Sed "desapegados"; dejad que las cosas actúen; que actúen los centros cerebrales; actuad incesantemente, pero que ni una sola onda conquiste la mente. Trabajad como si fuerais extranjeros en esta tierra, un viajero; actuad incesantemente, pero no os liguéis; la ligadura es terrible. Este mundo no es nuestra morada, es solamente uno de los tantos escenarios por los cuales vamos pasando. Recordad aquel gran dicho de la filosofía sankhya: "La totalidad de la naturaleza es para el alma, no el alma para la naturaleza". La naturaleza existe por una sola razón: la educación del alma individual; no tiene otro significado; está aquí porque el hombre debe tener conocimiento Y por el conocimiento debe liberarse. Si recordamos siempre esto, jamás nos ligaremos a la naturaleza; sabremos que ésta es un libro en el cual tenemos que leer, y que ya no tendrá valor alguno para nosotros cuando hayamos adquirido el conocimiento encerrado en él.
Sin
embargo, en vez de esto, nos identificamos con la naturaleza; pensamos que el
alma es para ella, que el espíritu es para la carne, Y como afirma el dicho
común, pensamos que el hombre "vive para comer" y no que "come
para vivir", estamos continuamente cometiendo este error; consideramos a
la naturaleza como siendo nuestro propio ser y así nos ligamos a ella; tan
pronto se presenta esta ligadura se produce una profunda impresión en la mente,
impresión que nos domina y hace obrar no como libres sino como esclavos.
68.
- La clave de esta enseñanza es que debéis actuar como "amo" y no como
"esclavo"; actuad incesantemente, pero no trabajéis como esclavos.
¿No veis cómo todos trabajan? Nadie puede estar enteramente en reposo; el
noventa y nueve por ciento de los hombres trabajan como esclavos, y el
resultado es la desdicha; todo es trabajo egoísta. ¡Trabajad en la libertad!
¡Trabajad en el amor! La palabra “amor" es muy difícil de comprender; el
amor no llega hasta tanto no hay libertad. No hay posibilidad de verdadero amor
en el esclavo.
Si
compráis uno, lo encadenáis y le hacéis trabajar para vosotros, trabajará
obligadamente, pero no habrá amor en él del mismo modo, cuando nosotros
trabajamos por las cosas del mundo como esclavos, no puede haber amor en
nosotros, y nuestra obra no es verdadera obra. Esto es tan cierto acerca de la
obra hecha para nuestros parientes y amigos como de la hecha para nosotros
mismos. Obra egoísta es obra de esclavos y he aquí una prueba. Cada acto de
amor produce felicidad; no hay acto de amor que no traiga paz y dicha como
reacción. La existencia real, el conocimiento real y el amor real están
eternamente relacionados entre sí, los tres en uno; donde está uno de ellos los
otros tienen que estar también; son los tres aspectos del uno sin segundo
-Existencia - Conocimiento - Dicha-. Cuando esta existencia se hace relativa,
la vemos como el mundo; este conocimiento se modifica a su vez en el
conocimiento de las cosas del mundo; y esta dicha constituye la base de todo
verdadero amor que el corazón del hombre ha conocido. Por lo tanto, el
verdadero amor nunca puede reaccionar de modo que cause dolor ni al amante ni
al amado. Suponed que un hombre ama a una mujer; la quiere toda para sí solo y
siente violentos celos de ella a cada momento; quiere que esté sentada cerca de
él, que esté junto a él y que coma y se mueva a su pedido. Es un esclavo de
ella y quiere tenerla como esclava suya. Esto no es amor, es una especie de
afecto mórbido del esclavo, que se insinúa como amor. No puede ser amor porque
es penoso, si ella no hace lo que él quiere le ocasiona dolor. El amor no
produce reacciones dolorosas; el amor sólo produce dicha o no es amor; es
confundir cualquier otra cosa con el amor. Cuando hayáis logrado amar a vuestra
esposa, esposo e hijos, a todo el mundo, al universo, de tal manera que no haya
reacción de dolor o de celos, ningún sentimiento egoísta, entonces os hallaréis
en el estado adecuado para sentiros desligados.
Fuente:
Karma Yoga de Swami Vivekananda
No hay comentarios:
Publicar un comentario