produce cuando la Luna está llena y su luz se ve bloqueada por la sombra de la Tierra. La Luna Llena es tradicionalmente una época de fructificación y cosecha pero, cuando se eclipsa, nos habla de frutos y resultados no perceptibles a simple vista. Nada es lo que parece. Si creemos que hemos fallado, debemos considerarlo de nuevo: no todo está perdido. Si nos estamos felicitando por un éxito desenfrenado, es mejor dar un paso atrás un momento y comprobar los detalles: las cosas pueden no resultar tan positivas como parecen de entrada y es posible que se requiera más trabajo en el futuro.
Un eclipse lunar es un momento de misterio y magia que revela la cara oculta de quiénes somos y de lo que hacemos. Nos ofrece una oportunidad preciosa de comprender en mayor profundidad las consecuencias de cómo vivimos nuestras vidas. Por lo tanto, es mejor centrar nuestra reflexión en los resultados obtenidos hasta el momento y en cualquier cambio que podamos hacer para mejorar las cosechas futuras.
En parte, la Luna se relaciona con la
infancia, cuando somos más vulnerables: dependemos de la protección de otros y
de su estímulo sabio. Por eso, un Eclipse Lunar puede traer a nuestra
conciencia recuerdos, pensamientos y sentimientos de nuestra vida temprana,
iluminando su impacto sobre nosotros. Es posible que deseemos expresar un
gesto de agradecimiento hacia quienes entonces nos cuidaron con tanto
amor. O que debamos reconocer las heridas infligidas y el dolor causado,
intencionalmente o no, por aquellos en quienes buscamos ayuda y
apoyo. Quizá nos sintamos motivados a hacer ambas cosas: reconocer los
esfuerzos realizados por quienes luchaban con su propio dolor y, por lo tanto,
no podían satisfacer nuestras necesidades de manera efectiva. O puede ser
necesario mantener la distancia con quienes dieron forma a nuestro pasado,
sabiendo que es vital para nuestro propio bienestar.
Sea cual sea nuestra experiencia de
infancia, puede convertirse en un tema decisivo en el momento de un Eclipse
Lunar, ya que reflexionamos sobre todo lo que nos hizo quienes hoy
somos. Podemos sentirnos especialmente vulnerables en los días circundantes. Las
emociones pueden aflorar más fácilmente y tentarnos a juzgar nuestros
sentimientos como incorrectos o innecesarios.
Si nos asalta la ira por las heridas
del pasado o las presentes, es posible que nos cueste aceptar que podamos
sentir odio hacia los demás o hacia nosotros mismos. Sin embargo, es vital
que nos permitamos sentir, llorar, enfurecernos. La aceptación de estas
emociones difíciles (y en ocasiones abrumadoras) es importante en un Eclipse
Lunar. Porque a través de esos sentimientos finalmente se revela la sabiduría,
ayudándonos a abrazar su mensaje e integrar su energía en nuestro cuerpo,
nuestra mente y nuestra alma. Si ignoramos su tacto plumoso, el
inconsciente también puede hablar en voz alta. Si es así, es hora de
reconocer las partes de nosotros mismos que hemos desterrado a la oscuridad,
negándonos a reconocerlas por negación y miedo. Por inquietantes que
puedan parecernos estas experiencias, nos preparan para una mayor libertad
emocional, a medida que aprendemos a aceptar nuestros pensamientos,
sentimientos y recuerdos exactamente como son. Esta es la única forma de
estar en el presente mientras la Luna vuelve a crecer para dar lugar a un
Eclipse Solar dos semanas más tarde.
Como tal, un Eclipse Lunar indica la
necesidad de ser amables con los demás y con nosotros mismos. Nos ayuda
a reconocer que la vida humana puede ser un intenso desafío y que la forma
en que nos tratamos puede ayudar a aliviar algo de esa angustia. Extender
una mano amiga a alguien que sufre puede crear la diferencia entre la vida y la
muerte. Una sonrisa y una conversación rápida en la cola de la caja
podrían alegrarle el día a alguien que vive aislado en soledad. Detenernos
para oler una flor, observar los pájaros, reírnos de un anuncio divertido en un
autobús… todo puede contribuir a nuestro propio bienestar en medio de las
presiones que enfrentamos en la actualidad. Un eclipse lunar nos recuerda
cuán vital es prestar atención a nuestro mundo interior, a nuestra vida
emocional, a escuchar la tormenta interior y no empujarla con la esperanza de
que finalmente desaparezca. No lo hará. Porque esa tormenta somos tú,
yo y todos: sentimientos y emociones transmitidas a través de los tiempos como
un bastón de relevo, negadas e ignoradas, reprimidas y evitadas, simplemente
queriendo y esperando ser escuchadas.
Si deseas comprender cómo un eclipse
te impacta de manera más personal, mira
en qué casa cae en tu carta natal. En ella experimentarás su impacto
directo; puede que los asuntos y problemas de esa casa se magnifiquen y se
vuelvan más sensibles, junto con tus sentimientos hacia ellos. Cualquier
aspecto que el Eclipse haga a los planetas natales, o conjunciones al
Ascendente, Descendente, Medio Cielo o Bajo Cielo, influirá en consecuencia en
cómo experimentamos las energías del Eclipse. Mira sobre todo los planetas
personales (Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte y, a veces, Júpiter) y las
conjunciones, cuadraturas y oposiciones, que se sentirán con más fuerza.
Es posible que las consecuencias de
la actividad en la casa del Eclipse no sean tan claras como parecen al
principio y que se necesite algún tiempo antes de poder evaluar con precisión
el éxito de nuestros recientes esfuerzos. Los sentimientos en esta área
pueden cambian sustancialmente durante el periodo del Eclipse, por lo que
conviene no tomar decisiones importantes hasta que el Eclipse haya
pasado. Una vez que nuestros sentimientos se hayan calmado un poco, será
más fácil saber si el cambio emocional es duradero y si debemos actuar en base
a él o si sólo ha sido una fase pasajera de recalibración y liberación.
Observa también la posición y
condición (aspectos y fuerza, etc.) de tu Luna natal, ya que su influencia en
tu vida aumentará durante un Eclipse Lunar. Los problemas que tu Luna
natal refleja en tu carta podrían relacionarse con la casa donde ocurre el
Eclipse. Por ejemplo, si tu Luna natal está en la casa 7 de las relaciones
y el Eclipse cae en tu casa 10 de carrera y vida pública, las relaciones
ejercerán un particular impacto en tu trabajo y tu actividad pública durante
este periodo, y quizá descubras que otras personas desencadenan en ti fuertes
reacciones emocionales durante un tiempo. Recuerda que se trata de una
fase pasajera y que es mejor analizar tus reacciones cuando intentas
desentrañar tus verdaderos sentimientos sobre la situación, en lugar de
desahogarlos con los demás sin una reflexión más profunda.
Sin embargo, si un Eclipse Lunar nos
trae a la conciencia problemas que han estado hirviendo bajo la superficie
durante bastante tiempo, puede quedar muy claro que ha llegado un momento
decisivo y que es necesario cortar lazos, forjar alianzas o expresar sentimientos
anteriormente silenciados y retenidos. Una autoevaluación honesta puede
ayudarnos a discernir si este es el caso: ¿Son las emociones de este momento
nuevas para ti y te arrastran hacia una tormenta de actividad de la que luego
puedes arrepentirte, o te son ya familiares pero ahora son más ruidosas e
insistentes, exigiéndote que por fin des tu opinión? Solo tú puedes
saberlo, y la honestidad con uno mismo se vuelve más vital que nunca.
También vale la pena considerar la
casa gobernada por la Luna en tu carta natal: la casa cuya cúspide está en
Cáncer. Aquí también sentiremos la influencia de un Eclipse Lunar, pero
más a largo plazo que en el momento real del Eclipse. Una vez que haya
pasado la temporada de Eclipses y las cosas comiencen a asentarse, es posible
que veamos un cambio gradual en esta área durante los próximos meses,
porque las consecuencias del Eclipse ya "se asentaron" en tu
vida. Nuestras respuestas emocionales en esta área madurarán como
resultado del Eclipse y obtendremos una perspectiva más amplia y sabia sobre
los asuntos de esa casa y sobre la mejor manera de progresar en ellos.
Sarah Varcas
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