Por Ana María Frallicciardi
Estamos asistiendo a
acontecimientos sociales que la mayoría de las personas no hubieran imaginado.
Desde hace varios años los planetas venían indicando grandes cambios sociales,
políticos y personales. Sólo cuando los hechos nos envuelven por completo, podemos
entender la intensidad del cambio y lo irreversible de los procesos.
Los últimos meses estuvieron
marcados por las retrogradaciones de los planetas, revisando todo los ámbitos
de la vida. Plutón, a su estilo, excavando hasta los cimientos, sacando a la
luz lo oculto en las profundidades de la tierra, mostrando las miserias
humanas que los egos se encargaban de maquillar con buen marketing. Plutón
desnuda la
verdad, Marte retrógrado acompañó en este proceso cuando ingresó en
Escorpio a fines de mayo, y ambos se conjuraron para mostrar realidades
ocultas.
A partir del 1° de julio, el
guerrero Marte retoma su curso directo y avanza nuevamente hacia la acción,
haciendo justicia a su estilo escorpiano. ¿Cuál es ese estilo? Hay varias
posibilidades, cortar por lo sano, usar el bisturí para drenar la herida, clavar
su aguijón con veneno donde más le guste, luchar por la verdad y la justicia,
emerger con la convicción del héroe que asume su misión en tiempos de caos,
experimentar la crisis y resurgir de sus propias cenizas. En los grandes
desafíos es donde se muestran los valientes de espíritu.
Ningún planeta faltó a la
cita de este gran movimiento cósmico para liberar a los humanos de la cárcel de
la ilusión. Urano y Plutón ya movilizaron las grandes rupturas desde el 2013,
ahora se ven las consecuencias. Este año la cuadratura de Saturno y Neptuno nos
pone ante la realidad inevitable. Neptuno, el de la ilusión y los grandes velos
que disimulan la realidad, es el invitado desprevenido a la gran fiesta de la
realidad. Saturno en Sagitario pide Justicia de verdad, Justicia Divina, porque
la humana ha quedado corrompida en la misma bolsa de fin de ciclo.
Los humanos han perdido el
eje de conexión con su esencia, demasiadas contaminaciones y distorsiones
enturbian la visión. Los rayos de luz cósmica atraviesan las mentes
desorientadas. Ahora viene un proceso de intensa purificación, las cosas no son
lo que parecen a simple vista. No se puede mentir ni ocultar nada, todo surge a
la luz desde lugares imprevisibles. La inefable luz del espíritu
despierta conciencias y los resultados son los que se ven. Cada uno es
responsable y vive en la realidad que generó.
Las fuerzas de desintegración
están presentes, no las podemos negar. Sólo podemos alentar a las almas más
despiertas a tomar su poder y activar su conciencia para sostener en sus
propios cuerpos energéticos las nuevas frecuencias de luz que llegan al
planeta. Se necesitan servidores de la luz disponibles para recibir e
irradiar la conciencia de unidad. Solo se les pide que no
confronten desde el ego, que no tengan posturas mentales sino que bajen al
corazón y comprendan desde la neutralidad, que es el camino hacia la sabiduría.
Esto parece sencillo pero la mente hace sus juegos personales y nos quita
la visión de totalidad.
El desafío de Julio
Mientras el Sol, Mercurio y
Venus transitan por Cáncer, signo sensible, emotivo y fluctuante, Plutón les
hace la oposición desde Capricornio, obligándolos a cambiar de rumbo o
desarticulando el programa que tenían pensado. Los primeros 10 días de julio habrá
tiranteces muy marcadas, sentir que desde afuera socaban las seguridades y no
se puede construir nada seguro. Primero será en el plano afectivo, el 1° de
julio Venus está en oposición con Plutón, mucha sensibilidad y poca
contención para nuestro mundo sentimental. El 7 y 8 de julio le sigue Mercurio,
dificultad para generar pensamientos claros, se sugiere apoyarse en la
intuición y la sabiduría interior.
Y la oposición partil del Sol
con Plutón, será el 8 y 9 de julio. Este tránsito confronta la luz del Sol en
oposición con Plutón, el dios de la oscuridad y el mundo inconciente. Hay que
apoyarse en la fuerza de nuestro espíritu y no dejar que el caos exterior se
apodere de nosotros.
Cómo síntesis, ¿qué
herramientas tenemos para sostener estos cambios imprevistos?
Estar centrados en nosotros, hacer sólo lo
que sentimos como verdadero y en coherencia con lo que somos.
Aceptar los cambios que se presentan como la
puerta hacia algo mejor.
Trabajar internamente nuestras emociones en
desorden, ya no hay lugar para celos, egoísmos y posesiones afectivas. Ser
libres emocionalmente.
Mantener una actitud de neutralidad,
significa no tomar partido por uno u otro bando.
Ser un observador mientras
practicamos la sabiduría del corazón. Parece difícil de entender desde la
mente, sólo cuando se abre el corazón desde el no juicio, se puede
entender este proceso.
Es un momento de intensa
purificación de almas, ¿quién se anima a dar el primer paso y decir la verdad?
Desde Capilla del Monte
Córdoba – Argentina
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Se conciente de tu ética
espiritual
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