A veces desearíamos no tener que enfrentar dificultades, y que la vida fuese como un paseo por el parque. Pero es mucho más enriquecedor saber que con herramientas espirituales e introspección en el trabajo interior, podemos superar los desafíos y revelar cada día más el propósito de nuestra alma. De esa manera convertimos en un beneficio la oscuridad que una vez nos rodeó por todas partes. Un buen ejemplo de ello es una persona que ha superado
una adicción, un abuso, o cualquier otro tipo de trauma, y puede avanzar para así ser un faro de esperanza y sanación para los demás. Nuestros desafíos son oportunidades de oro para abrir nuestro corazón, y para disfrutar la bendición de integrarnos más en la vida de quienes nos rodean.Esta semana, aprendemos
sobre la oportunidad que se encuentra en los desafíos, profundizamos en los
aspectos positivos del estrés como catalizador del cambio, exploramos cómo al
desarrollar nuestra certeza logramos tener más seguridad en nuestras
decisiones, ¡y mucho más!
El poder de la bondad, la compasión y el amor a veces
llega a nuestro corazón en las noches más oscuras. Aunque sea difícil de
aceptar en medio de los desafíos, la verdad es: sin desafío no hay crecimiento.
Sin oscuridad no hay Luz.
Por ejemplo, fíjate en la porción de Toldot en la cual
Rivká, la esposa de Yitsjak, queda milagrosamente embarazada de gemelos, Yaakov
y Esav. Aún cuando ellos estaban en el vientre, Rivká sentía sus contrastantes
energías en forma de fuertes dolores de embarazo, por eso le preguntó a Dios
qué estaba pasando en su interior. Dios responde: “Tienes dos naciones en tu
vientre”. Resultó que Yaakov fue un hombre de estudio y espíritu, mientras que
Esav fue totalmente opuesto, era la personificación del Deseo de Recibir para
Sí Mismo, es decir, la mezquindad y el ego.
Podríamos preguntar, tal y como Rashí lo hizo, ¿cómo
estas dos almas tan elevadas, Yitsjak y Rivká, pudieron traer un alma como Esav
a este mundo? La respuesta es clara cuando consideramos la idea de que la Luz
no proviene de la Luz. La Luz viene de la oscuridad. Todo el universo opera en
polaridad. Esav era completamente negativo y, por lo tanto, tenía el potencial
para realizar la mayor transformación.
Los kabbalistas revelan que Esav representa el Deseo
de Recibir para Sí Mismo que existe en todos nosotros y nos recuerda el
magnífico poder infundido en nosotros para convertir esa energía en algo
positivo.
A veces desearíamos no tener ningún tipo de desafíos y
que la vida fuese como un paseo por el parque. Pero es más enriquecedor saber
que con herramientas espirituales y una voluntad de hacer introspección y
participar en el trabajo interior podemos superarnos y revelar más del
propósito de nuestra alma, día tras día. De ese modo convertimos la oscuridad
que una vez nos rodeó por completo en un beneficio, en el pago de una deuda
kármica. Un buen ejemplo es una persona que superó una adicción, un abuso o
cualquier otro tipo trauma, y puede avanzar para así ser un faro de esperanza y
sanación para los demás. Nuestros desafíos son oportunidades de oro para abrir
nuestro corazón y disfrutar la bendición de estar más integrado en la vida de
quienes nos rodean.
Sin importar la dificultad por la que estemos pasando,
el desafío espiritual siempre es el mismo: reconocer que la oscuridad que
estamos enfrentando es la oportunidad precisa para revelar nuestra belleza,
nuestra fortaleza interior y nuestra Luz en este mundo.
Deseo que tengas toda la energía y el poder que
necesitas para enfrentar con gracia y conciencia cualquier adversidad que se
presente hoy. Al hacerlo, deseo que pruebes la dulce agua del pozo del camino
espiritual y seas por siempre alimentado por ella.
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